19.

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Lionel había estado raro.
Casi no salía, sólo para comer, y de vez en cuando murmuraba cosas que nadie entendía.
Y todos, absolutamente TODOS, habían notado que miraba a Arthur como si quisiera despedazarlo.
Félix parecía entender lo que ocurría, pero no decía nada.
El cuarto día en que Lionel estaba así, este bajo con algo parecido a una bolsa de explorador, le hizo una seña a Félix, y salieron.
Que mal que Arthur no se fiara de ellos, ¿no?
Unos segundos después de que salieran, el los siguió.
Dipper estaba consciente de ello, era justo para ello que habían salido. También sabía que el "intruso" tenía una cámara, la cual estaba grabando. Un punto extra para su plan.
Caminaron por el bosque un buen rato, dando vueltas, deteniéndose de pronto, fingiendo perderse...
Todo para molestar a Arthur.
Y eso le encantaba.
-Oye. No pretendo molestarte, pero, ¿qué hacemos si les enseña el vídeo?
Dipper se encogió de hombros.
-Ya verás.
Un poco después llegaron a un pequeño claro bañado por la luz de la luna.
Formaron un círculo con velas a medio deshacer, uniendolas con un dibujo hecho con tiza.
-¿Listo?
-Para nada. Pero por algo hemos venido.
Dipper se sentó en el centro del dibujo y cerró los ojos.
-¿Ves algo?
El negó con la cabeza, al o que Bill simplemente se sentó, algo alejado del círculo.
No mucho después, la oscuridad rodeó al castaño, formando en su espalda unas alas parecidas a las de un cuervo.
-Había olvidado lo bien que se siente esto.
-No me digas. ¿Percibes algo ahora?
-No.
-Eso es bueno. ¿Damos una vuelta?
-No. Quiero... hacer otra cosa. Ve volviendo tú.
El rubio lo miró interrogante.
-¿Que pasa?
-Nada. Sólo quieres hacer algo antes de volver. Y tú no puedes saber que es.
El rubio gruñó, pero se volvió a la salida del bosque.
Cuando desapareció, Lionel suspiró.
-Podéis salir.
Y entonces aparecieron.
Eran niños, vestidos con ropa de todas las épocas y lugares.
Pero brillaban. Un tono verde claro los rodeaba, dando a entender que no eran humanos, o ya no.
-¿Se han ido?
-Sí. Bueno, el de la cámara no, pero no creo que le importe jugar.
Al oír eso, Arthur se fue corriendo. No sabía a que se refería con "jugar", pero no quería averiguarlo. Ahora tenía pruebas.
Al menos las tenía hasta que tropezó y perdió la cámara.
No podía detenerse.
Sólo le quedaba su palabra.

















Rellenorellenorellenorellenorelleno

Muerto {Billdip}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora