Capítulo 18: Mi Sonido Favorito Del Mundo.

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- ¿Taylor? ¿Qué haces aquí? - estoy sorprendida y confundida.
- Me dijiste que volverías a la cafetería y pase a ver si era cierto - levantó sus hombros a modo de excusa.
- Si, bueno, aquí estoy - respondí algo nerviosa, se que viene por algo más.
- ¿Puedes hablar un momento? - me preguntó algo incómodo.
- Si claro - lo encaminé hacía la mesa más lejana de la esquina, y le hice el gesto para que se sentara - ¿Qué tomarás?
- ¿Enserio? ¿Ya lo olvidaste? - su rostro es de molestia mezclado con orgullo.
- No, pero todo cambia - dije segura de mis palabras.
- No Mia, hay cosas que no cambian - me miró como si lo que está queriéndome decir es obvio, yo solo me puse a caminar a prepararle el café, Grace acepta que las personas nos pasen a ver, siempre y cuando aprovechemos la oportunidad de vender, negocios son negocios.
- Tu café - se lo dejé en su puesto y me senté frente a él - Soy toda oídos - quiero que vaya directo al grano.
- ¿Qué harás con la práctica? - preguntó serio.
- Aquí estoy haciendo mi práctica, Grace me dio la oportunidad y la facultad lo aceptó - conteste ya un poco más relajada y no tan a la defensiva, pero es que después de la mala jugada que me hizo siento que con Taylor ya no puedo bajar la guardia, menos ahora que todo está perfecto con Harry.
- Me alegra escuchar eso - su sonrisa es perfecta, siento que José se desmayaría si la viera, hablando de José ¿Me habrá visto con Taylor? Me puse a mirar a mi alrededor - Mia - Taylor llamándome hizo que me girara a observarlo, cuando hice el recorrido hasta sus ojos noté a José observándome.
- Dime - traté de concentrarme en Taylor y no es José.
- Te quiero a mi lado Mia - ¿Qué?, ¿Qué?, ¿Qué?, No, no, no.
- Lo siento Taylor, pero lo nuestro se acabó hace siete meses atrás y la última vez te dije que necesitaba tiempo sola - traté de sonar más tajante esta vez, no dulce, ni tierna, no quiero que me vuelva a buscar.
- Solo dime si hay alguien más - el tono amenazante que utilizó hizo que se me erizara la piel, a lo mejor debería decirle que si hay alguien más para que no me busque más, no generarle falsas esperanzas a él teniéndolo ahí solo por mis inseguridades y de pasada evitándome problemas a mí con Harry.
- Si Taylor, hay alguien más - solté con toda la seguridad posible, pero él obviamente no me creyó, comenzó a reír de manera irónica.
- ¿Y se puede saber quién es ese alguien? - preguntó sarcástico, se está burlando de mí, Taylor debe pensar que jamás seré capaz de conocer a alguien, debería decirle de una vez por todas que es el bombón de su jefe.
- No - respondí enojada.
- ¿Por qué no existe verdad? - me hartó, hasta aquí llegó mi paciencia aguantando este tipo de comentarios de su parte, no se como estuve tanto tiempo cegada, tantos años alimentando mi inseguridad a su lado, me paré segura de la mesa.
- Si eso es todo pase a cancelar a la caja, buen día señor - me despedí hecha una verdadera furia y caminé hasta la oficina que dispuso Grace para mí y mi súper departamento de recursos humanos.
- ¿Quiero saber quién era ese guapetón? - preguntó José entrando tras de mí a la oficina.
- Prometo que esta noche te contaré absolutamente todo, pero con un martini en mano - apoyé mis brazos en mi escritorio y me dejé caer en ellos.
- Siento que en ese local faltaran martinis - dijo riendo mientras salía de la oficina a seguir trabajando.

Al llegar la noche y juntarme con Step y José en un pub cerca de la cafetería creo que debería haber pedido un dos por uno en el ortodoncista que enderezó la mandíbula de Stephanie, ya que después de contarle mi vida amorosa a José también sentí que se le desencajó, además de regalarle con urgencia un diccionario de inglés, siento que solo sabe las palabras "No me lo puedo creer" porque es lo único que no para de repetir hace diez minutos.
- No me lo puedo creer - puse los ojos en blanco, ya perdí la cuenta de todas las veces que José lo ha dicho, Stephanie explotó en risas, se llevaron demasiado bien y eso me alegra mucho el día después del trago amargo de Taylor y el trato amargo de querer romper el plan malévolo de Step e ir al piso de Harry, no puedo parar de pensar en él, me siento obsesionada, como Penn Badgley en You, ay que miedo, ahora ni siquiera puedo ver Gossip Girl tranquila, siento que en cualquier momento Dan secuestra a Serena, debo controlar mis impulsos.
- Mia llamando a tierra - dijo Step golpeando la mesa.
- ¿Qué? - pregunté frunciendo el ceño, me asusto ese golpe en la mesa.
- Ay déjala, si yo aún no supero todo lo que está pasando en su vida, imagínate como tiene que estar esa cabecita - dijo José seguro bebiendo su cosmopolitan.
- Es que la conozco y esa cabecita no está pensando en el problema, está pensando en otra cosa y esa cosas tiene que ver con la cama de Harry - remató Stephanie cruzándose de brazos levantando una ceja.
- Si - admití dejándome caer aún más en mi asiento.
- Encanto con ese bombón yo estaría igual - José me cerró el ojo.
- ¡No! Debe extrañarte, no debes andar ahí como perrito tras su cola - Step me apunto con su dedo amenazante.
- En realidad es tras otra cosa - dijo José entre risas y yo me puse colorada.
- Tienes razón, mejor vamos a dormir antes de que cometa una locura - terminé por admitir, no quiero terminar mandándole mensajes ebria o llegando a su piso de sorpresa. Sonó mi teléfono y lo revisé.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora