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El golpeteo alrededor le incomodó, comenzó a moverse ligeramente sobre la cálida superficie, tenía frío, su nariz estaba entumecida debido a esto, no podía abrir los ojos, sentía una pesadez terrible, algo húmedo y frío se colocó en su frente, no lo quería, intento moverse más pero su cuerpo no estaba respondiendo, estaba muriendo de frío, pero nadie parecía notarlo, nadie quería ayudarlo.
Aquello húmedo se pasó por su rostro, llegando a su cuello, estaba confundido, pero gracias a las caricias que recibía en su cabello se quedó dormido.
Nuevamente estaba consciente, pero ahora no era por el frío infernal, sino por un dolor en su hombro que sobrepasaba todo, era horrible, temblaba de sólo sentirlo, necesitaba gritar, pero no podía.
—Tiene el hombro dislocado.
La voz de la mujer le llamó la atención, sentía manos sobre su cuerpo, manos frías que no podía alejar.
—No toques su vientre.
La voz masculina, conocida, le hizo detener su agonía por unos momentos, unos que rápidamente pasaron dejando detrás un punzante dolor.
—Voy a acomodarselo, sostenlo—dijo la mujer desconocida.
Fue tomado con cuidado, ese movimiento hizo que sintiera aún más dolor, intento negar, pero era inútil. El acomodo de su hombro fue tan doloroso que grito internamente. Era demasiado para procesar, así que cayó inconsciente.
Sus ojos revolotearon alrededor, tenía calor, intento moverse teniendo éxito, sus ojos parpadearon antes de abrirse casi por completo, estaba inmerso en una nublocidad que no le permitía ver con claridad, su cuerpo estaba adolorido, sus piernas comenzaron a moverse al igual que sus manos que pararon a sus ojos donde talló por un buen rato.
Intentó incorporarse ayudándose de sus manos, fue ahí que se dio cuenta que estaba en una cama grande, cómoda, cobijado con edredones color carmín, miró alrededor, la habitación era amplia, estilo medieval, frente a esta en una de las paredes de piedra estaba una chimenea prendida. Parpadeo perplejo, porque no sabía dónde estaba, eso hasta que su mente evocó los recuerdos de los últimos días, su corazón pálpito con fuerza al darse cuenta que estaba completamente desprotegido.
—Esclipse, V—susurró, ahora no lo sentía, sabía que estaba ahí, pero permanecía dormido, bajo la mirada a su cuerpo, el redondeado vientre era cubierto por una camisa de botones muy grande.
Llevó sus manos a ese lugar, alguie lo tenía cautivo y sabía de su hijo, negó con una mueca, estaba intentando recordar algo más cuando se dio cuenta de la música de violín que se escuchaba alrededor, se quitó las cobijas y bajo al suelo de piedra que estaba frío al tacto, se acercó a una de las ventanas, esta tenía fuertes barrotes de hierro, estaba en una torre, en un lugar que no conocía, un desierto.
Caminó con cautela hasta una de las puertas, descubriendo un baño, se metió, hizo sus necesidades antes de que le explotara la vejiga y lavó su boca con agua, estaba sediento, cuando salió nuevamente se dirigió a donde creía era la salida, la puerta estaba abierta, esta daba a un pasillo alfombrado bien iluminado por las telarañas en el techo, a medida que se acercaba a la barandilla de la escalera, la ansiedad y la música se intensificaba, bajo cada peldaño con cuidado, sintiendo su corazón en la garganta, sus manos sudaban a medida que tomaba aquel barandal de metal, era un castillo, el lugar en donde estaba era enorme, tardó más de lo pensado en bajar las escaleras, con un nudo en el estómago, al llegar al último escalón, camino alrededor siguiendo el sonido de la música hasta una de las puertas, esta estaba ligeramente abierta, por lo que empujó con sumo cuidado.
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El Destino Del Olimpo (Yoonmin/Namjin/KookTae)
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE HEREDEROS DEL OLIMPO Han pasado cinco años desde que los hijos de los dioses más poderosos del Olimpo dejaron su sangre divina para vivir como mortales. En el momento en donde disfrutaban de su libertad se dieron cuenta que ten...