Yugyeom suspiró al tiempo que caminaba por aquel camino de piedra, el ambiente era tranquilo, demasiada tranquilidad había llegado a incomodarle al principio, pero con el tiempo llegó a acostumbrarse a aquel silencio, sólo los sonidos de la naturaleza le acompañaban, era una excelente forma de distraerse cuando llegaba de aquellas cansadas reuniones que parecían no tener fin.
Como nuevo Dios de la guerra, había mucho por hacer, no era que se le exigiera algún tipo de tareas, pero el ejército que estaba bajo su servicio habían sido hombres de Ares durante siglos, lo reconocían como hijo del Dios, pero, no como líder, junto a su hermano Jungkook, quien había accedido a ayudarle a supervisarlos hasta que estos le respetaran, intentaron formar ciertas actividades que reforzarán su cercanía. Una de ellas era la caza, por lo que BamBam no estaría sorprendido de verlo llegar con un venado completo, el cual cargaba en sus hombros.
Entró a su pintoresco hogar, una cabaña en medio del bosque, en medio de la nada, donde se respiraba aire fresco y todo parecía moverse con el andar del viento, en completa calma, llevó el venado al sótano, donde más tarde comenzaría a preparar, para después guardar la carne en uno de los refrigeradores grandes que tenían. Como entrenaba día y noche, su alimentación tenía que incluir grandes cantidades de carne.
Subió de nuevo las escaleras, se encaminó a la cocina y se recargó en el marco de la puerta, la vista que tenía frente a él era maravillosa. BamBam estaba mirando un libro con el ceño fruncido, últimamente había estado demasiado interesado en las artes culinarias, mordió su labio inferior, a pesar del tiempo, seguía creyendo que cumplir su promesa había sido la mejor decisión.
Aún recordaba el final de la guerra, aquel momento donde sus brazos se encontraron de nuevo con los de BamBam, tenerlo cerca, oler su aroma fue suficiente para que el dolor y la angustia tuvieran calma y que el revuelo que se había creado en su interior se apaciguara dejándolo respirar con profundidad, y así fortalecer su espíritu para el momento donde tuviera que decirle a Jungkook por qué razón asesinó a su propio padre.
—¡Maldición Yugyeom! No me asustes así—soltó BamBam después de dar un salto debido al susto que le ocasionó verlo de repente ahí.
Yugyeom se acercó a él y lo tomó de la cintura, para después subirlo a la barra de desayuno, sus piernas quedaron a ambos lados de su cadera, tomó sus mejillas y comenzó a besarlo profundamente. BamBam sonrió entre el beso, tomó sus hombros y lo acercó aún más. Aquel beso era igual al que compartían a todas horas, podrían estar besando sus labioso siempre.
—Te he extrañado—suspiró—. Esta noche quiero comerte de pies a cabeza, mañana tengo que ir a una reunión allá—dijo levantando el dedo, señalando el cielo—. Tengo que darle mi dosis diaria de joda a Namjoon para que no se vuelva un tirano.
BamBam comenzó a reír. —Un día de estos te dará un buen golpe en la cara por no respetar—acarició su mentón—. Muy bien, te tendré preparada la cena ¿Eso te gustaría?
—Si eres tú con muchas patatas, lo amaré—rio por lo bajo.
—¿Qué tal el entrenamiento? —dijo haciéndolo a un lado para poder bajar y seguir preparando el almuerzo.
No se desharía de él tan fácilmente, Yugyeom lo tomó de la cintura en un abrazó ligero y acomodó el mentón en su hombro para ver lo que estaba haciendo.
—Han pasado cinco años en el Olimpo, aún no se acostumbran a mí, todos me ven como Edipo, el asesino de la cuna, Jungkook me dice que les tenga paciencia, yo sólo quiero reemplazarlos—bufó.
—Pasaron mucho tiempo sirviendo a tu padre, es comprensible que no confíen en ti, pero, sé que lo harán, eres un buen líder.
—Soy el mejor líder del mundo—rodó los ojos sarcásticamente—. Bueno, Taehyung quiere hablar contigo, eso es lo que me dijo Jungkook, andan como niñas asustadas.
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El Destino Del Olimpo (Yoonmin/Namjin/KookTae)
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE HEREDEROS DEL OLIMPO Han pasado cinco años desde que los hijos de los dioses más poderosos del Olimpo dejaron su sangre divina para vivir como mortales. En el momento en donde disfrutaban de su libertad se dieron cuenta que ten...