Una historia de amor y vampiros a través de los siglos en 31 capítulos con alrededor de 500 palabras.
He tomado las palabras basadas en la temática del Fictober del grupo Motín Fanficker como inspiración.
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Izuku provenía de una familia aristócrata. Su mansión tenía la madera podrida, las tuberías corroídas e incluso nidos de palomas en las vigas del techo. Su madre recién viuda y endeudada fue orillada a pedir ayuda a sus detestables parientes. Y la vida de Izuku se convirtió en un infierno. Tenía doce cuando probó el sabor del semen ante la vista indiscreta de los caballos. El líquido blanco salió de su boca tan viscoso como los moluscos. Y entonces recibió un bofetón. "La próxima vez te lo tragas". Y así fue. La próxima vez lo tragó pero recibió otro bofetón "La próxima vez, no llores". Y así fue. La próxima vez no lloró cuando sus piernas se doblaron hasta su cabeza y confundido como candelabro su ano sostuvo la base de una vela gorda pero la cera ardiente si lloró sobre su trasero. Y de nuevo otro bofetón. "La próxima vez, no grites". Y así fue. La próxima vez no gritó cuando su primo de dieciocho lo uso como una mujer. Izuku sintió como el heno le picaba en la espalda y oía como si un toro jadeara sobre su oreja. Las embestidas levantaron sus caderas y sus piernas rebotaron en el aire mientras que sus entrañas eran marcadas al rojo vivo. Se sentía menos que ganado. Y los caballos relincharon furiosos ante el animal que lo atacaba. Quería gritar pero no lo hizo. Y prefirió mirar afuera del establo: la apacible hierba verde y la aromática lluvia.
Una vez intentó decirle a su madre, y ella arrugando el mandil blanco sobre su vestido dijo angustiada: "Izuku, por favor, compórtate. Trata de llevarte bien con la familia. ¡No me causes problemas, no tenemos a donde ir!". Entonces ignorado, invisible como un fantasma guardó silencio.
Su primo dio un largo gemido mientras depositaba su semilla en su orificio sangrante. Y de pronto la hierba verde se reflejó en sus hermosos ojos como un pantano putrefacto. "Mira que resultaste ser bueno en algo" "A partir de ahora vas a ser mi letrina".
Y la muerte se enroscó como serpiente en la viga de madera de su habitación. Izuku solo quería morir.
