Profecías

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Era un mar rojo, sus pies descalzos estaban sobre aquellas aguas turbulentas color carmín, el olor a sangre y a muerte le picaba la nariz, subió la mirada lentamente, entonces lo comprendió, aquello no era agua, era sangre, los cuerpos estaban amontonados por doquier, el cielo era negro y frente a sus ojos el responsable de aquella catástrofe sonreía triunfal.

Al principio no hubo relación, pero al ver su cabello blanco, piel pálida y sus ojos, violetas, que le miraban con burla, lo supo.

—Ahora ¿Me temes padre? —dijo con voz llena de sorna.

—Alexander—susurró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y sus manos temblaban.

Este levantó la mano, creando una bola de energía gris, era su final, todo lo que conoció alguna vez estaba destruido y él no pudo hacer nada para impedirlo.

—¡Noooo! —se sentó de repente, aquel sueño había dejado a u corazón agitado, estaba oscuro a su alrededor, pero, aun así, sintió los brazos que rodearon su cintura, su cabeza zumbaba y no podía tomar aire adecuadamente.

—Está bien, fue un sueño—susurró Jungkook en su oído—. Ahora estás bien.

—No lo entiendes—dijo con las lágrimas derramándose por sus mejillas—. Lo que vi...no es un sueño, es una premonición, sucederá Jungkook.

—También la tuve—lo tomó de los hombros para que le mirara—. Pero, puede que no suceda, podemos cambiar su futuro, su destino puede ser diferente, pero eso depende de nosotros.

—¿Y si no lo hacemos? Todo quedará destruido Jungkook—sollozó.

—Todavía falta para que sus poderes se presenten, en ese tiempo buscaremos ayuda, ya sea de Ananké o incluso de tus padres.

—¿Qué? —preguntó perplejo.

—Ellos pudieron dormir tu poder y el de Eclipse durante siglos—suspiró—. No es algo que quiera hacer, pero si es necesario llegar a ese punto, lo haremos.

—Tengo miedo—confesó rodeando con los brazos su cuello—. Estoy asustado.

—Lo sé—se acostó, llevándolo sobre su cuerpo, acarició su cabello y su espalda—. Pero lo resolveremos Tae, lo haremos.

Las noches eran largas y los días inciertos, tanto Taehyung como Jungkook habían decidido vivir en el Érebo, específicamente en la morada de los muertos, el antiguo castillo de Tanatos, cuando llegaron ahí tuvieron una sensación extraña, una que les hhico remodelar todo, poner su toque, Jungkook se beneficiaba de la biblioteca, donde aprendía sus nuevas tareas como dios de la muerte, estaba siendo complicado para él, pero con el tiempo estaba seguro que podría ser un experto.

Taehyng estaba en busca de una respuesta, la profecía dictaba que su hijo destruiría el mundo, aquellas posibilidades se le presentaban en sueños, que para él no eran más que pesadillas, a veces sentía miedo de dormir. No había podido dormir tranquilo en años, estaba ansioso, buscaba la respuesta, había algo que aumentaba aquella posibilidad, pero aún no comprendía qué era.

Trabajaba de cerca con las Moiras, buscaba en ellas la respuesta que necesitaba, pero Cloto le decía que era muy pequeño aún para saber con exactitud su hilo completo de vida, sea como fuera, no se rendiría. No hasta saber cómo detener aquella profecía.

Estaba en la biblioteca leyendo uno de los libros que había recibido de Jimin, este hablaba del poder del Caos, mientras leía más comprendía la naturaleza de Eclipse. No había querido decirlo en voz alta, pero lo extrañaba, si es estuviera ahí, le daría la respuesta que necesitaba.

El Destino Del Olimpo  (Yoonmin/Namjin/KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora