Capítulo 9: Significado De Mundo.

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- No quiero que veas a Taylor esta noche - dijo con la voz ronca, su voz provoca cosas en mi que jamás pensé que llegaría a sentir. Estela debe haberle dicho que Taylor se acercó a hablarme hoy.
- ¿Por qué? - pregunté frunciendo el ceño, estoy confundida, demasiado confundida, cuando me dice o hace cosas de este estilo siento que le importo, pero luego me restriega en el rostro que por besarme o tocarme no siente nada y termina acostándose con otra.
- Por qué si él quiere recuperarte yo quiero conquistarte Mia, y pienso hacerlo a mi manera, y eso incluye el punto número uno de tu contrato, así que esta noche te quedas encerrada aquí en esta maldita oficina - dijo gritando saliendo de mi oficina y entrando a la suya.
¿Qué me acaba de decir? ¿Qué me quiere conquistar? ¿Sabrá que para conquistar a una mujer no hay que acostarse con otra? ¿Sabrá que restregar en mi rostro que no siente nada por acostarse conmigo o besarme mientras se ríe solo me aleja? A lo mejor si es cierto la posibilidad de que tenga algún trastorno psiquiátrico. Esta vez no me pienso ilusionar, ¿Qué estupidez es esta?, todos deberían estar pensando que soy la mujer más afortunada de todo el universo, pero realmente uno de los que me quiere conquistar me tuvo por años a su lado sin valorarme y el otro me vacía para llenar a otras, esta vez no lo permitiré, les haré las cosas imposibles a ambos, no daré mi brazo a torcer y no pienso caer en las manos de ninguno de los dos.
Llegó la hora de almuerzo, Harry no volvió a salir de su oficina, a lo mejor así me conquista, sin aparecerse a decir alguna frase que me hiera. Tomé mi bolso para salir a buscar algún lugar donde comer cuando di media vuelta y vi a Taylor observándome desde el pasillo con las manos en los bolsillo, es precioso, Taylor es realmente guapo, verlo así, mirándome de esa manera, me hace sentir en la secundaria otra vez, la época en la que me enamoré de él. Caminé y salí de la oficina.
- Te invito a almorzar - dijo sonriendo, con esa sonrisa que las mujeres no se pueden resistir.
- Genial, porque tendré que quedarme a trabajar en la tarde - le dije sonriendo. Me siento cómoda con la compañía de Taylor, años sintiéndome insegura a su lado, años comparándome con las demás mujeres, años queriendo esto: solo ser yo su centro de atención, como él era el mío, y ahora que apareció Harry, con Taylor me siento segura y con Harry en una verdadera montaña rusa. Ironías de la vida. Caminamos a los ascensores y presionó el botón. Es idea mía o ¿Taylor está nervioso con mi presencia?, aveces siento que estoy viviendo en un mundo paralelo.
- ¿Por qué trabajas en este piso y no estás abajo con los demás? - me preguntó sin segunda intención.
- La verdad es que a mi también me gustaría saber esa respuesta - le confesé riendo - pero básicamente es porque estoy a completa disposición del señor Thompson en cualquier capricho que se le ocurra, eso incluye los cafés - Levante mis hombros - Ya sabes soy practicante era obvio que me tocaría llevar café - volví a reír y Taylor igual. El ascensor llegó y entramos.
- Frente al edificio hay un restaurant de comida Italiana muy rico - mientras me hablaba su mirada se desviaba a mis labios, ayer intentó besarme, pero Harry interrumpió, no se si quiero que vuelva a intentarlo, pero ¿Cómo sabré lo que siento por Taylor si no me besa? ¿Y si vuelvo a sentir que mueve mi mundo? No, esto debería tenerlo claro en mi cabeza, no permitir que ninguno de los dos me bese - probarás unos Canelones que sé de sobra que se convertirán en tus favoritos - dijo seguro, ¿Será una ventaja que conozca absolutamente todos mis gustos?.
Salimos del ascensor y del edificio y cruzamos al local de comida italiana, al ser la hora de almuerzo había mucha gente, pero encontramos una mesa para dos.
- ¿Cómo vas con tu nuevo piso? - le pregunté entusiasmada por saber su respuesta, pensé que sonreiría, pero en lugar de eso me miró con tristeza.
- Pensé que tener ese piso era mi sueño, cuando en realidad mi sueño era que tú estuvieras en ese piso - dijo nervioso mirando los cubiertos sobre la mesa mientras los tocaba, sentí un tirón de culpabilidad dentro de mí, a lo mejor debería volver con él, siento que de verdad esta enamorado de mí - Sabes de sobra que tengo el anillo guardado para el momento en que decidas volver a usarlo - me miró con intensidad, ¿Si Harry no me hubiese obligado a estar a su lado en la reunión con todas esas atenciones como correr mi silla, tomar mi cabello y hablarme al odio, Taylor me hubiese buscado? No había sabido de él en meses, ¿Querrá recuperarme solo por el hecho de que vio que otro hombre puede tener esos detalles conmigo? Por suerte llegó el camarero a ofrecernos la carta y preguntarnos qué vamos a beber, dejé que Taylor escogiera todo, como siempre lo había hecho estos años.
Mientras comíamos me contó que está viviendo cerca de Central Park, que cualquier día cuando quisiera me invitaba a conocer su nuevo piso, me confesó que ha intentado salir con otras mujeres, pero que no ha resultado.
- ¿ y tú Mia? ¿Ya me olvidaste? - me preguntó nervioso y yo no sabía que responder, porque en realidad no sé si lo he olvidado al 100% - ¿En que momento pasó esto Mia? - dijo sin poder entender porqué termine con él, aveces siento que necesitábamos esta conversación, decirle porqué termine con él, bueno, no todo, obviamente no le diré que le fui infiel con su jefe.
- Pasó mientras mirabas a las demás cuando me tenías sentada al lado - le dije de manera inocente, sin rencor, sin querer herirlo, pero esa es la única verdad, todo los años que estuve con él siempre sentí que había alguien más que llamara su atención y no yo por completo, antes de Harry, mi atención era 100% a Taylor, jamás miré con otra intención a otro hombre, jamás me acerqué a otro hombre, jamás permití que se me acercara otro hombre, ¿por un lado eso también cuenta como respeto o no? A lo mejor Taylor nunca me fui infiel, pero lo que sentía cada vez que miraba a otra mujer o permitía que una mujer le coqueteara estando yo en el mismo lugar, era sentir que me estaba faltando el respeto, no quiero sonar dramática, pero así me sentía, pasada a llevar, pasada por alto, me sentía menos que ellas, cuando yo me debería haber sentido segura, porque yo era su prometida.
- Perdóname - pronunció de manera tan fácil con sus labios, podía haber respondido que si en ese momento, si al final es demasiado fácil pronunciar palabras, lo difícil es olvidar, lo difícil es que esas palabras se vuelvan realidad.
- Mejor pidamos Tiramisu para endulzar este momento - le dije tratando de cambiar el tema de manera poco sutil, pero así soy yo. Taylor expulso todo el aire y le pidió al muchacho que nos estaba atendiendo que nos trajera Tiramisu.
- ¿Y los canelones que probaste lograron convertirse en tus favoritos? - preguntó entusiasmado.
- Definitivamente si - respondí feliz. Al terminar el postre nos devolvimos al edificio, él se bajó en su piso y yo en el de mi oficina.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora