La base era más grande de lo que recordaban, habían quitado aquellas vallas y empezado una construcción en una de sus esquinas mientras soldados vigilaban el lugar; aún sí, desde ahí se podía apreciar la antena gigante que no se movía de su lugar.
-¿Vamos a cambiar el plan? -Preguntó Luis volteando hacia el otros tres que seguían mirando a la base con disgusto.
-No, podemos hacerlo, solo son un par de... Obstáculos más grandes. -Habló Martha mientras hacía un gesto con la mano.
-Habrá que pedirle ayuda a la Rebelión, que la patrulla más cercana venga a ayudar. -Comentó Elisabeth retrocediendo en su lugar para dirigirse al coche que se encontraba aparcado unos metros más allá.
Habían parado a un lado de la carretera cuando ya lograban ver la base que debían asaltar, aunque el tamaño había crecido y habían soldados vigilando desde afuera no se sentían intimidados. Tom no despegaba su vista de aquel edificio militar a la cual en cuestión de minutos entrarían.
-¿Señor? -Luis se acercó a su lado.
Quitó la vista de aquel edificio para contemplar al contrario que había vuelto a fijar su vista en la base enemiga.
-¿Cree usted que esté allí? -Preguntó con cierta esperanza y preocupación en su voz.
No respondió al instante, miró nuevamente la lejanía logrando visualizar un poco lo que sería el interior de la base, existían posibilidades de que Mar estuviera ahí o no. Su mano acabó en el hombro del joven adulto estrechándola con suavidad.
-Iremos a ver. -Le comentó el de cuencas antes de darle pequeñas palmadas en el omoplato.
-Pero recordad que hay que ir con cuidado -habló Martha que no se había movido de su sitio y seguía con los brazos cruzados.-, no sabemos qué han modificado exactamente, a lo mejor hay trampas.
Los de azules, que se habían dado la vuelta para mirar a la contraria, asintieron de acuerdo al escucharla antes de acercarse al coche donde se encontraba Elisabeth quien recién acababa de cortar la llamada.
-Tardarán una media hora -comentó con tranquilidad mientras Martha se acercaba a ellos.-, nos infiltráremos en unos quince o veinte minutos para que se confíen y eso.
-Mejor será quince -dijo ahora Tom.-, si queremos que se confíen tendrá que haber un margen de tiempo más largo.
El de lentes miró al pequeño grupo para ver si estaban de acuerdo, y así era.
-Bien, a esperar entonces -Martha se subió al coche empujando a Elisabeth dentro.-, avisaré cuando sea el momento.
El silencio reinó en el lugar durante esos largos quince minutos que dejaban un paso del tiempo, de un momento calmado a uno más agitado.
Notaba a Luis algo nervioso, probablemente por el hecho de que a lo mejor los soldados le sobrepasaran aunque podrían ir a por un helicóptero e imitar lo que habían hecho una vez hace tiempo atrás con Mar, algo que hacía que Tom se preocupara; dejaron a Martha y a Elisabeth a una distancia segura antes de empezar a bordear la base lo más lejos posible para no ser detectados antes de tiempo.
El de cabello plateado miraba por la ventanilla con ciertos nervios lo cual entendía, como la Armada Roja parecía haber cambiado el sistema de las bases no sabrían dónde estarían los prisioneros, suponía un obstáculos para ellos pero podían contra ellos; tenían que poder contra ellos.-No veo ninguna tienda con doble vigilancia o algo por el estilo -habló Luis con una voz apenada.-, pero aún quedan las de dentro.
-Recuerda que hay posibilidades -Tom conducía con cuidado, sin ser muy rápido ni ruidoso.- de que esté en otro lado, o haya escapado por sus propios medios.
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[ONE] //Eddsworld
FanfictionLa guerra estalló Tiene que sobrevivir No puede confiar en ninguno de los dos mandos Él está solo. >>Todos los personajes pertenecen a Edd Gould (q.e.p.d.) >>No se permiten copias o adaptaciones. > La imagen de portada me pertenec...