Secreto

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Hungría

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Hungría.

Bakugou miraba furtivamente como Deku desabotonaba la sotana de un sacerdote quien abusaba de sus monaguillos en las cabinas de confesión. Siguió mirándolo como lo hacía a su reencarnación de 1770 durante las misas en esa misma catedral. Era evidente que cada vez que lo miraba, el hormigueo en su estomago crecía. Volvió a cuestionarse su manía de antaño: "¿Qué me sucede? Esta obsesión por este hombre..."

Vio como la boca de Deku se llenaba de un coagulo rojo entonces apretó el puño soportando su malestar abdominal mientras la yugular de su hijo se hinchó a causa de la comida. Chasqueo la boca y desvió la vista hacia la puerta cerrada del templo. Ya no quería verlo pues su cicatriz del sol le latía como si fuera un corazón y el deseo crecía como una gorda luna llena.

—¡Maldición! —gritó y su voz demoníaca resonó en el techo cóncavo. Furioso caminó en medio del pasillo de los bancas de roble y llegando al altar, jaló a su hijo y lo beso de nuevo. Lamió y sorbió la sangre de su victima debajo de un Cristo y encerró a Deku entre su cuerpo y la mesa del altar.

—K-kac... —Deku trató de hablar pero solo facilitó que su lengua lo penetrara.

Bakugou tenía un secreto. Hace dos meses beso a Deku y descubrió el sabor agridulce de los criminales pero le gustaba beber la sangre directo de la boca de su hijo, aquello le excitaba más que la yugular de una voluptuosa mujer. Y sentía cosas difíciles de explicar.

Encendido, le mordió la boca y pasó a su cuello mientras reventaba los botones de la camisa y le bajaba los tirantes.

—Espera, Kacchan no estoy listo... —Deku se quejó. Su padre ya le había hablado sobre que cada año debían tener transfusiones de sangre y aquello era el sexo de los vampiros y le aterraba.

—Por tu culpa no tengo padre para tener una transfusión así que toma la responsabilidad —gruñó Bakugou. Se desabotono la camisa, mostrando sus pectorales y sus pezones claros resaltaron ante los ojos de Deku —¡Bébeme! —ordenó como un padre a un vástago y este no pudo resistir.

Deku chupó su teta cuando probó su sangre lo enloqueció. Bakugou lo acostó, le despejó el cabello y vio la mirada de terror en su vástago.

—No soy un humano, —dijo considerando su trauma —seré gentil.

Entonces se cortó el largo del pene y entró despacio. Deku sintió el suave deslizar y gimió por la sangre en su interior. Y todo tomó su ritmo. Deku lloró por la excitación mientras encajaba sus uñas y sus piernas se apretaban a las caderas de su padre. Bakugou inyectó su sangre y al acabar ambos se sintieron limpios, fuertes y renovados.

—¿Así es como se hace el amor? —suspiró Deku pues Bakugou había sido amable y en todo momento comentó que lo quería.

—¿Amor? —Bakugou se sintió avergonzado por la palabra sin embargo ahora podía darle nombre a su malestar secreto.

ᴍɪʀᴀᴅᴀ ʀᴏᴊᴀ | ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora