Capítulo 17

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Estamos sentados en la consulta de la doctora Lee. Jungkook lleva un buen rato aquí dentro y la doctora no lo ha obligado a hablar ni una sola vez. Se ha quedado aquí sentada, viéndolo jugar con estos «supermodernos juguetes pedagógicos», como llama ella a estas piezas de plástico y metal con las que Jungkook está tan entretenido. Le he notado un tono raro cuando ha dicho eso de «supermodernos», pero no entiendo lo que ha querido decir.

A Jungkook le gustan mucho estos juguetes. Si su madre lo viera ahora mismo, diría que su hijo está «absorto», que significa que no está prestando atención a lo que le rodea. Jungkook se queda absorto muchas veces, y eso es bueno, significa que está feliz, pero también que se le olvida todo lo demás. Cuando él está absorto es como si no hubiera otra cosa en el mundo que lo que tiene entre manos. Desde que se ha sentado en la alfombra y se ha puesto a jugar con estos juguetes, no creo que haya levantado la vista ni una sola vez.

Pero la doctora Lee es inteligente y sabe que es mejor no molestarlo. De vez en cuando le pregunta algo, pero hasta ahora solo han sido preguntas de esas que se pueden responder simplemente con un sí o un no, por eso Jungkook se las ha contestado casi todas.

También eso demuestra que es inteligente. Si hubiera intentado hacerle hablar desde el primer momento, sin dejarle que pasara un rato tranquilo con estos juguetes, es muy probable que Jungkook se hubiera «cerrado en banda», que es lo que dice la señorita Momo que le pasa cuando no quiere hablar con ella. Así, Jungkook se ha ido acostumbrando poco a poco a la doctora, y puede que al final se comunique con ella, eso si la doctora tiene paciencia. Y sobre todo si no lo hace sentir como si estuviera vigilándolo y tuviera que fijarse en cada palabra que sale de su boca. Los mayores son pacientes con Jungkook al principio, pero terminan cansándose y todo se estropea.

La doctora Lee es guapa.

Es más joven que la mamá de Jungkook, creo, y va vestida muy sencilla. Lleva falda, camiseta y zapatillas de deporte, como si se fuera a dar un paseo por el parque. Eso también es señal de que es inteligente, porque así parece una chica cualquiera y no un médico.

Jungkook le tiene miedo a los médicos.

Pero lo mejor de la doctora Lee es que no le ha preguntado a Jungkook por mí. Ni una vez. Yo tenía miedo de que se pasara el rato preguntándole por su amiguito imaginario, pero parece que le interesa más saber cuál es el plato favorito de Jungkook (los macarrones) y el sabor de helado que más le gusta (el de menta con chocolate).

—¿Te gusta ir al colegio? — le pregunta ahora.

—Regular —contesta Jungkook.

Él tiene la punta de la lengua fuera y bizquea; está mirando fijamente con sus ojos grandes dos piezas del juego, calculando cómo encajarlas.

—¿Qué es lo que más te gusta del colegio?

Jungkook se queda callado diez segundos y luego responde:
—La comida.

—Ah —dice la doctora—. ¿Y por qué es eso lo que más te gusta, lo sabes?

¿Ven lo inteligente que es? No le pregunta por qué la comida es lo que más le gusta, sino si sabe por qué. Si Jungkook no puede explicar por qué la comida es lo que más le gusta del cole, puede decir que no y punto, no tiene que sentirse tonto por no saber responderle. Si la doctora Lee le hiciera sentirse tonto por no tener respuestas, es posible que nunca consiguiera sacarle una palabra.

—No —contesta Jungkook, y ella no parece sorprendida para nada.

A mí tampoco me sorprende. Pero creo saber por qué la comida es lo mejor del cole para Jungkook. Creo que es lo mejor porque a la hora de comer lo dejan en paz. Nadie lo molesta, nadie le dice lo que tiene que hacer. Se queda sentadito en una punta de la mesa del comedor, solo, leyendo un libro y comiendo lo mismo de todos los días: su bocadillo de mantequilla de cacahuete con mermelada, su barrita de cereales y su zumo de naranja. El resto del día es impredecible.

Memorias de un Amigo Imaginario || TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora