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sofía pov

ya estaba en mi casa, en mi cama, echada como un oso. me sentía decaída. era como si me hubiesen enterrado mil cuchillos en el cuerpo. me dolía la cabeza muchísimo.

no podía dejar de pensar en manu y todo ese asunto, le había contado a mis padres y me dijeron que estaba en todo mi derecho de volver a casa y que jamás debía dejar que nadie me trate así.

pero igual me ponía triste, no sabía exactamente qué era lo que me ponía triste, solo sabía que estaba triste.

creo que me iba a bajar, justo en el peor momento. cuando termino con manuel, cuando veo a javier después de mucho tiempo. esto de ser mujer era trabajo duro.

recuerdo aquella vez en la que había ignorado a javi por dos días porque estaba enojada con él, no sé por qué pero lo estaba odiando. lo peor de todo es que ni siquiera me había venido a buscar, lo odiaba porque no me venía a buscar, tampoco lo quería ver pero quería que me busque para decirle que lo odiaba por no venirme a buscar.

reí al recordar lo que había ocurrido.

estaba en mi cama, echada como un oso y con el ceño fruncido, pasaba todo el día así y no había quién me aguantara.

no había visto a javier desde hace dos días y hoy sería el tercero, escuché pasos subiendo las escaleras. rodé los ojos, mi mamá no entendía que no quería comer ni tampoco ver a nadie. agarré la cobija y me tapé dejando solo mis ojos afuera.

la puerta de mi habitación se abrió de golpe y ví a javier con el ceño fruncido.

-¿se puede saber por qué razón me ignoras?

-no te ignoro. -dije rodando los ojos y dándole la espalda.

sentí que se sentó en la cama.

-ni siquiera contestas mis mensajes, te he dejado como cien mil.

-no tengo mi teléfono.

-sofía me has ignorado por dos días.

¿me había dicho sofía? ¿no dijo sofi o nena? ¿cómo se atrevía? ¿por qué se enojaba él conmigo? siempre él se enojaba conmigo. mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a sollozar. estaba llorando porque me había llamado por mi nombre, quizás estaba enloqueciendo.

-¿estás llorando? -preguntó.

-no. -dije aún entre sollozos.

-¿por qué lloras?

-no estoy llorando.

sentí cómo agarró la cobija y la haló hacia abajo, yo quedando al descubierto.

-¿qué pasa, nena? ¿por qué lloras?

ahora que sabía que no estaba enojado porque me había dicho nena, lo miré.

-porque siempre te enojas conmigo. -dije rompiendo en llanto sentándome.

escuché una carcajada de su parte que solo me hizo llorar más, ahora se reía de mí.

-no llores, ven. -abrió sus brazos en señal de un abrazo.

yo negué y seguí llorando. -no quiero.

-sofi. -dijo él en forma de suplica.

lo miré y lo vi haciendo ojitos de perrito y me dieron ganas de abrazarlo. pero no pensaba en levantarme, así que rodé hasta donde estaba él y lo abracé por el torso.

eastside ☽ ; bnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora