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Las paredes de aquel castillo de piedra eran frías, que se rodeaba del ambiente putrido con un aura oscura, estaba rodeado de un mar con sirenas salvajes y un centenar de guerreros en un campo oculto por enormes pinos. Su trabajo era sencillo, entrenar a las tropas que iban a luchar en contra del Olimpo, sus métodos eran duros, podía ver como algunos de los soldados estaban en el piso cansados y sangrando, no le importaba nada más que verlos entrenar, su enojo iba en aumento, parecía estar en el limbo, en lo único que pensaba era en la venganza.

-Se quedarán toda la noche aquí-dijo a los guerreros quienes le miraron con asombro, final de cuentas eran simples humanos hipnotizados por la discordia.

Se volvió para regresar al castillo, sus manos se empuñaban con fuerza, una de ellas sostenía la espada negra que años atrás le había acompañado en batalla. En la entrada se encontró con una pelinegra alta, de un cabello tan liso que caía hasta su cintura, su piel pálida le daba un avistamiento irreal. Deimos estaba por ignorarla, pero esta al verlo sonrio ladina.

-Nunca me imaginé ver de cerca a un hijo de la guerra -dijo con melodiosa voz -Soy Lie, la hija de Pandora.

-No me interesa -dijo fulminandola con unos fríos ojos violeta.

Estaba por marcharse, pero Lie lo tomó con fuerza del antebrazo, sus ojos se conectaron con los azules de ella, quien sonrió...entonces las imágenes llegaron como ráfagas a su mente, haciendo que su cabeza doliera como el infierno, la corriente que recorrió su cuerpo terminó cuando el recuerdo de aquella noche fue evocado.




-Me haces cosquillas -susurro con voz ronca.

No le miró o respondió, estaba muy concentrado dando pequeños besos a su vientre, sonriendo sobre su ombligo, los huesos de su cadera se marcaban de una forma sensual, era delgado pero sin estar marcado, paso su nariz por la piel suave, el aroma a sudor, frambuesa y sexo inundó sus sentidos, recostó la cabeza en su estomago cerrando los ojos, mientras su cabello azabache era acariciando con parsimonia.

-Eres tan hermoso Taehyung-sususrro con una sonrisa en su rostro -Te amo tanto y jamás me alejaré de ti.

-¿Lo prometes?-pregunto con un nudo en la garganta.

Por la forma en la que su voz sonó,  con una nota de tristeza, Jungkokk decidió salir de ese escondite que tanto amaba para mirarlo a los ojos. Se acomodó sobre su cuerpo, y junto sus frentes.

-¿Pasa algo? -pregunto preocupado al ver el dolor en sus ojos.

-Tuve un sueño, en este te perdía u dolía-susurro, las lágrimas bajaron por su sien.

-Fue un sueño, no es real -suspiro besando su nariz -Yo jamás me alejaré de ti, nunca, sólo podría hacerlo si estoy muerto, e incluso en ese momento yo, volvería a ti, te lo juro.

Dijo aquello antes de besarlo con fuerza, desviviendose por que él se diera cuanta que sus palabras eran sinceras, que lo amaba tanto que sería incapaz de hacerle daño....

Deimos abrió los ojos, agitado miró con las pupilas dilatadas a la chica quien se burlaba de él.

-Tu peor mentira -dijo con burla.

Lleno de una furia que no pudo controlar la tomó del cuello y estampó en la pared, ella al sentir el aire escapar de su cuerpo comenzó a tratar de separar la enorme mano de su cuello. Deimos ejerció más fuerza, su cuerpo entero temblaba, aquel recuerdo le había insatabilizado al grado de quererla muerta. Su pecho que antes había estado vacío ahora ardía.

-¡No te pases de lista! -dijo con la mandíbula apretada -Que matarte no me quitará ni dos minutos.

Ella con lágrimas en los ojos asintió. Deimos la soltó haciendo que cayera de rodillas y comenzara a toser. Miró hacía atrás, los hombres que había estado entrenando, la carnada, como él les llamaba le tenían miedo, pudo sentirlo y aquello le dio vitalidad. Tenía el poder.











-¡Mira lo que pasó!-gruño con las manos alzadas, sus ojos estaba  dilatados de la furia y su cuerpo temblaba.

La asamblea entera le miraba en silencio, Zeus trató de mantener la postura pero le era difícil teniendo a la diosa de la belleza furiosa debido a la muerte de su hijo.

-Debes tranquilizarte y....

-¿De verdad Hera?-solto callando a la diosa -Si eres madre, debes de saber lo que siento, tú hijo....¿Cómo crees que se encuentra?

Eso hizo que se sentará de repente, en silencio. Ares quien estaba cerca de Afrodita la tomó de los hombros haciendo que le mirará. Ella negó, no iba a tranquilizarse, no cuando su corazón estaba deshecho.

-¡Mi hijo murió, cuando tú prometiste que nada malo les sucedería!-gruño llenando de un escalofrío la sala, observo fugazmente a Ares y a Atenea quien se había mantenido en silencio con la cabeza gacha. -¡Tiene a Deimos y....eclipse despertó! ¿Tienes idea de lo que eso significa? ¡Te dije que ellos tenían que tener sus dones antes de que esto sucediera! ¡Es tu culpa Zeus!

Hades miró a su hermano con molestia -No me importa lo que digas, tenemos que darles los poderes.

-¡No lo haremos!-gruño el dios supremo -¿Que crees que Yoongi hará, o Deimos? ¿Que pasara cuando Jimin tenga su poder ahora que tiene un hijo? Ellos no se encuentran bien, tenemos que mantenerlos en un bajo perfil, tenemos que buscar a Eris, si ella tienen a Deimos quien ha sido instruido para liderar las guerras del Olimpo,  Eclipse despertó y no sabemos de que lado está, Hefesto dijo que se haría cargo de seguirle el rastro.

Afrodita negó-¡Quiero a mi hijo de vuelta!

Hades negó con tristeza-No puede ser sacado del inframundo si su cordón fue cortado, quien tenía el poder de hacerlo ahora se pudre en el tártaro, Jin murió.

-Si no resuelves esto en tres días-dijo mirando a Zeus-Si no haces que Deimos se separe se Eris, no contarás conmigo para salvar tu reino-sentencio.

Nyx se levantó-Tampoco cuentas conmigo Zeus, a diferencia de los demás, Afrodita y yo no te debemos lealtad.

-Siempre elegiré a mi hijo -asintio Hades.

-Necesito a Deimos de vuelta -dijo Ares con tranquilidad.

-Eclipse puede destruirnos si así lo quiere -suspiro Atenea -Tienes que tomar una decisión padre.

-Mi hijo y mi nieto son mi prioridad -se levantó Apolo con fiereza-Si tu no vas a protegerlos, entonces lo haremos nosotros.

Zeus miró entonces a cada uno de los dioses y ardió en ira, porque ahora comprendía que al final del día, las cosas no estaban resultando como él lo había querido.

-Bien, entreguen los poderes, de Deimos y Eclipse me encargó yo.

Se levantó dejando a todos perplejos en la sala. Afrodita con dolor salió de ese lugar siendo seguida por Ares. Se desmoronó en el piso donde se encontraba la fuente divina.

-Afrodita -susurro acercándose a ella.

-Mi hijo -sollozo antes de ser abrazada con fuerza -Tenemos que ayudarlos...a los mellizos.

-Lo haremos.



El Destino Del Olimpo  (Yoonmin/Namjin/KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora