Mia ¿Qué ocurre? ¿Qué te escribió? - preguntó preocupada Step por mi reacción.
- Taylor me puso que necesitamos hablar ¿Crees que ya sabe? ¿Harry le habrá dicho algo? - le dije con pánico en mis palabras.
- No, no creo ¿Él te acaba de pedir disculpas o no? eres muy dramática - dijo de lo más relajada, claro como ella no tiene el enredo en su vida, ni está engañando a su futuro esposo con su jefe, ay por dios que horrible suena eso, yo no quiero ser así.
- Iré averiguar que necesita hablar, no puedo ser tan cobarde - ni yo misma me creí esa frase - Gracias por todo amiga - la abracé y me puse de pie.
- Vale, pero a la otra me avisas cuando vengas si - dijo riendo, me contagió su risa y eso sirvió para relajarme un poco.
Caminé las pocas cuadras que me separan del piso de Step al nuestro con Taylor y entré, cuando me giré luego de cerrar la puerta no podía creer lo que estaba viendo. La mesa estaba puesta y adornada, unos platos que se veían exquisitos estaban servidos, habían dos copas, una botella de vino, estaba todo como nunca había estado antes, ¿Qué está sucediendo con Taylor?, en eso salió de la habitación, se veía guapísimo, estaba con los primeros botones de la camisa desabrochados, las mangas dobladas hasta el codo, la camisa dentro del pantalón de traje, pero andaba descalzo, se veía relajado, se veía feliz, me relaje al instante, él aún no sabe nada, no sé qué quiere hablar.
- Amor por fin llegas, te estaba esperando - dijo acercándose a mí, me agarró de la cintura y me besó, traté de relajarme para poder dejarme llevar con él.
- Así veo, ¿Y todo esto? - le pregunté sorprendida.
- Bueno, desde que comencé a trabajar en GQ, sentía que no habíamos tenido tiempo para nosotros, ni para una cena privada, solo he comido afuera por compromiso o por diversión para conocer a mis compañeros y todo el ambiente, pero se qué contigo esas cosas no van mucho, así que quería compensarte - dijo levantando sus hombros, no sé cómo se me pasó por la mente querer romper mi compromiso, Taylor es el hombre perfecto, Taylor es el hombre de mi vida, no podía disimular la enorme sonrisa que tenía en mi rostro.
- Gracias te amo demasiado - le dije aferrándome a su cuello contagiándole mi sonrisa en su rostro y lo besé - ¿Qué necesitabas hablar? - le pregunté separándome de él.
- A si, sentémonos para conversar - me corrió la silla para que yo me sentara, después él se sentó a mi lado, sirvió vino y tomé mi copa - ¿Recuerdas que cuando te pedí matrimonio dije que nos casaríamos cuando trabajara en GQ? Bueno Mia ese momento ya llegó - dijo tomando mi mano y yo me atoré con el vino.
-¿Amor estás bien? - me preguntó sorprendido y yo sentía que estaban comenzando a subir a mi cabeza todos los martinis que me bebí de manera desesperada con Step.
- Si, si, es solo que siento que me voy a resfriar - dije bebiendo más vino nerviosa.
- Bueno como te decía, siento que estamos en ese momento de nuestras vidas en donde debemos hacer realidad nuestros sueños - dijo seguro y entusiasmado, pero él claro que está cumpliendo sus sueños, tiene el trabajo que siempre soñó, yo aún soy una universitaria que trabaja en una cafetería que recién tiene 23 años que ni siquiera sabe cuáles son sus sueños, y tampoco sabía que casarse conmigo para él era un sueño, jamás lo ví entusiasmado con ese tema, siempre sentí que era yo la que hacía todo para que esta relación siguiera funcionando a pesar de los años, dándole en el gusto en todo para que él nunca me dejara.
- ¿Quieres poner fecha ahora ya? - le pregunté sorprendida y algo confusa, tomé la botella de vino y me serví más.
- De eso te quería hablar - dijo armándose de valor, yo me tomé la copa de vino en un segundo - Mia ¿Qué te pasa, por qué estás tan nerviosa? - me preguntó con el ceño fruncido.
- Nada, es que me dijeron que los antioxidantes del vino me servirían para no resfriarme - le dije con una sonrisa nerviosa, él movió la cabeza como diciendo que lo que acabo de decir es un estupidez.
- Bueno, lo que te quería decir es que otro de mis sueños es cambiarme de piso, vivir en uno donde el salón tenga vista de todo Nueva York, así que esto quería hablar contigo ¿Qué quieres hacer primero? ¿Cambiarnos de piso o casarnos? - preguntó con una sonrisa enorme en su rostro y yo me relaje al instante, pensé que le pondría fecha de inmediato a nuestro matrimonio.
- Cambiarnos de piso - respondí relajada y segura, a él se le agrandó aún más su sonrisa, no pudo disimular que escogí la opción que él deseaba que yo escogiera, se acercó y me dio un beso rápido en los labios.
- Entonces hay que comenzar a buscar - dijo feliz, era obvio que Taylor no iba a estar entusiasmado por ponerle una fecha a la boda, su cena se trataba sobre esto, hacerme elegir a mí el cambio de piso para no hacerme sentir mal, y como él sabe que yo le doy el gusto en todo, sabía que yo elegiría esa opción, tengo que admitir que a pesar de todo lo que está sucediendo, la decepción me inundo por dentro.
- No, Taylor es tu sueño, por favor escógelo tú - le dije acariciando su mano.
- Bueno, ahora come, que no has probado bocado y solo has tomado vino - tiene razón, siento que el alcohol a cada momento sube y sube.
Cenamos y la comida le quedó realmente deliciosa, seguí tomando vino, sentía que aún no estaba borracha, pero en cuanto terminé la cena y me puse de pie todo me dio vueltas.
- Creo que a alguien le subió el vino a la cabeza - dijo Taylor riendo, se puso de pie, se acercó a mi y me comenzó a besar - Creo que me aprovecharé de la situación futura señora Rylie - me encantaba que me dijera así, a lo mejor solo tengo que volver a estar con él para sacarme a Harry de la cabeza para siempre y jamás volver a dudar de lo mío con Taylor, así que comencé a desabrocharle la camisa con rapidez y desesperación.
Taylor dormía plácidamente a mi lado, en cambio yo, no conseguí conciliar el sueño pensando que desde ahora ya no quiero ser la señora Rylie, pensando en que desde ahora solo quiero una persona que me bese y me toque, y esa persona no es la que tengo dormida aquí a mi lado. Me forcé a dormir, estos pensamientos solo son pasajeros y absurdos que se atreven a aparecer en la soledad de la noche, se que de día estos pensamientos de debilidad desaparecerán, al igual que Harry de mi vida y todo volverá a hacer como antes.
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El Jefe De Mi Prometido (1)
Storie d'amoreMia es una mujer llena de inseguridades que una noche cae en las redes de un hombre atractivo y le es infiel por primera vez a su prometido. Trata de olvidar lo sucedido, pero las cosas se le complican cuando su prometido le presenta a su nuevo jef...