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-¡Devuélvemelo Bill!
Dipper sólo pudo reír. Desde que le contó la verdad a Mabel, se sentía bastante bien, y además, ella se había tomado bastante bien su relación con el rubio.
Tomó otra cucharada de helado mientras veía a su gemela perseguir al chico, el cuál tenía parte de la tela que estaba usando.
Porque estaba diseñando en el exterior, no le interesaba.
-Se te ve más contento.
Casi tira el helado.
Miró al dueño de la voz.
-Hm. Hola, Arthur.
-Pareces más relajado de lo que deberías.
-¿Más de lo que debería?
-Si tienes en cuenta que voy a demostrarles lo que eres, sí.
-Oh-hizo brillar un poco sus ojos- ¿Crees que Mabs no lo sabe?
Arthur palideció.
Nunca lo iba a admitir, pero le encantaba ver su cara cuando se asustaba.
-Oye Li, ¿me pasas el helado?
-Ajá.
Y simplemente le dio dicho alimento a su hermana.
No supo cuando se fue Arthur, pero le daba igual. Al menos de momento.
-¿Te molestaba?
-Nah. Sólo me ha amenazado con decirte que soy un demonio y eso. Nada que no sea predecible. Cambiando de tema, ¿te gustaría ver a mis niños?
-¿Tus niños?
-Ósea, no son mis hijos. Son, ya sabes, espíritus de niños muertos. Les tengo demasiado cariño. Me llaman tío, así que tú serías su tía, supongo.
-Vale. ¿Cuándo vamos?
-¿Qué tal después de la comida?
-De acuerdo.
-Ahora, quiero  que me hagas un favor.
-¿Cuál?
-Verás, mi modelo masculino ha dimitido y pues…
-No voy a ser tu modelo.
-¡Vamos! Te pagaré.
Dipper suspiró.
-Soy un demonio, ¿recuerdas? No necesito dinero.
-Porfi.
--No
-Porfi.
-Que no.
-Anda, hazle ese favor.
-Tú n no te metas Bill.





















Al final aceptó, sin saber porqué.

Muerto {Billdip}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora