Capítulo 16

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-Deberíamos hacer un mapa. - Opinó Luis pensativo.

-¿Un mapa? -El de lentes bajó un poco la vista ya que el de cabello plateado se había sentado en la pared opuesta.

-Sí, del Reino Unido -aclaró y continuó hablando. -, podríamos intentar localizar todas las bases de la Armada Roja y marcarlas.

-Ya conocemos dos así que podría funcionar. -Mar se encogió de hombros a un lado de su primo.

-Sería útil a la hora de atacar. - Murmuró el de cabello extravagante.

-Se lo diré al líder cuando regresemos. -Luis miró al mayor con gesto determinado.

-Oíd,  extraña familia. - Habló la piloto interrumpiendo aquella conversación y mirándolos durante un breve momento sobre su hombro.

-No somos una...

-Me da igual,  escuchad - volvió a interrumpir. -, estamos llegando así que Mar vete preparando y vosotros dos, atentos a cuando hagamos explotar a esos idiotas.

Tom rodó la vista con una pequeña mueca en su rostro, era obvio que no le gustaba recibir órdenes de alguien quien probablemente pertenezca a la Armada Roja de verdad. Vio como Mar se levantaba de su sitio apoyándose en la pared pero los temblores no tardaron en aparecer.

Laira apagó el motor cuando al fin la avioneta estaba aparcada en su respectivo lugar.

-Mar, vamos, hay que darse prisa. - Dijo mientras se levantaba de su asiento.

La nombrada rodó los ojos molesta y fue detrás de ella pero Tom le cogía del antebrazo cuando pasó al lado suya.

-Toma, - le dio su pistola a lo que la otra lo cogió con dudas.- sabes qué hacer con ello.

La soltó antes de continuar caminando para esconderse en la parte trasera. Las mujeres se bajaron del vehículo antes de cerrar la puerta dejando todo a oscuras, Luis llegó junto con Tom con la ayuda de un débil hilo de luz que provenía de un faro no muy lejos por lo cual solo iluminaba muy poco.

Se acomodaron en la parte trasera sentándose en aquellas sombras donde no les verían con facilidad, Tom apagó las luces de sus lentes para que el escondite perdurara.  El único sonido que se podía apreciar en el lugar eran el de sus respiraciones además del lejano sonido de las pisadas de los soldados que vigilaban la base.

-¿Señor?  -El suave susurro de su compañero le hizo dar un suspiro pesado.

-¿Qué ocurre? -Preguntó con cierta sequedad.

-Pues... -Hubo una breve pausa antes de que pudiera continuar con su habla.- He estado pensando y me preguntaba... ¿No deberíamos decirle la verdad a Mar? Digo, ella confía en nosotros... Confió cuando hacíamos la misión.

-Porque tenía que hacerlo, era parte de la misión. -Respondió sin dejar de mirar la cristalera que se encontraba en la parte delantera.

-Pero es parte de mi familia -notó un tono de disgusto en su voz.-, sé que puede ser algo... Terca, pero es de fiar...

-Luis -le interrumpió empleando más fuerza de la que quería realmente.-, es mi vida y la gente no necesita saberla con verdad.

Sentía como el de cabello plateado se le quedaba mirando algo molesto, aunque él tampoco sabía la verdad entera y esperaba, no tener que contársela nunca; ya que probablemente le pondría en peligro.

-Lo siento -dio un pequeño suspiro con arrepentimiento en la voz.-, es que usted es tan...

-¿Reservado? Lo sé... Antes no era así... -Su voz tembló con levedad ante aquello último, carraspeó para calmar su voz antes de continuar.- Y nunca tuve hijo o hija... El oso es mío.

[ONE] //EddsworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora