Capítulo 24

581 96 6
                                    

Las clases fueron canceladas el día del baile, y ya que era otro de esos hermosos días, claros días de Octubre, casi todo el mundo se lo pasó fuera. Todo el mundo excepto yo. Bueno, Luhan y yo. Incluso siendo tan sanguinario, no era el mayor fan de estar afuera. Estaba encorvado en su posición usual sobre su cama, cubierta con su cobija  y un anime en la mano.

Me senté en mi cama mirando a mi estúpido maniquí con mi tonto traje, que aún llevaba la funda de la almohada. Había pasado la mayoría de la mañana tratando de convertirlo por lo menos en algo medio presentable, y no había tenido nada de suerte. No podía descifrarlo; sabía que no era el mejor brujo del mundo, pero un hechizo de transformación no debería ser tan difícil.

Verdad, nunca había intentado nada tan elaborado antes, pero debería ser capaz por lo menos de hacer un pequeño traje negro. Pero aún eso salió sin forma alguna, con un dobladillo torcido para empezar.

Suspiré, y Luhan exclamó: —Maldición, Kyungsoo, se supone que yo soy el pesimista. ¿Cuál es tu problema?

—Este condenado traje. —Señalé hacia el objeto ofendido—. Nada de lo que hago funciona.

Luhan levantó los hombros. —Pues, no vayas.

Lo miré. Luhan no iba a ir al baile, así que no entendía por qué quería tanto ir. Yo tampoco entendía por qué quería ir, aunque probablemente tuviera mucho que ver con Kai en un smoking.

Aunque no quería decirle eso a Luhan. —No es el baile; es el principio de la cosa. Yo debería ser capaz de hacer este hechizo. No es tan difícil.

—Tal vez alguien maldijo tu maniquí —el bromeó, devolviendo la vista hacia su anime.

Mi mano buscó sigilosamente en mi bolsillo y se cerró alrededor de un objeto pequeño que parecía estar quemando un agujero.

Cuando Alice sugirió hacerle un hechizo al vestido de Elodie, había dicho inicialmente que de ninguna manera. —Podría ser expulsado por hacer magia en otra estudiante —le había dicho.

—Pero no serías tú. —Argumentó Alice—. Sería yo. Tú serías sólo el mensajero, y ya.

Eso había tenido sentido, y tenía que admitir que me había sentido un poco frívolo cuando Alice había sacado un pequeño hueso de su bolsillo, probablemente de un pájaro. Que Alice tuviera huesos en sus bolsillos probablemente me debería haber espantado, pero para este punto ya conocía la rareza de Alice. Como el collar esa primera noche, el hueso brillaba ligeramente en sus manos. Ella había sonreído mientras me lo entregaba.

—Sólo pon esto en el dobladillo de su vestido.

—¿Necesito decir algunas palabras mágicas o algo?

—No. El hueso sabrá qué hacer.

Recordé esas palabras mientras tocaba el suave y pequeño hueso. Lo había tenido por una semana, y todavía no lo había usado. Alice me había prometido que el hueso sólo volvería el vestido de Elodie de un horrible color cuando se lo pusiera, y eso no sonaba tan mal. Aún así, estaba preocupado. Cada hechizo que había tratado de hacer en otra persona había resultado mal, e incluso, aunque no me gustara Elodie, no quería accidentalmente lastimarla. Así que el hueso había permanecido en mi bolsillo.

Pero si no iba a usarlo, ¿Por qué no lo había tirado por ahí?

Con otro suspiro, me salí de mi cama y me dirigí hacia el maniquí. Incluso aunque no tenía una cabeza, sólo su postura parecía estar burlándose de mí. ¿Qué pasa, perdedor?, imaginé que me decía. Preferiría lucir esta funda de almohada que alguno de tus horribles diseños.

Condena [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora