Cuando Hyunjin junto a sus padres y sus consejero habían llegado a el castillo de los Bang, no pudo evitar irse inmediatamente a la habitación de Chan, acertando, ya que esté si se encontraba allí y no en su oficina.
Minutos después los dos se encontraban recostados sobre la cama, Hyunjin se encontraba encima del mayor, besándolo.
Chan correspondió el beso, llevando sus manos hasta sus caderas, acariciándolas suavemente.
Después de separarse por aire, Chan miró a los ojos a Hyunjin.—¿Sabes que es de mala educación besarme cuando tus padres están en el castillo con los míos para planear tu boda?—Dijo, queriendo sonar un poco gracioso ante la situación, apenas Hyunjin había llegado, lo había lanzado sobre la cama y se había subido encima suyo a besarlo.
Hyunjin rió, una media sonrisa instalada en su rostro.—Sabes que no me importa, y nunca me importo.
—Cierto.—Respondió Chan.—Y a mí tampoco.—Dijo atrayendo de nuevo los labios del menor a los suyos.
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Chan y Hyunjin caminaban entre las calles junto a varios guardias, después de haber pasado un agradable momento entre ellos en el castillo, Chan le había propuesto salir a dar un paseo por su pueblo, y Hyunjin gustoso había aceptado.
Chan inhaló y exhaló, disfrutando el aire libre que le regalaba su pueblo.—Sabes, hace años que no caminábamos por el pueblo juntos.
—Sí...—Respondió Hyunjin, luchando por no mirar fijamente a Chan mientras caminaba a su lado, sabría que su mirada lo delataría, pero pensaba que ver a Chan en un escenario como el que les brindaba el pueblo hacía que se viera sumamente hermoso.—Es agradable, tu gente es muy tranquila y respetuosa.—Comentó.
Chan sonrió y asintió.—Lo son. Cuando tú no vienes o yo no voy de visita a tu reino, siempre me gusta venir y pasear, asegurarme de que mi gente esté bien, que no les falte nada a nadie.
Hyunjin suspiró ante las lindas palabras del mayor, pensó que no podía haber persona más hermosa y pura como él. Se sentía afortunado.—Es muy lindo de tu parte...
—Gracias, Jinnie-ah.
Hyunjin se sonrojó un poco ante el apodo, no se esperaba ser llamado así por Chan frente a sus guardias y gente del pueblo.
Mientras paseaban, Chan paraba seguidamente en puestos, tratando de comprar para poder ayudar a los vendedores y a los que no podían comprar; también cuando algún pueblerino los saludaba, Chan empezaba una conversación con ellos, tratando de saber si se encontraban bien y si necesitaban algo, ofreciéndoles ayuda, y también cuando se topaban a los niños pequeños jugando por donde caminaban, Chan se acercaba a ellos, o viceversa, y se saludaban.
Hyunjin no podía sentir su pecho más adolorido, su corazón no podía dejar de latir, latía tan fuerte que aveces era el único sonido que sus oídos podían escuchar. Tenía unas grandes ganas de acercarlo a su cuerpo, rodearlo con sus brazos y llenarlo de besos, sin importar el lugar, pero reprimió el deseó, no podía hacerlo.
Chan sonrió y acarició juguetonamente el cabello de un pequeño niño, haciendo que éste riera ante su contacto, Hyunjin miró la escena con ternura, pensó que Chan podría ser un gran, amoroso y cariñoso padre, mientras pensaba en eso, Chan volteó hacia él, sus miradas encontrándose, Chan sonrió tan grande que sus ojos desaparecieron, hizo movimientos con su mano para indicarle a Hyunjin acercarse a ellos. Hyunjin tragó duro, sintiendo como de nuevo su corazón se aceleraba y golpeaba fuerte contra su pecho.
