Capítulo 23

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—Señor Park, ya me he enterado de la noticia, no me lo puedo creer —dice la señorita Ji-eun—. ¿Qué puede haber ocurrido?

Los dos se abrazan en mitad del vestíbulo.

El señor Park está abrazando a la señorita Ji-eun, pero Jungkook no está aquí.

He pensado en salir corriendo hacia el coche de la señorita Ji-eun y ver si Jungkook seguía sentado allí detrás, pero he decidido no hacerlo. La señorita Ji-eun acaba de decir que no puede creer que Jungkook haya desaparecido, y, puesto que es ella quien lo ha hecho desaparecer, sé que miente. Jungkook no está ya en el asiento trasero de ese coche.

Por un instante, he pensado que podía estar muerto, y la tristeza me ha invadido todo el cuerpo. He pensado que también yo podía estar muerto. Pero luego me he acordado de que estoy aquí todavía, así que Jungkook tiene que estar vivo.

El caso es que si Jungkook estuviera muerto (que no lo está) y yo siguiera vivo, eso significaría que yo no voy a desaparecer cuando Jungkook muera o deje de creer en mí.

No quiero que él esté muerto, y no creo que lo esté (porque no lo está), pero, si estuviera muerto, querría decir algo. Sería lo más triste del mundo, pero también querría decir algo. Algo importante para mí. No quiero decir que desee que Jungkook esté muerto, porque no lo deseo y porque no lo está. Pero si pudiera darse el caso de que él estuviera muerto y yo siguiera existiendo, sería importante saberlo.

Creo que pienso tanto en que puede estar muerto porque veo demasiada televisión.

La señorita Ji-eun y el director dejan de abrazarse justo en el momento en que el jefe de policía dobla la esquina.

Han estado abrazados durante bastante rato. Parece que ahora tienen buena relación, aunque no la tenían antes de que Jungkook desapareciera. Y me parece que el señor Park se ha olvidado por completo del «malditosindicato».

Viéndolos ahí, de pie en mitad del vestíbulo, parecen buenos amigos. Hermanos casi.

—¿Lee Ji-eun? — pregunta el jefe de policía.

La verdad es que no sé si es el jefe de policía, pero al menos es el que manda aquí hoy, y tiene una barriga enorme, así que parece que lo sea. Se llama Bob Norton, un nombre que no suena a policía de la tele. Por el nombre, no me parece que vaya a encontrar a Jungkook.

La señora Ji-eun se vuelve hacia él.

—Sí, soy yo.

—¿Podría hablar con usted en el despacho de el señor Park?

—Por supuesto.

La señorita Ji-eun parece preocupada. Él policía seguramente cree que es por Jungkook, pero yo creo que lo que le preocupa es que la pillen. Quizá está intentando disimular, y por eso hace como que está preocupada por la desaparición de Jungkook.

La señorita Ji-eun y el señor Park se sientan una al lado de el otro en un sofá del despacho, y el jefe de policía se sienta en el otro sofá, al otro lado de la mesita de centro. Tiene un bloc de color amarillo sobre las rodillas y un bolígrafo en la mano. Me siento a su lado. Aunque él no lo sepa, estoy en su bando.

—Señora Lee —le dice —. Si no me equivoco, usted es maestra de apoyo de Jeon Jungkook.

—Sí. Paso mucho tiempo con Jungkook. Pero tengo otros alumnos.

—¿No pasa todo el día con él? —pregunta el policía.

—No. Jungkook es un niño inteligente. No necesita de mi ayuda todo el día.

Memorias de un Amigo Imaginario || TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora