Capítulo 34

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El de lentes se había despertado tras aquel ataque que había tenido, se movió un poco en la cama antes de poder percatarse de que Eliza se encontraba a su lado, estaba dormida. Le acarició un poco el cabello con cuidado sin despertarla aunque luego alzó la vista hacia la puerta tras unos pasos que se acercaban.
La puerta se abrió con cuidado revelando a Sarah con cierto aire preocupado pero al verle cambió a uno aliviado.

-De verdad que nos das sustos -aclaró para luego carraspear-, a Eliza casi le da algo cuando empezaste a temblar de esa manera; creo que deberías quedarte en la cama un tiempo más, por si acaso.

Le sorprendió un poco al escucharla decir aquello ya que la mujer no parecía mucho preocuparse por él.

-Es mi culpa -miró a la niña preocupado-, no debí haber salido de la cama.

Se sentía mal por no poder confiar en sus instintos de mejoría, quería mejorar para poder rescatar a su pareja aunque cabiera la posibilidad de que ya hubiera escapado. Alzó la vista nuevamente al escuchar a la mujer hablar nuevamente.

-¿Por qué estabas herido? La gente de por aquí no suele ser herida de bala -La embarazada se acercó a su hija y la cogió en brazos como pudo-, o acabar en el granera de otra persona casi sin sangre.

-Lo... -Calló sin saber muy bien qué decir, no sabía si hablar o simplemente contar una mentira- La Armada Roja...

Bajó la mirada al decir aquello mientras notaba el silencio de la otra, podían pasar dos cosas y él solo esperaba que pasara una la verdad.

-Entiendo... La Armada Roja se ha llevado a mi marido, era un buen hombre -respondió Sarah haciendo que Tom la volviera a ver-; ese ejército a estado acosando a demás personas simplemente para conseguir más soldados o recursos... No me caen bien.

-Je ya somos dos entonces. -Sonrió con suavidad antes de sentarse de manera correcta y percatarse de que hacía un esfuerzo para mantener a su hija en brazos- No deberías hacer sobreesfuerzos.

-Espero que sigas tu mismo consejo.

El de lentes negó con suavidad la cabeza antes de levantarse de su cama para agarrar a la niña con cuidado, sintió sus brazos quejarse por aquello pero aguantó.

-Gracias. -Susurró la mujer dando un breve suspiro.

Tom asintió mientras acomodaba a Eliza entre sus brazos antes de seguir a la madre por el pequeño pasillo, el segundo a la izquierda era el cuarto de la pequeña lo cual era bueno saberlo por si la niña volvía a quedarse a dormir en su cuarto. La habitación no era grande pero era justo para que la niña pudiera esparcir sus juguetes y demás cosas en los armarios y en las orillas del suelo. Dejó con cuidado el cuerpo dormido en su cama que tenía unas sábanas anaranjadas, Sarah la arropó entonces mientras Tom se alejaba de allí; su cuerpo parecía estar mejor aunque luego podría tener esos temblores que no le gustaban mucho la verdad.
Una vez en el pasillo miró la salida antes de caminar de regreso al cuarto que le habían dado prestado a la espera de que pasara el día.

-No has comido. -Sarah se había apoyado en el umbral con una mano mientras con la otra traía una bandeja con comida, la misma que había intentado desayunar una vez.

-¿Guardaste la comida? -Se encontraba sentado nuevamente en la cama y la miraba con una ceja levantada.

-Es lo que una persona normal hace para no desperdiciar comida. -Respondió con obviedad antes de dejarle la comida- Pero supongo que no estás acostumbrado a comer mucho, casi pareces esta flaco.

El contrario desvío su vista hacia la comida, no tenía la fuerza suficiente como para admitir sus idioteces en esos instantes. Sarah pareció notar su indirecta de no querer hablar ya que se fue de allí dando un suspiro.

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Me vengo a enterar ahora que esto no se subió, o si lo hizo pero que no se muerta >:v

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