❝Un Tipo Llamado Morrisey❞

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Girl.

Habíamos regresado a ese restaurant-café, el viento era mucho más frío que en la mañana, pero el aroma a frambuesas y miel del lugar parecía darnos una calurosa bienvenida.

Buscamos la mesa del fondo, cercana al ventanal, moví mis pies al ritmo de una canción de Elvis Presley, observando la lista de batidos en el menú

"Me estaba muriendo de hambre" dijo dejándose caer en el asiento frente a mí

"Y yo de frío, creí que hoy sería caluroso"

"Aún había sol en aquel prado" se mordió el labio inferior concentrado en lo que leía "Era un lugar muy bello Zoe"

"Eres la primera persona que llevo allí" confesé fingiendo leer los platillos cuando en realidad lo miraba de reojo

Sus ojos azules subieron a mi rostro, con un leve destello en ellos, y un semblante serio que me dejó en duda. ¿Le habría parecido raro lo que dije?

"¿Qué van a ordenar?" la voz de una chica me hizo girarme

Pedí unos hot cakes con jarabe y un café, Robert algún emparedado con tocino y una soda. Sus nudillos golpearon la mesa al ritmo del solo de guitarra que se escuchaba.

"Me gusta tu moño" señaló mi cabeza con su dedo índice

Casi había olvidado el pedazo de listón blanco que llevaba.

"Yo lo hice" tomé entre mis dedos el broche, me lo quité y lo alcé al aire "Creo que no se vería mal en ti"

"Descubrelo" se encogió de hombros haciéndome sonreír

Inclinandome hacia delante, toqué los mechones de su maraña de pelo oscuro, se dejó hacer, mirando atento lo que hacía, poniéndome nerviosa. Encajé el broche a un mechón y me alejé viendo orgullosa como lucia con el.

Sus ojos, eran, tan, brillantes en ese momento. Sus oscuras cejas y labios rosa formaban una mueca expectante. Parpadee un par de veces, soltando un suspiro inconsciente.

"Te queda muy bien" casi susurré admirando aquel listón en su pelo.

Le daba un toque adorable.

Sin embargo no dijo nada, tampoco se lo quitó, y la verdad deseaba que lo tuviera por más tiempo. La mesera llegó enseguida con ambos platos, el silencio reinó por un momento, golpeabamos los cubiertos contra la cerámica, y yo bebía de mi café con ojos cerrados, esperando a que dijera algo.  Me había dado cuenta que así era, tan callado, misterioso. Su personalidad era una incógnita aún para mí, pero no quería bombardearlo con preguntas. Su compañía me era, grata, y cómoda hasta ahora.

"¿Por qué te mudaste aquí Robert?" solté de repente

"¿Uhm?" formuló con la boca llena de un trozo de tocino, y un poco de salsa

"¿Por qué te mudaste aquí?" volví a decir ahogando una risita, él rodó los ojos percatándose de la salsa en la comisura de sus labios, se limpio con brusquedad y dejó la servilleta hecha un desastre junto a su plato

"Papá compró la casa para vacaciones, sólo quiere alejarse de su trabajo, de todas formas no parece funcionarle" se encogió de hombros volviendo a morder su emparedado, haciendo muecas, cada vez su tono de voz parecía irritarse, cosa que me asustó un poco. "Eligió un lugar entre la nada, lo suficientemente alejado de las personas que le rodeaba y nos arrastro aquí sin preguntar" 

Bajé la mirada a mi plato, mi humor decaída de nuevo por la forma que describía aquello. Significaba que no había llegado por cuenta propia y quizá no le gustaba éste, pueblo. Ni siquiera con el lugar que le había mostrado.

Just Like Heaven | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora