Capítulo 2

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Escuché al hombre y a la mujer gritar advertencias mientras yo atormentaba frenéticamente a mi cerebro por alguna clase de hechizo reparador de garganta, que claramente estaba a punto de necesitar. Claro que las únicas palabras que actualmente logre gritar al hombre lobo cuando corría hacia mí fue: -¡PERRO MALO!

Desde la esquina de mi ojo, capture un flash de luz azul a mi izquierda. De repente, el hombre lobo pareció estrellarse en una pared invisible a unas pulgadas enfrente de mí. Dando un lastimero ladrido, él se derrumbo en el suelo. Su pelaje y piel empezaron a ondear y a flotar hasta que él se veía como un chico normal con pantalones kakis y un blazer azul, lloriqueando lastimosamente. Sus padres fueron hasta el, justo cuando papá corría a mí, arrastrando mi baúl detrás de el.

-¡Oh mi Dios!,Cariño. ¿Estás bien?dijo el.

-Muy bien -dije, cepillando el pasto de mi pantalón.

-Sabes -alguien dijo desde mi izquierda-, usualmente encuentro un hechizo bloqueador más efectivo que gritar "perro malo", pero tal vez sea solo yo.

Me volteé. Inclinado en contra de un árbol, su cuello desabotonado y su corbata suelta, había un chico sonriendo. Su blazer de Hecate estaba colgando lánguidamente en el hueco de su codo.

-Eres un hechicero, ¿No es cierto? -continuó. Se empujó fuera del árbol y corrió su mano a través su cabello negro. Conforme caminaba más cerca, note que era delgado casi al punto de flacucho, y que era varias pulgadas más alto que yo-. Tal vez en el futuro - dijo-, puedas arreglártelas para no apestar tanto.

Y con eso, se paseo afuera.

Entre ser casi atacado por Justin el chico cara de perro, y tener a un extraño tipo que no era tan caliente diciendo que apestaba en la hechicería, ahora estaba realmente molesta.

Chequeé si papá me estaba viendo, pero el estaba preguntándoles a los padres de Justin algo que sonaba como, "¡¿Él iba a morderlo?!"

-Así que, soy un brujo malo ¿no? -dije bajo mi aliento mientras me enfocaba en la retirada espalda del chico.

Levanté mis manos y pensé en el más asqueroso hechizo que tuviera, uno que involucrara pus y mal aliento y severas disfunciones genitales.

Y nada paso.

No había sensación de agua corriendo a mis dedos, ni pulso acelerado, ni los pelos de punta. Estaba parado ahí como un idiota, apuntándolo con todos mis dedos.
¿Qué demonios? Nunca había tenido problemas haciendo un hechizo antes.

Y entonces escuche una voz que sonaba como una magnolia arrastrada a través de la maleza decir: -Es suficiente, querido.

Volteé hacia el porche delantero, donde una mujer mayor en un traje marinero estaba entre los espeluznantes helechos. Ella sonreía, pero era una de esas horripilantes sonrisas de muñecas. Ella me apunto con un largo dedo.

-Nosotros no usamos nuestros poderes en contra de otros prodigios aquí, no importa que tan provocadores podamos ser -ella dijo, su voz suave, ahumada, musical. De hecho, si la casa pudiera hablar, hubiera esperado que sonara exactamente como esta mujer.

-Puedo añadir, Kai -la mujer continuó, volteándose al muchacho de cabello oscuro-, que mientras este joven señorito es nuevo en Hecate, tú sabes bien lo de no atacar a otro estudiante.

Él resopló. -Así que ¿Debí dejar que él se lo comiera?

-La Magia no es la solución a todo -ella replicó.

-¿Kai? -pregunte, levantando mis cejas. Hey, tal vez puedas ser capaz de quitarme mis poderes mágicos, pero el poder del sarcasmo seguía a mi disposición-. ¿Tu apellido es Newport o Vanderbilt? Tal vez ¿Seguido por algunos números? ¡Ohh! -dije, mis ojos se ampliaron-, o tal vez, incluso ¡Don!

Condena [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora