Me quedo absolutamente estático. Congelado en mi lugar. De nuevo la cara de póquer. ¿Está feliz? ¿Está conmocionada? ¿Emocionada? ¿Asqueada? ¿Qué demonios sientes, Kendall?
Después de unos segundos de un silencio tan tenso y profundo, decido colocarme otra máscara. No puede saber que estoy a punto de estallar de los nervios.
Sonrío. "No más mentiras".
- Hasta que lo descubras por ti misma.
Se aleja un par de pasos. Mantengo la sonrisa.
- Tú y tus juegos -suelta una mezcla de suspiro y gruñido-. Desde que nos volvimos a encontrar no has dejado de hacerlo.
La observo en fingida tranquilidad, vuelvo a recostar mi cabeza en el tronco del árbol.
- Es divertido -es lo único que digo.
- ¿Qué te divierte tanto? -arquea ambas cejas.
Me encojo de hombros.
- Tú -respondo-. Eres divertida, bola de luz.
- Me ves como un juguete. Me siento ofendida.
Podría parecer que está hablando en serio. No obstante, si uno presta atención a los detalles, se pueda dar cuenta de que en realidad ella también está tomando su dosis de diversión. No lo dice en serio. Eso me tranquiliza.
- Aun así, me sorprende lo mucho que te demoraste en llegar a esa conclusión. ¿Cómo fue?
Cuando su mano toma inesperadamente mi muñeca, casi doy un respingo. Estaba tan concentrado en leer su expresión que no me percaté cuando lo hizo.
La levanta y remanga mi manga derecha. La pulsera queda al descubierto.
- ¿Pensaste que no la reconocí?
- Eso no... -desvío la mirada-. Puede ser cualquiera.
- No existe nadie en el universo entero que trence hilos tan mal como yo.
Sonrío, sin poder contenerme. Es cierto.
- La vi una sola vez, cuando hablamos en el hospital por primera vez. Después de eso, no te volví a ver con las mangas arriba -dice, mientras se remanga una de las mangas de su vestido negro, exponiendo una muñequera idéntica a la mía.
Por un momento, siento mi corazón detenerse.
Ese simple gesto, por más casual que lo haga parecer, me afecta más de lo que debería.
Aún conserva la pulsera. Después de todo este tiempo, la lleva consigo. Tal vez eso signifique que no me ha abandonado del todo, como yo creía. Por primera vez en mucho tiempo, puedo permitirme olvidar lo que "soledad" lleva de concepto.
- ¿Solo la pulsera te llevó a reconocerme? -logro articular, sin lograr salir completamente del estupor en el que me había sumido.
Ella niega con la cabeza.
- ¿El nombre? ¿El increíble parecido físico? ¿El increíble parecido a nivel de personalidad? ¿Tu amiga? Lo uní todo al volver a ver esta belleza -señala el accesorio.
Río por lo bajo. Chica lista.
- No has dejado de lanzar pistas, ¿verdad? Como cuando no querías decirme tu nombre al inicio.
- Eh, eh, eh, alto ahí. Yo nunca di a entender que no quería darte mi nombre.
- ¿Entonces?
- Solo era más divertido verte frustrada por no sonsacarme respuesta alguna.
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Fantasmas
Teen Fiction»Amante del mundo paranormal o no, una chica en coma siempre terminará sumergida en él.« Con el esoterismo como marca de sangre en todo su linaje, Kendall está muy a gusto manteniendo su distancia con lo sobrenatural. Sin embargo, las cosas cambian...