Capítulo 35

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La luz me deslumbra. Quizá porque llevaba un buen rato en la penumbra del sótano a la espera de que la pared se moviera, pero nunca habría podido imaginar que una
habitación subterránea fuera tan luminosa.

A medida que me voy acostumbrando a la luz, veo que la habitación está pintada en amarillo, verde, rojo y azul. Me recuerda el aula del señor Bang Si-hyuk en preescolar, con aquella oruga gigante sobre la pizarra blanca y las paredes pintadas con los dibujos a dedo de los niños. Parece una caja de colores. Una caja de esas que tienen ocho o diez colores distintos. Toda la habitación parece una explosión de color.

Dentro hay una cama que tiene forma de coche de carreras. Pintada de azul y rojo. Con un volante y todo saliendo del cabecero. También hay una cómoda con los cajones cada uno de un color. Y una puerta en el otro extremo de la habitación con la palabra «Niños» garabateada en letras de color rojo. Veo también un pupitre con una gran pila de papel de dibujo y una pila aún más alta de papel milimetrado, que a Jungkook le encanta, porque es ideal para dibujar mapas y planear batallitas.

Del techo cuelgan unos cables con maquetas de aviones. Veo soldaditos, tanques, camiones y aviones de juguete por todas partes. En una estantería sobre la cama apuntan unos francotiradores, y sobre un puf, una hilera de tanques. Y columnas de soldados que marchan por el centro de la habitación. Sobre la cama, un aeródromo y alrededor de él cañones antiaéreos apostados en las almohadas. Se ha celebrado una batalla hace poco. Lo sé por el modo en que están colocados los soldados y los tanques. Creo que los verdes han vencido a los grises. Los grises tenían todas las de perder según parece.

La habitación es más grande de lo que yo pensaba. Mucho más. Hay vías de tren por todas partes, que se pierden bajo la cama y asoman por el otro lado. Aunque no veo ningún tren. Seguramente habrá hecho una parada bajo la cama.

Sobre la cómoda hay montones, cientos quizá, de figuritas de La Guerra de las Galaxias, y en un lado de la habitación naves espaciales, también de La guerra de las galaxias, colocadas como las coloca Jungkook. Delante de los cazas Ala-X no hay ninguna nave, porque esos cazas necesitan pista de despegue. Pero el Halcón Milenario, como puede despegar en vertical, está rodeado de cazas TIE y coches de nubes de dos cápsulas. Y también tropas de asalto, y soldados de asalto de Ciudad de las Nubes apostados junto a cada una de las naves espaciales, esperando a una orden de Jungkook para lanzarse al ataque.

Nunca había visto tantos juguetes juntos de La Guerra de las Galaxias, aparte de en la tienda. Ni Jungkook tampoco. Jungkook debe de tener la colección más grande de toda la clase, pero al lado de esta la suya parece insignificante.

Aquí hay tropas de asalto como para formar un pequeño ejército. He contado seis cazas Ala-X. Jungkook tiene dos, que ya es mucho.
Al otro lado de la cama, hay un televisor que está colgado de la pared y debajo, un montón de DVD. La pila es casi tan alta como Jungkook. Tanto que parece como si fuera a venirse todo abajo.

Sobre la pila hay tres helicópteros verdes aparcados y unos francotiradores vigilando la zona. El DVD de encima es de una película que a Jungkook le encanta: Las brigadas del espacio.

En el suelo hay moqueta. Es de color azul oscuro, con estrellas, planetas y lunas dibujados. Está nueva y es gruesa. Me dan ganas de hundir los dedos de los pies en ella, pero, como en realidad solo toco la idea de la moqueta, mis pies no hacen más que rozarla.
Junto a la cama hay una máquina de chicles de bola.

Sobre la cama está la mochila azul que vi en el coche de la señorita Ji-eun. Abierta. Por la solapa asoman unas piezas de Lego. Estoy casi seguro de que la señorita Ji-eun las puso allí para poder tener entretenido a Jungkook. Para distraerlo hasta que llegaran a casa.

En medio de la habitación hay más piezas de Lego. Miles de ellas, de formas y tamaños que nunca había visto antes. Pequeñas, grandes, mecanos, juguetes Lego de esos que necesitan pilas que son los que más le gustan a Jungkook... Nunca en su vida habría podido soñar con verse rodeado de una variedad así. Las piezas están puestas por tamaños y formas, y enseguida caigo en que ha sido él quien ha hecho esas pilas. Están ordenadas como a él le gusta. Alineadas como los soldados en el suelo, todas a la misma distancia unas de otras.

Y sentado delante de esas pilas como si fuera un general de Lego, de espaldas a mí, está Jungkook.

Lo encontré.

Memorias de un Amigo Imaginario || TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora