Muerto {Billdip}

11 Dipper

Suciedad.
Mucha.
Dipper sabía que la cabaña siempre había sido algo... cochambrosa. Pero eso era pasarse. En los cuartos había bastante polvo, y el cuarto que Mabel tenía para diseñar estaba demasiado desordenado. Sin perder tiempo, se puso manos a la obra. Varias veces se encontró con Wendy, pero siempre estaba tecleando algo en el móvil, y se suponía que no se conocían mucho, así que no le habló.
Eran casi las dos de la tarde cuando llamaron a la puerta.
Wendy fue a abrir.
Poco después entró de nuevo con un chico de más o menos la edad de Mabel, con cabello color miel, y ojos aparentemente verdes. Dipper vió un piercing en su nariz. Lo que más le exige fue que Wendy lo miraba como tonta enamorada.
Bill hizo la pregunta que le rondaba la cabeza.
-¿Quién es ese?
Parecía que Wendy se dió cuenta que ellos también estaban ahí.
-Ah, es Arthur. Estamos saliendo.
Bien. Puede que hubiera superado a Wendy, pero no le agradaba ese tipo, y menos el hecho de que fuera el novio de ella. Nada más oírlo, salió de la cabaña al bosque.
Oyó detrás de él a Bill gritando que volviera, pero le hizo un gesto con la mano que dejaba claro que no iba a hacerlo.
Caminó hasta que encontró un rio. Se apoyó contra un sauce que había cerca, y enterró su cabeza entre las piernas. Se sentía como si hubiera huido de un enorme y nuevo problema, y eso le hacía sentir miserable. Se quedó allí hasta que empezó a hacerse casi de noche. Sólo entonces se levantó y caminó algo más. No quería regresar a la cabaña todavía. Volvería cuando estuvieran dormidos. Fue entonces cuando sintió un tirón es su estómago. Probablemente le estuvieran invocando, o tal vez tuviera hambre, pero no hizo nada. Encontró un árbol, y lo escaló. Pronto sintió una presencia a su lado. Sólo er un gnomo. Lo tiró del árbol, y este desapareció en el bosque
Suspiró cansado, y acabo dormido.
Un temblor en el árbol lo despertó.
Al principio no sabía bien dónde estaba o porque.
Luego recordó lo que pasó la tarde anterior, y se sintió realmente mal.
Pero no por él.
O por Wendy.
O por su novio.
Se sentía mal por Bill.
Le había hecho jurar que no se echaría atrás o abandonaría a la mitad, y él había hecho justamente eso.
Fue entonces que sintió que el árbol caía, y miró hacia abajo.
Y, demonios, no había estado tan asustado en toda su vida.
Estaban Wendy, Mabel y Bill. Y el último parecía estar descuartizándolo mentalmente.

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