Capítulo 29

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Al principio me negué a creer lo que estaba viendo. Luego Kai, notando cómo me había congelado, retrocedió y bajó la mirada.

Cuando levantó su cara de nuevo hacia la mía, estaba pálido, y había una mirada de pánico en sus ojos. Fue entonces cuando supe que lo que estaba viendo a través de mis dedos era real: esa era la marca de L'Occhio di Dio. Kai era del Ojo. Dije las palabras en mi mente, pero era como si no contaran. Sabía que debía gritar o correr o algo, pero no podía moverme.

Kai habló. —Kyungsoo.

Era como si mi nombre fuera la palabra clave para romper mi parálisis, presioné mis dos manos con fuerza contra su pecho y empujé. Lo tomé por sorpresa o nunca hubiera sido capaz de derribarlo. Sin embargo él cayó hacia atrás, estrellándose en un estante, enviando su contenido al suelo. Un líquido amarillo y viscoso se derramó de uno de los frascos rotos. Me resbalé en él cuando me di la vuelta para correr.

Pero Kai ya estaba estabilizándose, y me agarró del brazo. Me pareció que dijo mi nombre otra vez, pero no estaba seguro. Me di la vuelta, y mi impulso le hizo perder el equilibrio otra vez. Cuando se resbaló en el lodo amarillo empujé mi codo contra su pecho tan fuerte como pude. Se dobló sobre sí mismo cuando el aire salió precipitadamente de sus pulmones, y tomé eso como mi oportunidad de golpear la palma de mi mano contra su mandíbula.

Habilidad Número Tres, pensé. Tal como en Defensa.

Kai apretó su boca cuando la sangre roja brillante se filtró por entre sus dedos. Sentí el loco impulso de reír burbujeando dentro de mí. Acababa de besar esa boca, y ahora estaba sangrado por mi culpa.

Alargó la mano hacia mí, pero se movía lentamente, y fui capaz de girar lejos de él. ¿Cuántas veces habíamos luchado entre sí en Defensa? ¿Nos habíamos solamente preparado para

este momento? ¿Kai me había observado luchar para desviar sus golpes, y se reía de lo fácil que le sería matarme?

Esquivé su último agarre y corrí hacia las escaleras. Mi mente se sentía como si estuviera bajando uno de esos toboganes en espiral. Todo lo que podía pensar era que Kai me había besado, Kai había matado a Holly, Kai había herido a Chaston, Kai había atacado a Anna. No miré detrás de mí, pero me pareció sentir sus dedos rozando mi tobillo. Corrí hacia la puerta, sólo para recordar que estaba cerrada con llave... Oh, Dios mío, estaba cerrada.

Arremetí contra la madera, gritando: —¡Vandy! ¡Sra. Casnoff! ¡Alguien!

Golpeé la puerta tan duro como pude con mis puños, finalmente miré detrás de mí a tiempo para ver a Kai levantando la pernera de su pantalón. Me tomó un minuto darme cuenta que él estaba alcanzando algo atado a su pierna.

Un cuchillo. Un cuchillo de plata, como el que había extirpado el corazón de Alice.

Mi grito se volvió entrecortado y débil por el miedo, como algo salido de una pesadilla.

Pero Kai no se me acercó. Fue corriendo hacia la ventana baja en el fondo del cuarto, deslizando el cuchillo por el antiguo cerrojo.

Podía oír personas al otro lado de la puerta, pasos y, pensé, el tintineo de llaves. La cerradura de la puerta y el cerrojo de la ventana cedieron al mismo tiempo.
Kai me miró una última vez cuando me alejé de la puerta. No pude leer la expresión de su rostro, pero me sorprendí al ver que había lágrimas en sus ojos. Entonces se volvió y se balanceó fuera de la ventana justo cuando la puerta se abrió detrás de mí, y caí, temblando, en los brazos de la Vandy.

Estaba sentado en el sofá de la oficina de la Sra. Casnoff, con una taza de té caliente en mis manos. A partir del olor en ella, había más que té en la taza, pero no había tomado un sorbo todavía. No podía lograr que mis dientes dejaran de castañear el tiempo suficiente para beber, a pesar de que la Sra. Casnoff había envuelto una pesada manta a mí alrededor. No estaba seguro de si alguna vez iba a dejar de temblar.

Condena [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora