Una historia de amor y vampiros a través de los siglos en 31 capítulos con alrededor de 500 palabras.
He tomado las palabras basadas en la temática del Fictober del grupo Motín Fanficker como inspiración.
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Año 1563
Carcassonne.
—Maestro Toshinori, porque últimamente mira las estrellas?
El hombre rubio desvió su atención del firmamento, y sus ojos azules reflejaron al niño de pecas que temblaba al frío de la noche.
—Me recuerdan a nuestra familia —dijo cobijándole con su capa negra —Ves aquel grupo de tres estrellas, es el cinturón de Orión.
El niño miró tres estrellas horizontales, una estrella brillante en el centro y dos al extremo unidas como ramas, imaginó a su maestro, a Kacchan y a él.
—Orión fue un cazador, igual a nosotros, hijo. Y cuando murió, Zeus le otorgó la gracia de estar en el firmamento.
Deku analizó a su maestro. El hombre sonriente se le escapaba vaho al hablar y continuo viendo las estrellas como si pidiera a Dios que lo dejara brillar como Orión. El corazón de Deku se comprimió y sus lágrimas brotaron casi congelándose de inmediato.
—¿Esa es la razón de estar triste al mirarlas?
Enseguida su maestro se arrodilló, se puso a su altura y sus dedos cálidos secaron las lágrimas de su hijo.
—Siempre has sido muy intuitivo... —reveló mientras sonreía para darle ánimos. —Cuando me vaya mi poder les pertenecerá, siempre estaremos unidos. Al final una familia es un conjunto de luces unidas por la eternidad como una constelación...
—¿Por qué tiene que irse? —sollozó.
—La muerte es solo una llama que se apaga pero si la llama pasa su luz ¿Muere realmente? —Y abrazó al niño que temblaba de frío —Quiero darles mi fuego a mis discípulos, no perdón, quiero decir a mis hijos... Ustedes cumplirán mi voluntad y seguirán brillando en el cielo para que los demonios recuerden que hay un cazador tras ellos.
—Pero padre, no podemos hacerlo sin ti... ¡No te rindas! —suplicó y oculto sus sollozos en la ropa azul de Toshinori.
—Lo intente por miles de años —explicó —, pero ahora, ellos conocen mi secreto y mi poder... Los elegí para entrenarlos y usarlos, huérfanos que nadie extrañaría y sin embargo en cuanto los vi los ame de inmediato. Créeme estoy acostumbrado a morir y esta vez será muy difícil.
—¡Entonces quédate! —Deku gritó y le rogó estrujando su ropaje pero el hombre desvió su mirada a la inmensidad del universo.
—Al principio, no lo entenderán y sufrirán, me odiaran por lo que haré y creerán que es una maldición pero con el tiempo sabrán que era la única forma de salvar a los humanos de los devoradores y su reino...Perdóname joven Midoriya por dejarte, espero que el joven Bakugou me perdone también por darles el dolor de renacer...
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—¡RENACER! —gritó Izuku mientras sus manos temblaban —¡Ese hombre nos llamó Bakugou y Midoriya!
El chico de cabello verde acababa de sufrir una alucinación cuando salió al pantano y se distrajo viendo las estrellas.
—¿Qué significa esto? —Apretó con miedo el rosario de un siglo de antigüedad que su padre le había regalado. Y de pronto sus manos hirvieron como piedras volcánicas.