48;

1.2K 72 26
                                        

sofía pov

javi ya se había ido de mi habitación y yo ya respiraba mejor.

no sabía qué más hacer porque no tenía nada, estaba aún decidiendo si debía comprarme un armario o traer el de mi casa.

ví que javi había traído su cama y como no tenía nada qué hacer, fui a su cuarto a ayudarlo. porque a pesar de que no debería gustarme, igual era mi amigo ¿no? podía ayudarlo.

toqué la puerta de su habitación, escuché un leve "pasa". él estaba sentado en el piso.

-hola, ¿qué pasó? -dijo al verme.

¿por qué siempre que yo le hablaba pensaba que pasaba algo? creo que él piensa que le hablo solo cuando necesito algo.

-nada, venía a ayudarte.

-oh, bueno.

me senté en el piso junto a él.

-¿cómo así trajiste tu cama?

-es que estaba cansado de dormir ahí, me sentía como un secuestrado. -rió.

-es cierto, a mí me duele la espalda.

-¿por qué no traes tu cama?

-es que no sé si traer mi cama o comprar una nueva.

-compra una nueva porque cuando vayas a visitar a tus padres, te puedes quedar durmiendo ahí.

-tienes razón, mañana tengo que ir a hacer compras entonces.

-¿puedo ir contigo? es que también necesito comprar un armario.

-tú me ibas a llevar, claro que puedes ir.

a veces era increíble hablar con javi, me transmitía una paz tan grande. no se sentía ni un poco diferente a cuando teníamos diecisiete.

él soltó una pequeña carcajada, lo que me hizo sonreír.

-¿deberíamos ir ahora? aún es temprano.

-sí, deberíamos. ¿les avisamos a los chicos? puede que alguno de ellos también quiera comprar algo.

-claro, como quieras.

-creo que es mejor que vayamos mañana, aún no está lista tu cama. si terminamos temprano, podríamos ir. -dije.

-pero no importa, podemos ir ahora si quieres.

-no, no. primero terminemos con tu cama porque dices que odias dormir como secuestrado. -reí y él también.

después de como tres horas de risas y conversaciones, terminamos.

-me costó más armarla que desarmarla. me tomó como media hora solamente.

-reí. -es que no tenías compañía.

-me distraes.

sonreí. había pasado una tarde muy linda con él, era como si estuviéramos juntos aún.

-perdón pero tú me respondías.

-no te perdono.

me hice la sorprendida y negué. -qué llorón.

su boca formó una 'o'. -no me mereces.

yo comencé a reír y el también, finalmente se levantó y sacó una sábana de una sus cajas y la extendió, se puso a un lado de la cama y dijo:

-¿me ayudas?

-claro, sí.

yo fui a pararme del otro lado de la cama para alcanzar la sábana, así terminamos con su cama.

eastside ☽ ; bnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora