Capítulo 6: Seis Meses Después.

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Esa noche llegué a la fiesta que estaba a cargo Step en su trabajo, nos emborrachamos y cuando Taylor se dio cuenta que me había ido de su evento (a las 3 horas después) le dije que todo se había acabado. Me buscó varios días, en la cafetería, en la universidad, en el piso de Step, pero yo ya tomé una decisión, le devolví el anillo y fui a buscar mis cosas al piso que era de ambos. Ahora vivo con Step, es lo mejor del mundo vivir con tu mejor amiga, he llorado muchas noches en estos 6 meses, y ahí está ella con las copas con martini lista para escucharme, lo peor de todo esto, es que no lloro por Taylor, ni por romper mi compromiso, lloro porque Harry no me volvió a buscar, olvidé todos los besos y las caricias de Taylor, pero siento que jamás podré olvidar los de Harry, me sentía una ilusa, me tocó menos veces que dedos tengo en la mano, pero aún así el corazón no entiende a la razón.
Tuve que viajar a Portland unos días a explicarle a mi familia lo del rompimiento con Taylor, nadie lo podía creer, menos que yo fuera quien decidió romper con él, todos notaban desde fuera que yo era la enamorada y no él, las ironías de la vida.
Decidí tratarme con psicóloga, me sirvió de mucho para aumentar mi autoestima y mi seguridad, ahora me siento completamente nueva, me siento feliz, siento que no me falta nada, mientras yo me ame a mi misma, jamás me faltará nada. La psicóloga me explicó que soy una persona valiosa, una persona que suma, no una que resta, que soy una persona que todo lo hace con amor y eso lo soy capaz de transmitir a los demás, que no hay de nada malo en mí, me ha enseñado a amar mi cuerpo, amar mi cabello, mis ojos, mi sonrisa, mi nariz, hasta las puntas de mis dedos del pie. Fue difícil, lloré muchas sesiones con ella porque pensaba que jamás lograría amarme y armarme, pero lo logré, ahora cada prenda de ropa que me pongo amo como se me ve, desde vestuario deportivo, hasta los vestidos cortos de noche, ahora luzco la ropa, no me escondo en ella y puedo notar en la calle como llamo la atención de los hombres ahora, antes mi personalidad me hacía pasar completamente desapercibida.
Me inscribí al gimnasio para mejorar este proceso, fue por recomendación de la psicóloga, hacer deporte nos hace felices, y mi ánimo cambio mucho desde entonces. Me corte mi cabello, ya no es larguísimo recto, ahora lo corte escalonado, aunque igual cae por debajo de los hombros, pero ahora tiene mucho más movimiento y se mueve a mi ritmo, junto a la felicidad que irradio ahora. Amo a la nueva Mia, amo a la nueva yo, estos han sido los mejores 6 meses en toda mi vida, porque fueron 6 meses de solo amarme a mí, no amar a otro para que me ame, fueron 6 meses para hacer cosas que a mi me gustan, no cosas para gustarle a otro.
Al dedicarme más tiempo a mi en estos meses, deje de lado mis responsabilidades, se supone que debería estar buscando mi centro de práctica, pero aún no lo he hecho, hoy en clases deberíamos presentar las opciones, y bueno, yo no tengo ninguna.
- Mia necesito hablar contigo al finalizar la clase, te espero en mi oficina - dijo serio el profesor Robert, es mi fin, tendré que retrasar mi ultimo año hasta que encuentre un centro de práctica.
La clase siguió su curso, es la última, ya ahora solo nos queda la práctica y al fin tendré mi título, pero así como lo veo, creo que mi título se demorará un poco más en llegar, pero no es el fin del mundo, ese año podría trabajar todo el año, juntar dinero mientras consigo la práctica, no todo está perdido, ahora a todo le veo el lado positivo. Al terminar la clase me acerqué nerviosa a la oficina del profesor Robert, toque dos veces la puerta hasta que escuche su voz desde el otro lado.
- Pase - abrí la puerta suave y entré - Mia por favor tomé asiento, necesito hablar con usted por su centro de práctica - dijo relajado, ¿Por qué está relajado? Debería estar regañándome.
- Dígame profesor - me limité a responder para que él siguiera hablando, antes de acortar esta conversación con un «No tengo centro de práctica».
- Mañana a las 9:30 AM en esta dirección, no me defraudes Mia - me entregó un posit y no dijo absolutamente nada, el papel tenia escrita una dirección y un número de piso, debe ser un rascacielos de Manhattan. Lo miré, pero el siguió en lo suyo, comencé a caminar a la puerta, volví a mirarlo, pero el profesor seguía en su mundo, cerré la puerta y caí en la cuenta de que esta puede ser mi oportunidad para la práctica, comencé a dar aplausos entusiasmada mientras saltaba, tengo que contarle a Step cuando llegue al piso para celebrar.
- Tenemos que encontrar el outfit perfecto para este momento - gritó feliz, la verdad es que estos últimos días le había contagiado mi preocupación de no haber buscado práctica. Salió corriendo a mi habitación y se metió al armario, comenzó a buscar entusiasmada entre toda la ropa y yo me senté en la cama observándola - Qué te parece esta falda, es perfecta - dijo mostrándome una falda blanca corta nueva muy elegante que no había usado, y la verdad es que es preciosa.
- ¡Me parece que es perfecta! - grite sonriendo feliz.
- ¡Si! - gritó entusiasmada Step. Desde que mi autoestima cambió, ahora me atrevo a utilizar todo tipo de vestuario y zapatos sin poner ningún pero, ahora siento que todo me queda bien y eso Step también lo refleja en felicidad, nunca la había visto tan feliz cuando nos preparamos para salir de fiesta juntas, cuando me ayuda a combinar ropa y yo me pruebo de todo, antes para Step era una verdadera tortura esto, porque siempre terminaba decidiendo «No me pondré esto», «No saldré», entonces siento que este cambio no solo me ha hecho feliz a mi, también ha hecho feliz a mi mejor amiga.
- ¿Qué te parece que la combines con este suéter? - me mostró un suéter color crema holgado, la combinación quedará genial.
- También me parece perfecto - le dije acercándome al armario - Qué zapatos podré utilizar, tendré que usar pantis del color de mi piel, está comenzando a hacer frío - le dije mirando el estante de los zapatos.
- Déjame ver si mañana llueve - sacó su teléfono y comenzó a revisar el tiempo, se le formó una sonrisa en su rostro - No lloverá así que podrás utilizar estos - dijo sacando los Stilettos color nude, me acorde enseguida de Harry, nunca recuperé esos zapatos, así que me tuve que comprar unos nuevos.
- Si, me encanta el outfit para mañana - dije convencida, Step me miró sonriente y dejamos las prendas listas para mañana.

Al sonar la alarma los nervios se apoderaron de mi, me levanté y me metí a la ducha. Cuando salí en bata Step tenía listo café, así que me senté en un taburete a beber café con mi mejor amiga y después me prepararía con calma, hablar con Step siempre me relaja, cuando hablo con ella siento que todo saldrá bien, me transmite solo energía positiva.
Me maquillé con tonos bronceados y me hice ondas en el cabello, me puse toda la ropa y estoy lista.
- ¡Suerte! - gritó Stephanie cuando iba saliendo del apartamento, pero yo voy hecha una maraña de nervios.
La dirección es en pleno centro de Manhattan, así que tomé el metro para llegar. Entré al edificio de la dirección y todas las personas andaban muy bien vestidas, me dirigí al ascensor y presione el botón con el número de piso correspondiente, así que esperé mi turno para bajar, cuando se abrieron las puertas se cerró mi estómago, mis vías respiratorias y mi corazón, frente a mí las puertas de vidrio inmensas que habían decían GQ con las letras enormes que iban desde el piso hasta al techo, me tuve que haber equivocado de piso, miré el papel que me entregó el profesor, miré el piso en el que me encontraba, es aquí, no puede ser aquí, Taylor debe haber sabido que no encontré práctica y me tuvo que haber conseguido una, pero como si no he sabido nada de él hace más de dos meses. Mis nervios comenzaron a aumentar más, tengo que controlarme, verle el lado positivo a todo, es una práctica Mia, y no tengo una, la necesito. Caminé decidida y abrí las enormes puertas de vidrio, frente a mi había una mesa de recepción, todo era elegante y con clase, todo brillaba, todos iban bien vestidos, todo estaba impecable y en su lugar, definitivamente este no debe ser el piso donde están los editores, o si no solo habría caos y desorden para dejar volar la imaginación y la creación.
- En que la puedo ayudar - dijo una chica un poco mayor que yo, de punta en blanco, sentada de manera correcta.
- Soy Mia Gregson, me citaron en este piso a las 9:30 - dije algo nerviosa, es la verdad, no se nada más, el profesor Robert no me dijo nombre, persona o cargo a quien buscar aquí.
- La están esperando, espéreme un momento - la chica tomó el teléfono del escritorio y marco, espero unos segundos - Mia Gregson está aquí - dijo esperando una respuesta - Pase por favor, la última puerta del pasillo - me indicó con la mano tras de sí.
- Gracias - respondí tratando de recuperar mi postura y poder llenarme de seguridad, comencé a caminar nerviosa, yo puedo con esto, solo es una práctica o una entrevista, puede que ni siquiera sea seguro que haga la práctica aquí, y si la hago puede que jamás me tope con alguno de los dueños, ni con los editores, debo relajarme. Llegué a la última puerta del pasillo, me acomodé la falda, el suéter, me arme de valor y golpeé dos veces la puerta.
- Pase - escuchar esa voz hizo que se me secara la boca, se me cortara la respiración y mi corazón comenzara a latir con fuerza.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora