Capítulo 15

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No le respondí nada, solo me subí al coche en silencio, es como si mi cuerpo reaccionara ante él con voluntad propia y la razón se va a otro continente sin regreso. Ahora los dos estamos empapados por la lluvia sentados en su coche.
- Debemos conversar, le pediré a Chase que nos deje en mi piso - dijo seguro.
- No, yo ya dije todo lo que tenía que decir, así que por favor si eres tan amable, quiero que me dejes en mi piso - respondí tajante, frunció el ceño.
- Mia por favor - no me está rogando, me está tratando como una niña pequeña que solo está haciendo un berrinche.
- No Harry - respondí rápido.
- Cómo quieras - dijo molesto golpeando sus manos en sus piernas, y giró su cabeza a observar las calles de Manhattan.
No se habló nada más durante todo el camino hasta que por fin me dejaron en mi piso, Harry se bajó y me tendió su mano para bajar, puede estar muy enojado, pero sus modales jamás desaparecen, es un newyorkino inglés perfecto.
- Gracias - solté su mano rápido para caminar a la entrada.
- Mia sabes que conmigo será por las buenas o por las malas, escoge GQ o Vogue, no tienes ninguna otra maldita opción - Su voz hizo que me detuviera de golpe y me girara a observarlo, está molesto, demasiado molesto, tiene la mano en un puño, con voz de mando y el ceño fruncido, su mirada es lo peor de todo, se va a cumplir cada palabra de lo que está diciendo.
- No será de ninguna manera esta vez Harry, se acabó - me volví a girar para que no viera las lágrimas que me costaron a cambio de decir semejante frase tan llena de actitud. Sentí el portazo del coche y el andar de este, me giré y el auto ya se había ido rápido. Tomé aire, solté las últimas lágrimas, me las limpié y entré al edificio, llegué a mi piso y cuando por fin abrí la puerta para lanzarme a atacar un pote de helado Step estaba cocinando.
- Últimamente llegas llorando demasiado - dijo al verme entrar por la puerta principal - ¿Qué pasó en Vogue Mia?
- Harry, eso pasó - respondí tirándome en el sofá.
- Sabes, esta noche tengo un evento y nosotras iremos a pasarla bomba, bueno en realidad tú, ya que yo ando pendiente de que todo funcione, pero es estrictamente necesario salir esta noche - decía rápido moviendo las manos, poniendo los ojos en blanco y terminando con una sonrisa para animarme, definitivamente es la mejor.
- ¡Voy! - grité segura levantando mi mano y Step se puso a aplaudir.

- ¿Y qué se supone que harás sin una práctica? - me preguntó después de haberle contado todo lo qué pasó en el día, saqué varias risas de su boca cuando le conté que había conocido a Andrea y a Emily, pero me trató de idiota porque yo debería haber sido la nueva Andrea.
- No sé, aún no tengo cabeza para esto, mañana lo soluciono - me restregué los ojos, estoy sintiendo dolor de cabeza - me iré a recostar un rato - le dije poniéndome de pie caminando a mi habitación.
Cuando me acosté en mi cama pude sentir el cuerpo de Harry acostándose a mi lado, mi mente me está jugando en contra de una manera fatal, siento que puedo hasta sentir su olor aquí a mi lado, no puedo creer que esto se haya acabado, si lo único que deseo es que venga, me toque, me bese y se quede aquí en mi cama para siempre, comenzaron a caer lágrimas de mis ojos solo de desesperación por pensar en que jamás volverá a pasar, no me imagino a otro hombre tocándome, solo a él, no quiero a otro, y así me quedé profundamente dormida.
- Mentirosa, la estás escondiendo de mí - sentí la voz de Taylor, ¿Estaré soñando?.
- ¡Ándate por favor! - gritó Step, un momento no estoy soñando, de pronto sentí un alboroto y mi puerta se abrió de golpe, salte y miré, estaba Taylor de pie - ¿A si qué soy mentirosa? - preguntó sarcásticamente mi amiga, Taylor la miró casi asesinándola con la mirada.
- Mia lo siento por presentarme así, pero quería saber cómo estabas - dijo preocupado sentándose en la cama, me restregué los ojos y bostecé, me senté en la cama y Step salió de la habitación cerrando la puerta - Supe que te echaron de GQ - tomó mi mano con cariño.
- Si - levanté mis hombros, no sé que más decirle.
- Intenté hablar con el Señor Thompson, pero digamos que no me fue bien - admitió entre risas tristes, y escuchar el nombre de Harry hace que se me erice la piel.
- ¿A qué te refieres? - pregunté intrigada, quiero saber que dijo Harry respecto a mí.
- Cuando me acerqué a preguntar por ti y los motivos de tu despido, solo me respondió que no era parte de mis asuntos, que si volvía a preguntar sobre ti, hablar sobre ti o sólo escucharme decir tu nombre por los pasillos el siguiente despedido sería yo - admitió abriendo los ojos como plato, poniendo rostro como si Harry estuviera loco, cuando el único loco es él que mando a angostar mi anillo para que no me lo pudiera sacar e invitara a nuestros padres a cenar.
- Solo fue que no le gustó mi método de trabajo - admití triste.
- ¿Qué harás? ¿Perderás el año y volverás a la cafetería? - comenzó a hacer círculos perezosos en mis manos, esos gestos me hacen sentir en mi zona de confort, de donde antes no salía y que en momentos como estos me dan ganas de volver a entrar. Escuchar la palabra cafetería saliendo de sus labios hizo que se me ocurriera una idea fantástica, espero que mañana me funcione - ¿Por qué esa cara de felicidad? - preguntó sonriendo.
- Porque precisamente eso haré, volveré a la cafetería - respondí feliz.
- ¿Por qué no quieres volver conmigo Mia? - preguntó sin mirarme a los ojos, si no que mirando nuestras manos.
- Porque tú no me quieres Taylor - es la verdad, se debe dar cuenta.
- ¿Qué? Estás loca - negó con la cabeza con la mirada completamente fuera de sí.
- Taylor solo me quieres para estar en casa, fuera de ella te olvidas de mi existencia - le admití segura, espero que se convenza y vea las cosas como son.
- ¡Porque a ti no te gusta salir! - respondió exasperado levantando la voz.
- Eso significa que no somos el uno para el otro - que lo entienda de una vez por todas.
- ¿Hay otro hombre verdad? - Su pregunta me dejo en blanco descolocándome completamente. No le puedo admitir qué hay otro, porque se que si lo hago, Taylor no se dará por vencido hasta saber quién es ese otro y no quiero ni pensar cómo reaccionará cuando vea que es propio jefe, no, eso no puede pasar.
- No - respondí de manera seca.
- ¿Entonces? - Su mirada es de tristeza absoluta, a lo mejor si nunca hubiese aparecido Harry en mi vida yo seguiría siendo inmensamente feliz a su lado, no te engañes Mia, era tu zona de confort e inseguridades.
- Es solo que solo se acabo - levanté los hombros.
- No me rendiré contigo - admitió acercándose varios centímetros.
- Solo te pediré que por favor me des mi espacio Taylor, yo necesito estar sola ¿si? - le pedí casi rogando.
- Esta bien, sabes que te esperare toda una vida si es necesario - escucharlo decir esas palabras me hicieron volar unos centímetros del suelo, pero al mismo tiempo me produjeron rechazo. Lo que estoy sintiendo con Taylor es demasiado confuso, porque ni siquiera sé lo que siento por él, puede que solo lo dejo que me busque por miedo, miedo a quedarme sola en esta vida, a lo mejor aún no soy lo suficientemente fuerte en esta vida, porque si fuera valiente ya lo habría echado de mi vida, no me conformaría con él a pesar de que no me sentí valorada por años, a pesar de que me jugó una mala pasada con el anillo y mi familia, no permitiría que me siguiera marchitando con inseguridades, pero no, aquí estoy, solo pidiéndole espacio, lo veo como un avance, debo ser paciente, son mis tiempos, nadie se hizo héroe de la noche a la mañana.

El Jefe De Mi Prometido (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora