El Jefe De Mi Prometido (1)

Capítulo 17

- ¿Qué? - pregunté atónita, totalmente confundida.
- No te estoy pidiendo que dejes tu vida, ni que dejes el piso con Step, solo que pases más tiempo aquí - levantó los hombros de manera relajada. No pude disimular mi sonrisa, me tiré a sus brazos feliz y él me abrazó fuerte - ¿Eso es un si? - preguntó confundido por mi reacción.
- ¡Eso es un claro que si! - grité emocionada. No me puedo creer que anoche estaba pensando que todo había acabado y ahora me esté diciendo que quiere que pase más noches aquí junto a él, esto es una verdadera ruleta rusa, una montaña rusa y cualquier otro juego terminado en ese país.
- Por suerte soy el dueño de la revista - me miró con maldad.
- ¿Qué? - pregunté mirándolo desconcertada.
- Que me puedo permitir llegar tarde - comenzó a desabrochar los botones de su camisa, que tengo puesta yo - Te queda mejor a ti que a mí - sus besos en el cuello me generan cortocircuito.
- No creo - le confesé riendo - Me derrito cada vez que te veo de traje - se detuvo y me miró sorprendido, por dios lo dije en voz alta, me puse colorada.
- ¿A si? - preguntó socarrón, yo solo asentí con mi cabeza.

Cuando por fin me pude levantar, me percaté que solo tengo el bralette para devolverme, una cosa es atreverse a salir de noche vestida así, de noche todos los gatos son negros, pero andar así de día es otra cosa.
- ¡Estamos en Nueva York! - es lo que dice Step cada vez que usará algo bien osado y llamativo, tiene razón, en esta ciudad están las mujeres mejor vestidas y los mejores Fashion Week, por dios aquí realizan una gala en el MET, decidido, saldré de día con el bralette. Me puse el blazer blanco y el cabello lo dejé suelto para que me cubriera un poco del frío que hace fuera.
- Te llevaré a tu piso - dijo Harry apenas aparecí en el salon principal cuando bajé las escaleras, él estaba bebiendo café en la isla de la cocina.
- Puedo ir en metro - miré hacia los ventanales y afuera hay un diluvio. Se levantó y sirvió otra taza de café, me miró y sonrió.
- Acostúmbrate ¿Si? - me pidió casi rogándome de manera amable.
- ¿A qué? - me acerqué a un taburete para tomar el café que me estaba ofreciendo.
- A esto - se apoyó en la isla de la cocina - Tengo chofer no lo olvides - ¿Por qué siento miedo en sus palabras?, quiero preguntárselo, no quiero sonar muy maniática si le pregunto eso, pero lo dijo de una manera extraña todo esto.
- ¿Qué hay de malo en que tengas chofer? - traté de sonar relajada e incluso con risas de confusión para que no piense que soy una loca preguntona.
- Nada, para mí nada, pero para ti - expulsó aire y se llevó las manos al cabello - Temo que no te guste mi vida, solo eso - Ay por dios como no me va a gustar su vida si me mira con esos ojos de esa manera siento que me podría gustar hasta vivir en esas religiones que no te dejan hacer absolutamente nada, o vivir en una casa rodante, o cualquier cosa, mientras él me siga mirando me gustará todo lo que con lleva su vida. Recordé las palabras de mi psicóloga y me tensé de inmediato, debo amarme a mi primero, cuando uno está enamorada y cegada se deja arrastrar a vidas que uno nunca deseo o nunca le gusto, permites cosas que jamás debiste permitir, en el peor de los casos hay personas que se vuelven alcohólicas o drogadictas porque están enamoradas de sus parejas que llevan esa vida, ¿Si algo no me gusta sería capaz de dejar a Harry? No creo que él sea de esos maniáticos que no dejen salir sin guardaespaldas, sin vehículo, no pueda utilizar la cocina porque para eso contrata a alguien, siento que se me está revolviendo el estómago, y Harry, Harry solo me está observando con miedo desde el otro lado.
- Ni siquiera he pasado una noche oficial aquí y ya estás echando malos augurios - lo miré desafiante y comencé a reír para relajarlo - Nadie sabe lo que va a pasar - levanté mis manos, siento que no tengo nada más que decir. Sentí que Harry se relajo y también se le formó una sonrisa hermosa, en su hermoso rostro.
- Tienes razón - terminó de beber su café.

Me pasó a dejar a mi piso y me hizo prometer más de mil veces que si mi idea no funcionaba volvería a GQ con él, solo espero que mi idea funcione, siento que así es mejor. Abrí la puerta y Step estaba bebiendo café en la cocina.
- ¿Quiero saberlo todo ahora? - dijo con voz de mando mirándome desafiante.
- ¡Estoy con Harry! - grité eufórica y Step se bajo rápido del taburete corriendo hacia a mí.
- ¡Aaaaaaa estás de broma! - gritó abrazándome y comenzamos a dar saltitos juntas, tropezamos con el sofá y caímos en él, pero Step como cayó sobre mí, siguió su curso de gravedad y terminó en el suelo. Estuvimos varios minutos riéndonos.
- Bueno, no sé si es estar juntos, no soy su novia ni nada, pero me pidió que pasara más tiempo junto a él en su piso - le confesé ya relajándome después de tanto griterío, salto y risa.
- No se porque siento que esa petición para Harry ha sido lo más formal de su vida - admitió riendo.
- Si, yo también, ayer me confesó que jamás ha tenido una relación - Step reaccionó sentándose en el suelo, ya que aún estaba tirada desde el momento en que cayó ahí.
- Eres la primera chica formal en su vida Mia ¿Sabes lo que eso significa? - preguntó con los ojos bien abiertos.
- No - respondí frunciendo el ceño.
- Que a lo mejor él siento lo mismo que tú - me dijo como si fuera obvio, pero yo no siento que sea tan obvio.
- No sé Step, ayer tuvo la oportunidad de decirme algo, incluso hasta se lo pregunté, pero solo respondió algo así como que me prefería a mi y no el orgullo, nada más - hice un puchero de tristeza y Stephanie me imitó.
- Entonces lo que debes hacer, es no pasar tanto tiempo ahí en ese piso, para que te extrañe y acabe rogándote que te quedes para siempre - dijo segura y empoderada golpeando su puño en su otra mano.
- Tu y tus planes malévolos - respondí riendo por su actitud.