Capítulo 31

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Estaba seguro de que encontraría a Elodie en el piso sangrando o quizás hasta muerta cuando llegara al cementerio. Pero me sorprendí al verla parada junto a Alice, sonriendo mientras se desvanecía, sólo para aparecer unos segundo después a unos metros más allá.

Finalmente se había especializado en el hechizo de transportación.

Alice me vio primero y levanto su mano en un saludo. Me quede observándola y me preguntaba como alguna vez creí que ella era simplemente un fantasma. Ninguno de los fantasmas en Hecate había parecido tan real, tan completo. Ella era pura vida. Me sentí estúpido por no haberlo visto antes.

Me acerque a ella, el miedo me recorría todo el cuerpo. Elodie dejo de sonreír al instante en que nos vimos y ahora ella miraba por sobre mi cabeza.

—Elodie —dije en lo que debía ser una voz calmada, pero sé que soné tan asustada como me sentía—. Creo que deberíamos irnos a la escuela. La Sra. Casnoff te está buscando.

—No, ella no me está buscando —respondió Elodie. Subió sus manos hasta su cuello y se saco su collar—. Brilla cuando alguien me está buscando, y me dice quien es. ¿Ves? —El pendiente estaba brillando, y pude reconocer mi propio nombre.

—¿Una reliquia familiar, huh? —pregunté a Alice.

Ella sonrió, pero vi algo vacilar en sus ojos. —Kyungsoo, no seas celoso.

—No estoy celoso —dije muy rápidamente—. Yo sólo pienso que Elodie y yo deberíamos volver a la escuela ahora.

Mentalmente, estaba calculando cuanto tiempo le tomaría a la Sra. Casnoff y, esperaba que Cal también llegaran a este lugar. Si Luhan los encontró justo después que me fui, seguramente están a unos pocos minutos.

Alice frunció el ceño y levanto su cabeza, olfateando el aire, no había nada remotamente humano en el gesto. Sentí que había comenzado a temblar.

—Estas asustado Kyungsoo —dijo—. ¿Por qué estas asustado de mí?

—No lo estoy —repliqué, pero de nuevo mi voz de descubrió.

El viento soplaba por los arboles, haciéndolos crujir entre ellos mismos y  enviando  extrañas sombras alrededor del lugar. Alice volteó su cabeza y tomo un suspiro. Esta vez su expresión se endureció. —Trajiste intrusos para acá. ¿Por qué harías algo así Kyungsoo?

Sonó sus manos, y pude escuchar el sonido fuertemente, como si los árboles estuviesen levantando sus raíces y moviéndose. Ella estaba retrasando a la Sra. Casnoff y a Cal, descubrí con terror.

—¿Guiaste a Casnoff hasta aquí? —preguntó Elodie, pero mis ojos estaban concentrados en Alice.

—Sé lo que eres —dije, mi voz sonó como un susurro. Esperaba que Alice luciera sorprendida o al menos molesta, pero sonrió de nuevo.

—¿De verdad? —preguntó.

—Un demonio.

Rió, una carcajada por lo bajo, y el color de sus ojos se volvió por un instante en un púrpura-rojizo.

Me volví hacia Elodie. Parecía culpable, pero no se percató de mi mirada.

—Tu sí convocaste un demonio —dije, y ella asintió, como si la hubiese acusado de teñirse el cabello, o algo igual de inocente.

—No teníamos opción. —insistió—. Tú escuchaste lo que la señora Casnoff dijo: “Nuestros enemigos se vuelven más fuerte con el tiempo”. Me refiero, Dios mío, Kyungsoo, ellos convirtieron a uno de nosotros para usarlo en nuestra contra. Debíamos estar preparadas.

Condena [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora