Profecía

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Año 1870

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Año 1870

A lo lejos se oía el sonido del tren, Bakugou se acomodó su sombrero de bombín, alistó su boleto y sonrió. Por fin era libre, Todoroki se pudriría en el pantano y los sueños habían cesado pero se sentía extraño. Sufría de un hormigueo en el estómago y desconocía el motivo.

—Deku, Inglaterra es tu tierra y quizás sientas apego pero debemos irnos... —Y Bakugou le abotonó el traje y alineó su corbata. —A dónde quieres ir.

Izuku pensativo vio el cielo despejado, algo muy difícil de encontrar en Londres. Contempló el cinturón de Orión y sus ojos se humedecieron.

Carcassonne —susurró melancólico. Su acento francés estremeció a Bakugou. Izuku también recordaba fragmentos de su vida pasada.

Tomaron un barco y llegaron a la ciudad amurallada. La ciudadela tenía un estilo medieval, las puertas en arcos, puentes y torres puntiagudas. Caminaron por las angostas calles de piedra y notaron como las personas temerosas echaban una ojeada a fuera y cerraban de golpe las puertas. Ignorando el asunto, entraron a una casa abandonada y Bakugou acarició el ladrillo imaginando a dos niños persiguiéndose alrededor de un escritorio mientras el maestro Toshinori escribía datos en sus libros. De pronto se oyó un rugido que les erizó los vellos. Ambos se asomaron por la ventana y vieron una criatura arrastrándose por las calles. Tenía la piel gris, seca y arrugada, uñas afiladas y el rostro deformado, su figura parecía un murciélago gigante.

—¿Qué es eso, Kacchan?

—Es un nosferatu, son vampiros milenarios. —Aclaró —Los vampiros no son inmortales como piensas, con el tiempo tu sangre se vuelve densa, pestilente y rancia y te conviertas en un salvaje pero hay una profecía, dice que un día surgirá un vampiro capaz de superar los milenios... Y será tan poderoso que la luz del sol no lo quemara.

Deku contempló a la criatura que caminaba encorvada, chillaba y se mutilaba encajando sus garras en su pecho. Bakugou no creía en la profecía. Imposible que existiera un vampiro capaz de cumplirla, alguien que los siglos y la sangre no lo corrompieran hasta convertirse en un monstruo entonces de nuevo el extraño hormigueo apareció al ver las lágrimas de Deku.

—¿Por qué lloras, idiota? —preguntó furioso.

—Es triste —contestó compasivo -, no recordar tu nombre, el aroma de las flores, la sazón de la comida o simplemente el latir de un corazón.

—¡A quién le importa esas cosas, estúpido!

Y Bakugou enmudeció cuando Deku salió a enfrentar a la bestia deforme.

—Quizás los vampiros se vuelven salvajes porque olvidaron su humanidad —respondió a su padre entonces acarició aquella piel gris y verrugosa —Debes estar sufriendo mucho —dijo y recordó como sus violaciones lo hacían sentir una bola monstruosa de suciedad similar a la criatura que se arrancaba la piel —Quizás en la siguiente vida encuentres paz...

Las manos de Deku ardieron y suavemente la bestia desapareció en cenizas. Al contemplar el rostro amable de su hijo, Bakugou comenzó a creer que la profecía podría ser posible.

ᴍɪʀᴀᴅᴀ ʀᴏᴊᴀ | ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora