Capítulo 1

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- Por favor amiga hazlo - insistía Stephanie desde el otro lado del teléfono.
- No Step, sabes que yo no soy así - le contesté segura y casi enfadada para que dejara de insistir en esa idea.
- Por favor amiga, no tengo a otra chica más guapa, y te necesito - seguía insistiendo, sabe de sobra que no debió haber dicho lo de guapa, odio que me lo digan, porque yo no me lo creo, y si yo no soy capaz de creerlo, menos lo creeré si viene el comentario desde fuera, y eso ella lo sabe - Te pago 250 dólares - eso si que me gusto escuchar.
- Debiste haber iniciado por ahí - le dije cerrando el trato.
- ¿Eso es un si? ¡Por favor di que es un si! - gritaba eufórica, tuve que alejar el teléfono de mi oído para no quedar sorda.
- Es un si mujer - le respondí molesta.
- Genial, ponte el vestido más sexy que tengas y te vienes al club, te espero yo y  los 250 dólares - dijo feliz y colgó.
No puedo creer que haya aceptado, yo no soy así, no salgo nunca a fiestas, no utilizo ropa sexy, me siento incómoda, esto no es lo mío, pero si Step me pagará los 250 dólares es porque de verdad necesita gente para ese evento. Nunca he entendido muy bien de lo que se trata, pero siempre me habla sobre vender paquetes de eventos completos y eso incluye reclutar chicas cuando se necesita para armar presencia y ambiente, no sé qué tanta presencia podré hacer yo ahí, estaré completamente fuera de lugar.
Fui a mi closet, me probé una infinidad de vestidos, pero ninguno me gustaba, siempre he sido insegura, siempre veía en el espejo algún defecto, algo que no me gustaba de mí, no sé por qué soy así, simplemente es lo que siento. El primer vestido se me veían los pechos muy grandes, el segundo vestido no tenía escote en el pecho, pero se me veían las caderas muy anchas, el tercer vestido sentía que me hacía ver una panza con hinchazón, en el décimo vestido ya me estaba dando por vencida, es por esto que nunca salgo, porque nada me queda bien, en mi mente es algo que simplemente no puedo explicarlo en palabras, pero a medida que me voy probando atuendos y no me van gustando, mi inseguridad aumenta, hasta que llega un momento en que me saco todas las prendas, me pongo un chandal y no salga de casa, esta vez no podía hacer eso, eran 250 dólares. Al final, adivinen, pasó lo de siempre, me quede con el primer vestido, tenía un escote pronunciado, muy pronunciado diría yo, pero bueno, es una fiesta, deben andar mujeres mostrando más que yo, ese será mi consuelo de esta noche. Este vestido lo he ocupado solo una vez en mi vida, fue una noche para celebrar que mi prometido se había graduado de editor en la UNY. Es rojo, escote corazón, tirantes anchos, precisamente esos tirantes hacían que mi busto se levantara agrandándolo y aplastándolo demasiado, es realmente apegado y corto, me siento incómoda, si le sigo dando vueltas al vestido me lo sacaré y no iré a ninguna parte, así que deje de mirarme y pensar, y seguí en lo demás que me faltaba aún. Me puse unos stilettos nude y solo me aplique máscara de pestañas negra, mi cabello lo dejé así natural, tengo el cabello largo hasta casi la cintura, recto, muy liso y un negro tan intenso que hace que mi piel se vea más blanca, y mis ojos marrones más claros de lo que en verdad son. No me peino, es tan liso que solo me pongo el cabello detrás mis orejas para que no me moleste.
No se que explicación le daría a Taylor en estos momentos al verme saliendo vestida así de casa, "Cariño no iré de fiesta, solo me vestí así para que me paguen", que retorcido sonaría eso, por suerte no está, anda en un bar bebiendo con sus nuevos compañeros de trabajo, así que podré ir por mis 250 dólares. Antes de salir por la puerta principal me saque mi anillo de compromiso y lo guardé en mi bolso, no sé porqué estoy haciendo esta estupidez, pero se que al llegar allá Stephanie me obligará a que me lo quite igual, tiene una estupida teoría sobre "No uses el anillo, verás cuantos chicos se te acercan y te volverás mas segura", aún no entiende que he sido insegura toda mi vida, va más allá sobre si los chicos se te acercan o no. Le envié un mensaje a Taylor diciendo que esta noche dormiré con Step y salí.
Llegué al edificio del evento, es cerca de Times Square, y Step me dejo por mensaje que es en en el último piso. Subí al ascensor muy nerviosa, no conozco a nadie, no sé qué haré ahí dentro, las puertas se abrieron y caí de golpe en el evento, todos andaban bien vestidos, los hombres casi todos de camisa y la mayoría de las mujeres de manera provocadora, me relaje al instante, pasaré desapercibida con mi gran escote por aquí. Pasó un hombre con copas de espumante en una bandeja y cogí una de inmediato, había un Dj, pero no era de las típicas fiestas alocadas, se notaba que había cierto ambiente más relajado y sofisticado aquí. Me fui a poner de pie apoyada entre un pilar y de esas mesas pequeñas altas para apoyar el trago mientras conversas, bebí mi copa de un sorbo, necesito relajarme y dejar los nervios, apoye la copa vacía en la mesa mientras buscaba con la mirada a Step, pero no la veía por ninguna parte, mi ojos se encontraron con unos ojos preciosos, pero no sabría decir que color son desde esta distancia ni por los colores de las luces, el hombre comenzó a caminar hacia a mí, no, no, que no venga hacia a mí, era atractivo, muy atractivo.
- Hola - sentí  que me dijeron a mi lado, haciéndome sobre saltar, estaba perdida mirando al otro hombre, volteé mi vista ire y era un tipo igual de atractivo, pero no me provocaba lo que él otro logró, estoy comprometida por dios, ningún hombre debería provocarme nada - Por favor, te pediré una copa - dijo seguro, yo no era capaz de responderle, solo quería salir de aquí, iba a hablar cuando de pronto me interrumpieron.
- Cuánto lo siento, pero la señorita ya está ocupada - sentí otra voz a mi lado, giré mi cabeza y era el hombre atractivo, agache mi mirada de inmediato, no quería que esos ojos me atraparan, y tampoco quiero averiguar de qué colores son sus ojos. Vi su mano con un vaso de whisky y con la otra entregándome una copa de espumante, del mismo que había acabado recién, el tipo de al lado se fue,  y yo apoye la copa en la mesa, tengo que salir de aquí, jamás había hablado con otro hombre de esta manera desde que comencé mi relación con Taylor.
- Gracias - mi tono era demasiado nervioso, lo miré a los ojos y su mirada era intensa, comencé a retroceder, pero puso su mano en la curvatura de mi trasero y me apego a él, sentí su aroma y cerré los ojos, era completamente exquisito, de pronto una voz me devolvió a la realidad.
- Gracias - dijeron tras de mí, abrí los ojos y el hombre que me tenía agarrada cerró un ojo, miré e iba pasando uno de los chicos con una bandeja llena de tragos, si él no me hubiese detenido, mi salida hubiese sido triunfal dejando el desastre en la fiesta, como el desastre que soy yo. Me soltó y se llevó su vaso con whisky a la boca, mi cuerpo reaccionó de forma instantánea queriendo que sus manos volvieran a estar sobre mí, con Taylor no sentía esto, a lo mejor lo sentí en un principio y no lo recuerdo.
- Gracias otra vez - le dije nerviosa con rostro de "Discúlpame soy así" y se le formó una sonrisa hermosa en su rostro.
- Harry James Thompson - dijo tendiéndome una mano. No puedo decirle mi nombre real, yo tengo pareja, nadie puede saber que estoy aquí por dinero.
- Stephanie Gregson - estire mi mano y respondí su saludo, que creatividad la mía, el nombre de mi mejor amiga con mi apellido.
Comenzamos a conversar y la verdad es que me relaje demasiado, era un tipo muy simpático y muy gracioso, me hizo reír varias veces, sentí que disfrutaba de la fiesta, además de sentirme segura a su lado, así ningún otro chico se me acercaba, entre los análisis que iba haciendo el único que pude lograr fue que debe rondar los 30, él me dijo que trabajaba en una revista, pero nada importante, yo le inventé que trabajaba en una oficina por aquí cerca, que el trabajo era aburrido, que no lo aburriría con los detalles.
- Salgamos a la terraza - sentí que fue más una afirmación que una pregunta, porque volvió a poner su mano donde la había puesto hace un rato, guiándome hacia los ventanales. Al salir se levantaba todo Nueva York en su máximo esplendor. Afuera no habían personas, estaban todos dentro bebiendo y conversando, si hubiese sabido que esta sería la vista aquí, no hubiese estado dentro, por nada del mundo, a lo mejor las personas que están dentro tampoco lo saben.
- Me encanta ... - iba a terminar mi frase pero me acorraló contra un pilar y me comenzó a besar, yo debería estar forcejeando para que me suelte, alejándolo, separándolo de mi, pero no pude, apenas sentí el tacto de sus labios en los míos me dejé llevar por completo, me sentía en un sueño, un hombre tan atractivo como él, Nueva York de esta manera frente a mí, si, esto definitivamente debe ser un sueño.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora