ᴍɪʀᴀᴅᴀ ʀᴏᴊᴀ | ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀ

Sabor

Italia.

Bakugou Katsuki no conocía el sabor de una comida humeante, el olor a jabón sobre una piel húmeda, y el calor de unos labios rojos. Él siempre fue un vampiro y el sabor de la sangre era lo único que conocía. Después de su transformación Todoroki lo emparedó por un siglo alimentándolo a cuenta a gotas hasta que la estrechez y la inmovilidad lograron que su mente perdiera la noción del tiempo, hace poco lo había recordado, en realidad tenia trescientos años y no doscientos como creyó, así lo volvió loco para que olvidara su humanidad.

Al contrario Midoriya Izuku era mas humano que vampiro, cuando saltaba grandes distancias con su fuerza inmortal aun cuidaba su forma de caer pensando que se quebraría las piernas, también prefería devorar criminales pero aun así los hipnotizaba con su mirada roja para que no sufrieran. Aquella misericordia últimamente hacia rabiar a Bakugou sin razón.

—¿Porque tienes que seducir a la comida! —dijo malhumorado.

—Duele que te coman — respondió mirando el cadáver del hombre quien secuestraba niños en Roma para los pedófilos del Vaticano.

—¿Cómo es perder la vida? —Bakugou preguntó curioso pues no recordaba la sensación de morir.

Deku arrastró al criminal cerca de una calle lateral en la plaza de San Pedro. Y prosiguió a contestar.

—Los sentidos se van apagando como las velas de una casa. El color, el decorado y el calor de la vida se cubren de niebla. El frío y las sombras se apoderan de tu corazón pero son tragados de inmediato por una hermosa y cálida luz, es como flotar en un océano...

Kacchan se estremecía cada vez que Deku hablaba sobre experiencias humanas y el hormigueo en su estomago se expandía por su denso torrente sanguíneo, lo hacía sentir que su corazón latía de verdad. Embelesado miró como sus labios manchados de sangre se movían al hablar, fue cuando pensó en como los humanos se besaban todo el tiempo entonces su voz se escapó y distraído preguntó:

—¿Que sabor tienen los besos? —Y se sintió como una humeante tetera, aunque era improbable en un vampiro.

—¿Los besos? —Deku se quedo boquiabierto pero sus labios se torcieron y su rostro se volvió amargo —Saben a semen — susurró depresivo al recordar el semen que quedaba en su boca cuando era follado por su primo y este excitado le daba besos llamándolo: "Mi letrina".

Deku aguantó sus lágrimas rojas y Kacchan quiso golpearse por su pregunta estúpida, llevaban nueve meses juntos y después del pantano, había olvidado el motivo que orilló a su hijo al suicidio. Y sin pensar se acercó a Deku y levantó su barbilla.

—Tal vez los besos saben a semen pero no el sabor de tu boca...

Entonces lo beso. Deku sintió la presión de sus labios y sorprendido abrió ligeramente la boca. Bakugou aprovecho para lamer los residuos de sangre en el interior y el sabor escaldó su lengua.

"Agridulce"

Después de trescientos años Bakugou identifico un sabor humano y aquello lo hizo sonreír.