Era como si el tiempo se hubiera detenido, recordé todos los momentos del santuario, todos aquellos que me hicieron feliz solo con ver a Sasha una vez más, su cabello largo ahora estaba corto tenía varias heridas seguramente por las batallas pasadas, vistiendo lo que aseguraba nunca ver en mi vida, la legendaria armadura de la diosa de la guerra, de brillante metal y vibrante detalle. Le ayude a levantarse con dificultad ya que la gran armadura de la diosa le pesaba ahora con su poder sellado era muy difícil tener en pie con esa envoltura de metal y oro.
— Helena... —susurro a lo lejos la voz sorprendida de Tenma. —
— Señora Perséfone... —escuche otra voz esta vez de un espectro, Cheshire estaba igual de sorprendido. —
— Con que sigues viva... —entre dientes he irá se hizo notar Pandora. —
Veía a mi alrededor entre toda esa multitud estaba Regulos el santo de leo, un niño que ahora se enfrentaría a la muerte y a Radamanthys, mi corazón se regocijo al verlo serio y altivo estaba bien el gran sufrimiento había desaparecido de su cuerpo, pero aquella nueva armadura aun no me quitaban el sentimiento de inquietud, más él al ver mi desconcierto se inclinó ante mi sin ningún rastro de duda en él, su lealtad nunca había desparecido a pesar de estar consiente de que ahora debía obedecer las ordenes de la nueva reina del Inframundo
— ¡Cómo te atreves a inclinarte escoria! —grito Pandora regresando a ver, pero este ante su actitud se mantenía sereno con sus ojos cerrados. —
— Acaso has venido a matar a Sasha. —desde atrás la ira de Tenma no se dejó esperar sus ojos rojizos se agrandaron para dejar ver el odio que llevaba dentro. — Traidora, te acabaré aquí mismo.
Tenma me atacó con su técnica más icónica, Sasha aún con sus manos en las mías le gritó que se detuviera, pero en ese instante una sombra se colocó delante nuestra y detener los meteoros de Tenma muy rápidamente.
—Está bien... mi señora. —aunque lejano Radamanthys me había protegido, a Tenma le carcomía la ira, sus dientes rechinaban por la presión que ejercía. Intentaba acumular más energía para culminar su ataque sin embargo fue inútil, Radamanthys con un ligero empujón aparto a el santo quedando con una mirada afiliada advertido de no volver a atacar. Mas no era el único con rabia en vez de sangre, Pandora estaba iracunda por el accionar de su juez la estaba desobedeciendo a pesar de recaía sobre ella el cargo de reina del Inframundo. —
— Me repugnas Radamanthys, acaso también debo acusarte de traidor, juez del Inframundo. —replico provocadora la morena, sus ojos irradiaban un enojo desmedido. —
Aquella palabra... me hizo recordar lo que sucedió con Hades en su taller del como el con desprecio y palabras hirientes me hizo a un lado acusándome y colocando a Pandora ahora como su reina y general autoritaria de su ejército. Mi rostro de tristeza no pasó por alto en especial la palabra de Pandora. "Traidora".
— ¿Traidora?... —expreso confundido el santo de Pegaso. —
— Helena... ¿qué ha sucedido? — pregunto Sasha preocupada al ver la expresión de mi rostro, su mano que posaba sobre las mías hizo un suave apretón para darme un poco de seguridad, aun así, mantenía mi cabeza baja y mi mirada perdida. —
— Al igual que usted, señorita Sasha Hades sello mi poder divino por conspiración. Ahora soy una humana y el cargo de consorte de Hades ahora cae en... Pandora. —la última palabra intenté no quebrarme aun así sentí que las lágrimas corrían por mis mejillas. —
—Jaja... así es. —con regocijo Pandora expresaba su triunfo y el poder que había alcanzado. — Ahora es un sucio mortal como tú Sasha. —regreso a ver al juez con determinación y embriagada de poder. —Así que Radamanthys define muy bien tu lealtad o terminarás como ella.
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La Estrella Agonizante (Terminada -En edición )
ФанфикUna armadura que no es ni de plata ni de bronce trae con sigo la destrucción de su alrededor, Helena Caballero de la estrella agonizante Eta Carinae trae consigo esta maldición y la rencarnación de la muerte. A punto de comenzar la guerra santa ella...