-Tom -la voz de su amigo había llegado a sus oídos y se estremeció en su lugar.-, Tom, despierta, es hora de comer.
Abrió sus párpados con pesadez, su cuerpo aún se sentía cansado y agarrotado por la falta de movimiento pero aún así se sentía mejor que los anteriores días; Eliza le había estado visitando de manera regular ya que ella no quería que se sintiera solo algo que le parecía dulce por su parte. La niña también iba a darle la comida que su madre -que por cierto, descubrió que se llamaba Sarah- preparaba para él; en escenarios anteriores hubiera rechazado la comida que le daban ya que no las conocía muy bien y no se fiaba mucho de la madre, pero el hecho de que se encontraba débil le hacia darse cuenta que necesitaba recuperarse y dejar que las heridas se cerraran para que cuando vaya a rescatar a Luis estar en perfectas condiciones y listo para cualquier pelea que hubiera.
Se sentó en el colchón con cuidado notando las gruesas mantas que le ponían para que no tuviera tantos temblores, aunque los seguía teniendo ya no eran tan seguidos como antes, se pasó las manos por sus mejillas para despertarse del todo antes de percatarse del desenfoco de sus lentes, les dio unos suaves golpes para que se arreglaran a los segundos, se había ido acostumbrando ante este tipo de dificultades en su lente pero aún tenía esos pequeños momentos en los que éste mostraba simplemente una negrura que lo inquietaba y no podía ver hasta pasados unos minutos; y aunque ocurriera muy rara vez aún tenía algo de miedo de que pasara en mitad del rescate de su pareja.
Respiró hondo para calmarse, tal vez debía dejar de pensar en lo que le hacía vulnerable y encontrar una manera de no ser así en esos momento.El sonido de unos pasos corretear en su dirección hizo que alzara la vista para ver como Eliza habría la puerta con cierto cuidado por si se encontraba dormido pero su rostro se vio brillando al verle despierto.
-¡Tom! -Se acercó a él dando pequeños traspiés pero sin llegar a caerse.- ¿Cómo has dormido? No te he visto temblar en las noches.
Sonrió con cuidado al escuchar aquello, la niña al parecer siempre se despertaba por la noche y se iba a beber agua aunque antes iba a comprobar si se encontraba bien, algo que le parecía bastante tierno la verdad; y a lo que llamaba temblar era cuando él se retorcía al tener pesadillas.
-He dormido bien -le dijo antes de acariciarle su cabello sin terminar de peinar.-, ¿qué tal tú? ¿Has encontrado al Señor Arcoiris?
-Sí, estaba detrás del armario. -Asintió animada antes de sentarse a un lado suyo.
-¿Qué tal tu madre? ¿Está bien? -Le preguntó ahora mientras la veía acomodarse en su lugar.
-Últimamente está yendo al pueblo pero creo que está quedando con sus amigas -alzó la vista para mirarle.-, hoy también va por lo que tengo que sacar la nieve del tejado yo...
-¿Quieres que te ayude? Estoy mejor y creo que ya puedo mantenerme en pie. -Propuso aunque también podría tener algún desvanecimiento en esos momentos.
-No tienes que trabajar mucho, puede que te sientas mejor pero sigues estando malito. -Le dijo antes de pincharle con su pequeño dedo su nariz.- Pero si quieres puedes sujetar la cuerda, como el Señor Arcoiris está recuperándose de su pupa.
-¿Está herido? -Alzó una ceja mientras cogía a la niña por debajo de los sobacos para colocarla nuevamente a su lado.
-Sí, cuando mamá quiso sacarlo le hizo un poco pupa por lo que tuvo que operarlo. -Respondió dando un pequeño puchero por aquel recuerdo.
-Pues entonces sujetaré la cuerda. -Dio una pequeña sonrisa antes de revolver su cabello siendo recibido por un quejido.
-¡Pues vamos! -Se levantó de un salto antes de corretear hacia el pasillo.- ¡Casi se me olvida!
Tom se había levantado de la cama cuando la niña se asomó por el umbral.
-Tienes que desayunar primero. -Recordó para luego volver a desaparecer.
El de lentes dio un suspiro para luego recoger una camiseta blanca y de mangas largas que le había dado Sarah, se la puso sorprendiéndose de que le quedaba bien aunque un poco grande por lo que lo sobrante se lo tuvo que recoger para que no le molestase. Salió de la habitación encontrándose con aquellas paredes lima que hacia tiempo no veía debido a que había estado demasiado enfermo como para salir de la cama. Miró las fotos que ahora podía definir, se podía ver a un hombre de buena musculatura abrazando a una mujer con similitudes de Sarah pero con el cabello suelto además de que parecía tener un piecing en la nariz, ambos sonreían a la cámara mientras enseñaban la granja.
-Mi mamá dijo que con mi papá compraron la granja -habló la niña a un lado suyo haciendo que se sobresaltara ya que no se había percatado de su presencia.-, querían alejarse de la ciudad ya que era muy ruidosa.
-No mienten. -Concordó Tom antes de mirar a la niña que parecía seguir mirando una foto donde solo se encontraba su padre.- ¿Qué hay de comer?
-¡Tortitas! -Dijo la niña saliendo de su trance para mirarle con una sonrisa.
Eliza le cogió de la mano antes de arrastrarle a la cocina donde habían puestos ya dos platos listos para ser comidos.
-Mi mamá ya debe de estar preparándose para salir. -Eliza se sentó como pudo en la silla que había al frente de uno de los platos.
-¿Y el agua? -Miró el plato de la niña dándose cuenta de que a lo mejor podría atragantarse.
La de cabello oscuro abrió la boca para decir algo pero entonces no hubo respuesta haciendo que Tom diera una pequeña sonrisa ante la acción.
-¿Dónde están los vasos?
Miró donde señaló la pequeña, a un armario elevado de puertas oscuras; se acercó para abrirlo y encontrarse con lo básico de los utensilios allí por lo que cogió dos vasos de cristal para dejarlos encima de la mesa donde se encontraba la niña. Abrió la nevera para sacar una jarra de agua y lo sirvió en los vasos antes de sentarse delante de la comida, volvió su vista hacia la contraria quien ya estaba comiendo sus tortitas con el tenedor y el cuchillo; cogió los cubiertos con cuidado antes de empezar a cortar un trozo pero entonces, como una ráfaga de viento le golpeó en la cara, empezó a temblar de una forma incontrolable. Se tomó los dos brazos para detenerse a sí mismo y no asustar a Eliza pero ésta ya se encontraba llamando a su madre mientras corría en busca de ella, apoyó su frente en la mesa con la sensación de desvanecerse otra vez; se suponía que se sentía mejor pero al parecer ya no era así.
Su respiración ahora lenta y poca profunda luchaba por volver a conseguir aquella tranquilidad que poseía aunque no podía conseguir nada de ella. Su visión empezaba a hacerse borrosa por lo que cerró sus párpados para que sus lentes no se volvieran locas. Escuchó pasos rápidos caminar hacia su dirección y como alguien lograba levantarle.
ESTÁS LEYENDO
[ONE] //Eddsworld
FanficLa guerra estalló Tiene que sobrevivir No puede confiar en ninguno de los dos mandos Él está solo. >>Todos los personajes pertenecen a Edd Gould (q.e.p.d.) >>No se permiten copias o adaptaciones. > La imagen de portada me pertenec...