Capítulo 2

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Entré al tocador de damas y me apoyé en el lavamanos, necesitaba controlar mis nervios, esto no me puede estar pasando a mi, esto es una pesadilla, ¡Vamos Mía despierta ahora! grité y me pellizqué el brazo fuerte.
- ¡Auch! - grité, y comencé a sobarme en donde me había pellizcado. De pronto la puerta de un baño se abrió haciéndome saltar del susto, salió una mujer elegante que me miró bastante raro, traté de hacerme la desentendida, pero se me da fatal, la mujer salió y me concentré en actuar normal.
- Por favor tranquilízate - comencé a respirar más lento y me arme de valor para salir nuevamente a la fiesta.
Miré a la barra y ya no había rastro de Harry ni de Taylor, así que fui a sentarme a un taburete para pedir un vaso de algo fuerte, mi cuerpo lo necesita.
- Un Martini por favor - le pedí al Bar Man. Me entrego mi copa y sentí ese olor que reconocería en cualquier parte del mundo a mi lado.
- Glenlivet por favor - Su voz me hizo sobresaltar, no levanté la vista de mi trago para mirarlo - Así que tú verdadero nombre es Mia - dijo acercándose aún más a mí - Lindo anillo Mia - me encantaba la manera en que pronunciaba mi nombre, por dios como me va a encantar eso, Mia concentrate, me lleve la copa a mis labios y bebí un trago - Dime Mia, ¿tu prometido sabe dónde estabas anoche? - Su pregunta me dejo fuera de lugar, pensé que todo lo qué pasó anoche lo dejaría pasar, debe acostarse con cientos de chicas, yo solo debo ser una más, levanté mi vista y lo tenía tan cerca con las luces ahora tan claras que pude notar que sus ojos eran una mezcla bastante rara entre verde y azul oscuro, miré sus labios y solo pensé en besarlo, no, no, está Taylor aquí, no puedo ser así, no puedo estar pensando en eso, volví a mirarlo a los ojos y los suyos ya me estaban esperando, trague saliva, no iba a responder a su pregunta, él sabe que la respuesta será no, no le daré el gusto de humillarme de esta manera - ¿Tu futuro esposo sabe a lo que te dedicas en las noches? - preguntó lleno de maldad, esto se acabó, no dejare que me pase a llevar de esta manera, pero es el jefe de Taylor, no puedo gritarle o golpearlo aquí en frente de todos, guarde mi rabia, me bebí mi trago de un solo sorbo y me paré del taburete, pero en cuanto di media vuelta, Taylor estaba tras de mí, me puse pálida al instante, espero que no haya escuchado nada.
- Cariño por fin te encuentro ¿Estás bien? - me preguntó confuso, moví mi cabeza, si hablaba iba a tartamudear como una tonta - Se que estas fiestas no son lo tuyo - sentí que Harry tosió a mi lado por el comentario de Taylor, pero este no notó absolutamente nada y siguió hablando - Si quieres nos podemos ir en cualquier momento - me dijo con los ojos tristes, él no quiere marcharse y sabe de sobra que jamás se lo pediría, pero siempre ha sido caballero en ofrecérmelo.
- Cariño sabes que me puedo ir sola, tu solo disfruta ¿si? - espero que mi sonrisa me haya llegado a los ojos, Taylor se acercó y me dio un beso rápido en los labios y se encaminó a un círculo de varios hombres.
Miré a mi lado y Harry me miraba divertido por lo que acababa de presenciar.
- Esta mal - dijo negando con la cabeza mirando su vaso.
-¿Disculpa? - al fin me salió la voz.
- Ese chico está mal, hay que estar completamente mal de la cabeza para dejar a una mujer como tú tirada en una fiesta y menos permitir que se fuera sola a casa, sabes de sobra lo que te yo te haría llegando a casa - dijo muy cerca de mi oído, sé está riendo de mí otra vez, sé cree que tiene el poder por esto, se equivoca, quiere descolocarme por completo, hacer saber que él tiene el mando, pero me iré enseguida de aquí, no quiero verlo nunca más en mi vida, y esta vez lo digo enserio.
Resoplé enfadada y caminé a la salida, pero antes de llegar al ascensor Harry tiro de mí hacia un pasillo que nos dejaba fuera de la visión de todos.
- Te espero mañana en mi piso, ya sabes dónde vivo - dijo seguro y provocador acorralándome contra una muralla.
- ¿Y a ti que te hace pensar que iré a tu piso? - le pregunté enfadada.
- Buenos, si no quieres que le cuente a tu prometido en todas las posiciones que tuve a su futuro esposa anoche, ni como gritabas mi nombre - dijo con una sonrisa llena de arrogancia y de triunfador mientras se alejaba  - Te espero mañana Mia - y lo perdí de vista.
Me dirigí al ascensor lo más rápido que pude, las lágrimas comenzaban a caer por mi rostro, Harry me está chantajeando, me tendrá bajo amenaza todo el tiempo que él quiera, hasta que se aburra de mí, él va a hacer lo que se le antoje conmigo y yo no podré hacer nada para detenerlo, apretaba el botón del ascensor con desesperación, no llegaba nunca a la azotea, hasta que de pronto las puertas se abrieron y entré rápido a presionar el botón para cerrar, no quiero compartir ascensor con nadie, menos llorando de esta manera, me miré en el espejo del ascensor y mi maquillaje había comenzado a correrse, parezco un oso panda, mi vida es horrible, siento que no me merezco lo que me está pasando, o si, si me lo merezco por haberle sido infiel a Taylor, de alguna manera las tenía que pagar, y será de la peor forma.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora