Capítulo 3

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Levanté la vista y Harry estaba saludando a las demás personas, de pronto sus ojos me vieron y se oscurecieron de inmediato, se le tensó la mandíbula y yo volví a mirar hacia abajo, estaba nerviosa, Taylor solo dijo compañeros, no dueños de la revista, me quiero ir, me quiero ir, sentí que la silla frente a mi se movió, y entonces se sentó ¿No pudo haber escogido otro lugar? Levante la vista y sus ojos ya me esperaban, me esta hechizando otra vez.
- ¿Amor qué quieres de beber? - me preguntó Taylor a mi lado, gire mi cabeza en un segundo para que no notara que estaba mirando a su jefe.
- Un martini por favor - le sonreí lo mejor que pude y él beso suave mis labios al levantarse de la mesa. Lo quedé observando mientras caminaba a la barra a mi espalda, una chica muy coqueta se acercó a él, Taylor se río por algo que esta le dijo y yo me volví a sentir como en la secundaria, le quite la vista, miré al suelo y me volví a enderezar, ahora si que me siento incómoda, mi prometido está coqueteando con otra chica frente a mis ojos, ahora si que si me quiero ir de aquí, miré a Harry, pero su mirada ya no era la misma, me miraba con lástima, él se acaba de dar cuenta de todo, le sonreí sin que me llegara a los ojos levantado mis hombros, y volví a agachar mi mirada, yo no sé si Taylor me ha sido infiel alguna vez, y no lo quiero saber ¿Qué verá en las demás qué no ve en mí? Odio hacerme esa pregunta, me la llevo haciendo desde que me gusta, me hace sentir que mi aspecto no es suficiente, que estoy haciendo el ridículo luciendo este vestido tan corto aparentando una seguridad que no tengo, saqué mi chaqueta que estaba colgada en la silla, era larga, me cubrirá lo suficiente, me la puse de manera sutil sentada, de pronto sentí un golpe en mi pie, miré hacia el frente y Harry me miraba con el ceño fruncido, comenzó a mover la cabeza diciéndome que no me tapara, se mojó el labio inferior mientras no dejaba de mirar mi escote, me cerró un ojo, y sentí que si valía la pena andar con este vestido, recordé su amenaza, así que no me negué a su provocación, volví a colgar la chaqueta en su lugar nerviosa, pero me arme de valor y apoyé los codos en la mesa con toda seguridad, quiero que vea que no me intimida a pesar de su amenaza y de sus tratos, aunque debo admitir que con o sin amenaza, me hubiese quitado la chaqueta igual para que Harry me siguiera mirando de la manera en que lo está haciendo.
- Su martini señorita - dijo Taylor volviendo a la mesa, quité los ojos de Harry y lo miré, le sonreí fingidamente y tome mi copa.
Traté de beberla lento, para estar concentrada en esa copa y en nada más que estuviera a mi alrededor, menos en Harry, Taylor terminara sospechando de algo si no le puedo quitar la vista de encima a su jefe, ordenamos comida y sentía que se me hacían eternos los minutos aquí, me quiero ir, por fin llegaron los platos con comida y comí lo más lento que pude, así tendría mi vista solo en lo que estoy comiendo, no quiero levantar la vista, no quiero ver los ojos de arrogancia de Harry, no quiero ver a Taylor coqueteando con alguien más, terminé mi plato y ya no tengo nada mas que hacer aquí, debo estar loca si me iré dejando a mi prometido aquí solo para que las demás chicas le coqueteen, eso es lo que hace mi inseguridad conmigo y contra eso siento la guerra esta perdida, pero no permitiré que Harry se atreva a pedirme a hacer algo en frente de Taylor y me exponga de alguna u otra manera.
- Amor ya me iré, estoy muy cansada, te espero en casa - le dije algo nerviosa, Taylor frunció el ceño.
- Te iré a dejar a un taxi - dijo levantándose de la mesa.
- No, no te preocupes por favor, solo lo tomare acá afuera, no pasará nada - le dije acariciándole el hombro para que no terminara de ponerse de pie.
- Esta bien nos vemos - dijo poniendo su mano en la mía, lo solté, tomé mi chaqueta y me fui.
Al salir trataba de tomar un taxi pero todos pasaban ocupados, esta es mi suerte.
- Insisto, ese chico hace todo mal - dijo Harry a mi lado, no puedo creer se haya levantado de la mesa para salir a fastidiarme, encendió un cigarrillo y comenzó a fumar.
- No tiene porque hacer las cosas bien con una cualquiera - le dije sin mirarlo y poniéndome a caminar lejos de ahí.
- Mia detente - y es como si mi cuerpo estuviera conectado a sus palabras, me detuve en seco y me giré a mirarlo - No te irás sola, mi chofer te llevará a casa - dijo seguro abriendo la puerta trasera de un auto de lujo.
- No gracias - le dije volviéndome a girar para seguir caminando.
Hice parar un taxi, me subí, no quise voltear a mirar a Harry, no se si me habrá seguido como en las películas para interrumpir mi huida, por favor Mía madura. Llegué al piso, lo primero que hice al entrar fue echarme en la cama, mañana no tengo clases en mi horario, así que hago doble turno en la cafetería, necesito descansar, lo necesito, me quedé dormida enseguida.
Sonaba el timbre, golpeaban la puerta, el inútil de mi futuro esposo olvidó la llave, me quedé dormida vestida, hasta los stilettos llevo puestos, me puse de pie y seguían golpeando la puerta, caminé a la entrada y abrí, no era Taylor. Harry entró aprisionándome contra la muralla, cerró la puerta tirándola con un pie, se agarró de mi cabello para besarme y yo se lo permití, su olor, sus besos y sus manos me hechizaban por completo, pero no, no puedo permitirlo, hoy me trató de lo peor, no puede venir y hacer lo que se le antoje conmigo cuando él quiera, y sobretodo menos en donde vivo con mi prometido, ¡estoy comprometida!, ese es el punto más importante que debería pasar por mi cabeza, no lo primero que nombre. Lo alejé lo más fuerte que pude y me apretó más fuerte contra él, tengo que ser fuerte, hice otra intento y me soltó.
- ¡Siempre dices que Taylor hace todo mal, pero el único que me ha tratado mal aquí eres tú! - le dije furiosa.
- Mia yo - se comenzó a acercar de nuevo.
- ¡Mia nada! ¡Quiero que te vayas ahora! - le grité, me quedó mirando un segundo, en ese momento sentí que si se quedaba más tiempo mirándome, yo me abalanzaría sobre él para besarlo, pero abrió la puerta y salió.
Todavía me costaba respirar de manera correcta después de la manera en que me besó, esta completamente loco, podía haber llegado Taylor en ese momento. Volví a entrar a la habitación, me tiré nuevamente en la cama, me saqué los stilettos y me tapé, miré mi teléfono y solo habían pasado 10 minutos desde que llegué aquí, solo dormí profundo 10 minutos, eso se debe significar una sola cosa, Harry si me siguió, y en su auto hasta aquí, no, no me puedo poner feliz por eso, dios soy insufrible.
Esta vez me costó conciliar el sueño, aún sentía su olor y sus besos rozándome, no se cuanto rato habrá pasado cuando sentí abrirse la puerta principal, esta vez si debería ser Taylor, me giré, me corrí bien a mi orilla y me hice la dormida, Taylor comenzó a desvestirse, se metió a la cama, apenas se acostó me agarró de la cintura tirándome hacia él, me abrazo, metió una mano bajo mi vestido para dejarla reposar en mi estómago y comencé a sentir su respiración cerca de mi oído, pero a pesar de todo eso, yo aún seguía sintiendo el olor de Harry.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora