Dio un suspiro de forma temblorosa, aquello se le hacia más difícil de lo que creía. Revisó que llevaba todo lo necesario encima, ropa, comida, algunas pequeñas armas blancas... Revisó sus bolsillos del pantalón y se alivió al comprobar que el pen-drive aún se encontraba y que su móvil también estaba.
Colocó su mochila en la espalda y miró lo que una vez fue su hogar, agarró una botella que se encontraba llena de gasolina, repartió aquel líquido por todo su hogar hasta que al final ya no hubiera más; se quedó en el umbral de la puerta que daba a la calle que por suerte se encontraba encendida, sacó una cerilla y la prendió con cuidado, tiró la caja adentro de la casa y miró a su querido hogar. Iba añorar aquel lugar pero era por un bien común, dejó que la cerilla cayera hasta tocar el suelo que estaba rociado por aquel líquido inflamable, el fuego apareció en cuestión de segundos; se extendía por el camino de gasolina que había dejado. Tras un breve momento de observación cerró la puerta de su antiguo hogar y se fue del lugar....
Llevaba su mochila en el asiento del copiloto para que no molestara, sus manos agarraban con firmeza el volante. Había robado un coche que encontró de camino hacia las afuera, le parecía algo hipócrita al haber hecho aquello, durante mucho tiempo había detenido a gente que robaba autos que no eran de su pertenencia y ahora él hacia eso, podría haber cogido un coche de la comisaría ya que aún poseía las llaves pero llamaría mucho la atención y más cuando ya no habían coches de ese tipo circulando por las calles. Su mirada demostraba preocupación, podría haberse llevado consigo a la señora Ridder pero tal vez era demasiado peligroso para ella, no sabía que le depararía aquel viaje ni cuándo iba a tener que luchar contra su enemigo o qué le pasaría a él pero lo que sí sabía es que estaba solo.
Los primeros rayos del alba acariciaban su rostro con cuidado, las nubes se ocupaban de que no le llegaran con fuerza para no hacerle daño; no había dormido nada, solo había conducido en línea recta pero aquello no era nada nuevo para él, más bien, le hacía recordar a su niñez, cuando salía a pasear a la luz de las estrellas dejando que sus pasos sean su guía. El monitor indicó que le quedaba poca gasolina al coche y dejó escapar un pequeño suspiro, debería de parar en la siguiente gasolinera que se encontrará. A la distancia pudo ver como una gasolinera se asomaba por los árboles que abundaban en el lugar; se detuvo junto a un surtidor de combustible y colocó el freno de mano. Se bajó del coche y colocó el borde la manguera en la entrada que daba al depósito de gasolina, se apoyó en lo que ahora sería su coche con los brazos cruzados esperando a que se llenara la cantidad ideal para poder continuar.
Cuando estuvo lleno apretó el botón deteniendo el paso de aquel líquido negro que servía de combustible, lo colocó en su lugar y se metió dentro de la tienda donde debía pagar; el lugar era pequeño y se parecía igual a cualquier tienda de la gasolinera, se puso delante del mostrador y le dio suaves golpes al ver que el empleado se encontraba de espaldas a él mirando las noticias que se proyectaban por la minitele que había colgada en una de las esquinas del lugar. El empleado se giró y miró al cliente que tenía delante, prendió el ordenador que tenía a un lado y comenzó a chequear la gasolina que había sido invertida en el coche; mientras esperaba, miró la minitele donde acaban de poner una imagen de un cartel de "se busca" donde yacía su rostro. Maldijo en voz baja y se mordió la mejilla por dentro, pagó lo necesario y se fue de ahí lo más rápido posible. La Armada Roja ya sabía quién era el que en realidad poseía la información de todo el país, condujo unos kilómetros más para luego detenerse junto a un claro. Salió del coche y se colocó bajo un árbol, llamó a su jefe y esperó a que contestase.
Escuchó como cogían la llamada por la otra línea.
-¿Tom? -Preguntó Jerry preocupado.
No dijo nada, simplemente estiró el brazo y tiró el móvil hacia los árboles, tras escuchar como caía al suelo (sin saber si había llegado a quebrarse o no.) regresó al coche y siguió su camino; no era tan tonto como para llevarse el móvil consigo.
Las horas pasaban como si de parpadeos se trataran, la verdad era que no tenía un plan en mente, solo había salido de aquella ciudad por el mero hecho de que mente y cuerpo se lo pedían a gritos, debía de trazar un plan, y uno de inmediato; sabía que debía desaparecer del mapa, debía ocultarse en un lugar donde no hubiera tanta población pero a la vez la suficiente para pasar desapercibido, y entonces supo que debía viajar hacia el Norte ya que era la costa donde no habían tantas ciudades sino que habían había pequeños pueblos y algunas granjas. También debía inventarse una identidad, no podía ir dejando huellas al azar, sería peligroso para él.
Se detuvo de golpe cuando a lo lejos vio algo que no le gusto nada, suerte tuvo que se encontraba en una curva cerrada y el color del coche ayudaba a mantenerse oculto ya que se trataba de varios verdes de diferentes tonos. Se estiró un poco para adelante para ver mejor aquellos camiones de tonalidades rojas que estaban metros más allá de su "escondite", entrecerro la vista para poder visualizar mejor que los soldados se encontraban fuera de sus vehículos con arma en mano. ¿Acaso ya sabían que él se había ido por esa carretera? No, no podía ser eso, había sido muy cuidadoso al haberse marchado. A lo lejos le pareció ver que algo salía entre los arbustos, los soldados cogieron sus armas y apuntaron hacia el lugar donde se estaba abriendo un camino; una figura joven apareció corriendo pero que se detuvo en seco al ver que habían soldados ahí, se sorprendió mucho al comprobar quien era y como si algo le incitara hacerlo arrancó el coche pisando a fondo el acelerador. Los soldados se volvieron al escuchar las ruedas de un coche ser gastadas, Tom logró atropellar a los soldados pero como consecuencia el coche se estampó contra uno de las furgonetas de la Armada Roja, salió como pudo de ahí con una mano agarrada a la mochila y la otra con la pistola apuntando a lo que habían conseguido esquivar ese ataque.
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Me olvidé de esto, weyEsto estará un poco muerte hasta que termine el segundo uwu
Así que, gente que lee, puede que nos veamos después de 40 años :)

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[ONE] //Eddsworld
Fiksi PenggemarLa guerra estalló Tiene que sobrevivir No puede confiar en ninguno de los dos mandos Él está solo. >>Todos los personajes pertenecen a Edd Gould (q.e.p.d.) >>No se permiten copias o adaptaciones. > La imagen de portada me pertenec...