Capítulo 19: Ley De Gravedad.

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Un cachorro igual de negro que mi cabello con una cinta roja de regalo amarrada comenzó a correr eufórico hacia a nosotros, me agaché para recibirlo y lo tome en brazos, comenzó a lamer todo mi brazo.
- ¡Me encanta! - grité feliz con el cachorro en brazos haciéndole cariño, miré a Harry y este estaba mirándome con sus ojos maravillosos.
- ¿Enserio te encanto mi sorpresa? - me preguntó feliz lleno de ternura acariciando al cachorro también.
- Claro que si - me acerqué a darle un beso pero el cachorro se adelantó y le pegó una lengüetada por su mejilla, me aleje y los dos comenzamos a reír.
- Creo que me iré a lavar y después me besas - trato de decir entre risas mientras iba de camino al baño de su habitación.
- ¿Le pusiste nombre? - lo seguí con el cachorro en brazos.
- No, quería que ambos le pusiéramos un nombre - entró al baño.
- No se me ocurre ninguno - respondí pensativa.
- Tendremos tiempo para pensarlo, pero después de que me des las gracias - me cerró un ojo mirándome a través del espejo.
- Señor Thompson uno regala sin intención de recibir nada a cambio - puso los ojos en blanco.
- Que aburrida entonces lo devuelvo - no pudo disimular su sonrisa.
- ¿Lo adoptaste o lo compraste?.
- Lo adopte, conociéndote se que te gustaría adoptar y no comprar, así que oficialmente no es de ninguna raza - respondió seguro secándose la mejilla y las manos.
- Me encantas amor - respondí sin pensar.
- ¿Me lo dices a mi o al perro? - preguntó Harry mirándome con ese gesto en su sonrisa que haces que te derrita.
- Quédate con la duda - obvio que se lo decía a él, pero utilice la palabra amor, jamás le había dicho de esa manera.
- Ya suelta a ese cachorro y dame las gracias - trató de soñar molesto.
- Lo siento señor Thompson, pero oficialmente ha sido desplazado - comencé a bajar las escaleras.
- Mia es un cachorro déjalo en su cama, dormirá igual, no tienes que mecerlo como un bebé - me siguió devuelta al salón.
- Déjame consentirlo - me encanta, simplemente el cachorro me encanta, sobre todo que su pelaje sea igual de negro intenso que mi cabello, es tan tierno, siento que ahora pasaré todos los días en el piso de Harry para estar con mi cachorro.
- ¿Y a mí quien me consiente? - preguntó sentándose en el sofá.
- Celoso - le reproche.
- Cuando se trata de ti, claro que si - dejé al cachorro en su cama - ¡Por fin!, ahora ven a consentir a este bebé - me paré y lo observé desafiante, Harry comenzó a reír - Ven a darme las gracias como corresponde - me hizo un gesto de que me sentara sobre él, ay por dios como me voy a negar a ese hombre, es imposible. Recordé cómo me sentí la noche anterior provocándolo, eso me hizo caminar decidida y sentarme sobre él.
- Gracias amor - le dije de manera coqueta y sexy. Harry levantó una ceja, maldita sea le dije amor.
- Si regalarte un cachorro hará que me digas amor, llenaré este piso de perros - me puse a reír por su frase, pero Harry no, Harry estaba concentrado observándome, paré de reír, me puse demasiado nerviosa por su forma de mirarme, hasta tuve que agachar la mirada. Tomó mi cabello desde atrás y me hizo levantar el mentón, me acercó posesivo hasta su boca, me torturó unos segundos con su cercanía que cerré los ojos, abrí la boca esperando su beso, pero nada.
- Bésame por favor - le pedí expectante sin abrir los ojos.
- Por favor ¿Qué? - lo tengo tan cerca, necesito que me bese, me siento en un desierto frente a un oasis muriendo de sed.
- Harry - le supliqué.
- Incorrecto preciosa - su aliento me está volviendo loca, me agarró más fuerte del cabello y su otra mano la apretó con fuerza en mi cintura presionándome contra él. Se suponía que yo iba a provocarlo, o a eso venía decidida cuando camine hasta aquí, pero mi plan se fue por el retrete y me tiene aquí a sus pies suplicando sus besos.
- Amor - le pedi susurrando y sentí que sonrío, hasta que al fin juntó nuestras bocas.

- Clifford - dije expectante, pero Harry aún no despertaba a mi lado - Harry despierta - lo moví, pero se quejó y se corrió de mí lado - ¡Harry! - grité.
- ¿Qué? - contestó durmiendo - Me utilizaste toda la noche y ahora no me dejas dormir, ¿Qué acaso nunca tienes suficiente de mí? - dijo sin abrir los ojos con voz de sueño.
- Ya le tengo nombre al perro, lo llamaré Clifford - dije feliz aplaudiendo.
- ¿Clifford? - abrió un solo ojo para mirarme.
- Cuando pequeña siempre soñé con tener un Clifford y mis padres jamás me compraron un perro.
- ¿Pequeña? ¿Qué acaso viste dibujos animados .. - se detuvo - ay por dios - se tapó el rostro con la almohada.
- ¿Qué? - lo moví para que siguiera hablando.
- Nada - se giró para seguir durmiendo.
- Habla Harry - lo volví a mover insistiendo.
- Tienes la edad de mi sobrina me quiero morir - confesó con la cabeza metida en la almohada. ¿Para él será problema la edad? Son 8 años de diferencia, si me pongo a pensar yo no le veo problema ¿Pero él? ¿Yo podría salir con alguien menor que yo por 8 años? Un chico de 15 años, ay no. Lo dejé de molestar, a lo mejor para él si es problema la edad, ¿Cómo me presentara a sus padres? Ella es Mia, tiene la misma edad que vuestra nieta, no, esto está mal, cuando le confesé mi edad reaccionó algo tenso, pero ahora que le dije lo de Clifford debió relacionarlo seguramente con su sobrina. Me levanté de la cama, baje a buscar a Clifford, estaba tirado abajo de la escalera durmiendo, seguramente intento subir, pero es muy pequeño, cuando me escucho reaccionó de inmediato y se puso a ladrar y a mover la cola.
- Hola mi hermoso Clifford - le dije agachándome para tomarlo en brazos, camine hasta el sofá y nos sentamos ahí, ¿habrá echo sus necesidades por algún lado? Busqué por el alrededor en el piso, hasta que ví su cama y al lado una caja que creo que debe ser para eso, no me imagino a Harry comprando este tipo de cosas con un perro en mano, debió mandar a Chase por todo esto, de pronto Clifford se zafó de mis brazos e hizo intentos de bajar del sofá, pero le dio miedo, me ladraba e intentaba bajar, así que lo tome y lo baje y comenzó a correr, lo miré sonriente hasta que saltó y vi unos pies, Clifford debió sentir bajar a Harry y corrió a buscarlo, Harry lo miró feliz y se agachó a recogerlo, camino con él en brazos y se sentó a mi lado, ¿Tiene una sobrina de mi edad? Aún no me lo puedo creer.
- Cuando tenía 16, hubo veces que cuidaba de Aislin, en ese entonces ella tenía 7 años y veía Clifford - su sonrisa no le llegó al rostro cuando se sentó a mi lado - Es hija de mi hermana mayor, Kate, de 43 - le sonreí, me gusta cuando habla de su vida, pero las veces que habíamos hablado jamás me contó que tenía más hermanos o sobrinos, ¿Qué estamos haciendo? No se absolutamente nada de él ¿y estamos tratando de vivir juntos?. Clifford pasó a mis brazos y comencé a acariciado y a apretarlo, me desespera que sea tan tierno, parece un verdadero peluche, y me sirve para desconcentrarme de la conversación de Harry ¿Querrá seguir saliendo conmigo después de relacionarme con la edad de su sobrina?. Se levantó del sofá y Clifford se tiró a seguirlo, pero otra vez le dio miedo saltar por ser tan pequeño.
- ¿A dónde vas? Quiere ir contigo - Se dio vuelta a mirarlo, luego me miró a mi.
- A donde voy prefiero que me acompañes tú - fruncí el ceño - Voy a ducharme - siguió caminando, ¿Eso significa que aún quiere seguir saliendo conmigo? Dejé al cachorro en el suelo y me dispuse a seguirlo, Clifford nos aulló un poco, pero después desapareció de mi vista cuando subí las escaleras y sentí que algo mordía, escuché que Harry dio el agua de la ducha y entre decidida al baño. Estaba de pie frente al espejo, esperando por mí, observándome solo como él lo hace, cerré la puerta del baño.
- Si te complica la edad - me tapó la boca con un dedo interrumpió mi discurso, por suerte lo interrumpió, porque no hubiese sido capaz de decirle que no nos siguiéramos viendo si esto le afectaba.
- Mia si a nosotros dos no nos afecta la diferencia de edad, a los demás no debería por qué importarles - dijo con una seguridad abrumadora, yo solo asentí con mi cabeza - Ahora entra a la ducha - me dio un suave beso en los labios.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora