Hyunjin pensaba que era muy afortunado, justamente frente a él estaba la persona más hermosa de todo él mundo. Sí, Bang Chan. El amor de su vida.
Verlo como se encontraba sentado derecho en su asiento, mirando con atención su comida, usando con elegancia el cuchillo y su tenedor mientras cortaba la carne, en verdad era hasta perfecto comiendo.
Un suspiro brotó de sus labios, no podía apartar su mirada de él, es como si fuera atraído por un imán.
Por otro lado, se encontraba el consejero Park, ansioso mientras su mirada se movía del príncipe Hwang a la princesa Hirai, la cuál también miraba al príncipe Hwang.
Se asustó cuando vio al príncipe Hwang suspirar mientras su vista se encontraba enfocada en el príncipe Bang. ¿Acaso no estaba consciente de dónde se encontraba?
Se decidió a intervenir por él bien del príncipe, así que camino hacia él y se acercó a su oído.—Príncipe por favor prosiga a comer, está siendo muy obvio y no quiere levantar sospechas.
Escuchó al menor suspirar mientras bajaba su cabeza, tomaba el cuchillo y la cuchara, empezando a cortar sin ganas la carne.
Eso causo un pequeño pinchazo en su pecho mientras proseguía a volver a su lugar, él sabía que lo hacía por su bien, no quería que sufriera algo peor.
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Chan se sentía estresado, había sentido la mirada de Hyunjin sobre él, y el no poder corresponderla del modo en que él deseaba, en verdad lo molestaba.
Sabía que si le devolvía la mirada, la gente presente se daría cuenta de lo que tenían entre los dos, por que sus claras miradas transmitían el gran amor que se sentían el uno al otro.
Así que tuvo que contenerse y seguir comiendo como normalmente lo hacía, con los modales que le habían enseñado desde pequeño.
Pero unos minutos después, algo hizo que su mirada se moviera un poco, mirando de reojo como el consejero de Hyunjin se acercaba a él y le susurraba algo en el oído, algo que parecía no agradarle, por que Hyunjin suspiró mientras asentía y bajaba su mirada, volviendo a su comida.
Eso hizo que el pecho de Chan doliera, le dolía ver a Hyunjin desanimado por no poder hacer lo que quería, verlo con amor; y su mirada enfoco de repente los labios de Hyunjin, viendo como un pequeño puchero amenazaba en aparecer, haciendo que las ganas de levantarse e ir por él, a darle muchos besos y abrazos, se hicieran presentes...
Pero no, tuvo que reprimirlo bajando su mirada para no verlo, tenía que ser muy cuidadoso con lo que hacía, así que suprimió una mueca y prosiguió con lo que hacía.
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Chan suspiró de alivio cuando la puerta detrás de él cerró, en verdad le causaba mucho estrés y ansiedad encontrarse en una habitación junto a Hyunjin y su familia, era un gran martirio.
Pero ahora se alegraba, los reyes se habían quedado aun dentro, así que ahora podía irse juntó a Hyunjin, y eso haría, prosiguió a caminar por el pasillo, divisando a Hyunjin a unos cuantos metros de él.
Pero cuando iba a llamarlo, vió que no se encontraba sólo, junto a él estaban su hermana y la princesa Momo, caminando y platicando juntó a el menor muy animadamente, cuansando que Chan de detuviera inmediatamente.
Sí, sabía bien que él podría acercarse a ellos y fingir que eran los buenos amigos de siempre, pero las ganas de estar junto a él, a solas, lo había carcomido desde hace unas horas, así que estar juntó a él y su hermana, no traería nada bueno, y el dolor en su pecho con el simple hecho de verlos juntos, lo confirmaba.
Así que le dijo al consejero Lim, quien se había acercado a él unos minutos después, que necesitaba tiempo a solas, dirigiéndose a su habitación sin muchas ganas.
Tal vez está era la cruda realidad en la que vivían, golpeándolo como si de una cachetada se tratará.
