El Destino Del Olimpo (Yoonmin/Namjin/KookTae)

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El pelirrojo sonrió ladino al tiempo que bajaba al bebé a su pecho, le miró con cariño. —Tú causarás muchos problemas si no hacemos algo ahora—dijo con un suspiro, miró hacia el frente, donde Jungkook y Jimin esperaban conteniendo el aliento, podía sentir su miedo desde donde estaba, abrió sus alas negras, y voló ligeramente hasta donde ellos estaban, se planteó frente a Jungkook y le entró al bebé, el cual tomó con rapidez.

—Tae...

—Él estará bien, escucha Jungkook, tienes que cuidar al bebé con tu vida—miró a los cielos—. Yo intentaré acabar con ella, pero, cuando eso pase, tiene que comer el corazón de Tanatos de inmediato, sólo así podremos salvar a Alexander ¿Me has entendido?

—Sí—asintió despegando su vista de Eclipse, para mirar a su hijo—. Por favor ten cuidado.

—No nos pongamos emocionales, todo saldrá bien—bufó al momento que se elevaba por los cielos.

Mientras volaba, su mente estaba en blanco, su interior estaba conteniendo una serie de emociones que hace mucho no experimentaba, unas que traían a su mente los vestigios de un pasado doloroso, se elevó, sintiendo el frío en sus extremidades, así hasta que le niebla le permitió ver a quien estaba esperando, con un rostro en blanco.

Ambos se miraron fijamente, trayendo de vuelta todo lo que una vez fue calor y amor, Nemesis boqueo, porque, aunque no fuera su rostro y cuerpo, sus ojos eran exactos a los que recordaba, relamió sus labios para comenzar a hablar, pero la emoción moría en sus dedos.

—Eclipse—susurró, sus ojos oscuros se volvieron cálidos, el poder de la venganza estaba disminuyendo, sólo quedaba la esperanza de un anhelante corazón que comenzaba a latir realmente después de una eternidad.

—Nemesis tienes que parar—dijo con seriedad.

—¿Cómo es que estás vivo? ¿Cómo es que nadie me dijo que estabas aquí? —preguntó confundida, enojada por quienes le habían regresado a la vida sin decirle aquella importante información.

—Ellos sólo nos han usado para su propio beneficio, tienes que detenerte—dijo con un sonoro suspiro.

—Zeus te alejó de mí, él y Tanatos nos separaron—dijo entrecerrando los ojos—. Quiero que paguen por lo que nos han hecho ¿No puedes verlo? Todo esto se hubiese evitado si tan sólo nos hubiesen dejado ser felices. Los haré pagar, destruiré este mundo y a todos los dioses, no quedará nada de ellos, entonces, tú y yo podremos ser felices de nuevo.

—No, no puedes hacer eso, escucha, no todos son de esa manera, tienes que parar la guerra, ellos sólo te utilizan para dejar el camino libre del poder, no tienes que permitirlo, para de luchar, que tu ejército y quienes estén contigo den un paso atrás.

—¿Por qué estás hablando de esa manera? —negó confundida—. Ellos merecen pagar por lo que han hecho, ¿No quieres vengarte?

—No cuando tengo más que perder—dijo con las manos apretadas—. Sólo detente.

—¿Es por el niño? ¿Es por los hijos de los dioses? De quienes te has encargado de ser niñero, ¿Qué te ha sucedido Eclipse? Siempre fuimos justos, dándole a cada uno lo que merecía ¿Qué cambió? —cuestionó dolida.

—Ellos no tienen que pagar por el error de sus padres—respondió intentando mantener la calma, pero podía sentir como el poder de Nemesis crecía.

—Creí que me amabas—susurró contrariada—. Creí que cuando te trajera de vuelta volveríamos a ser uno mismo, pero, me has olvidado ¿Verdad?

—No te he olvidado—susurró.

—No quieres que ese humano sufra—frunció el ceño—. Acaso, ¿Lo amas más de lo que llegaste a amarme a mí?