Muerto {Billdip}

18. Dipper

¿Queréis más que besos entre Dipper y Bill en el especial?

Pregunta seria.

Cuando regresó con la bujía, tenía más preguntas que respuestas. No tenía muy claro porque Northwest lo besó, y no sabía si quería preguntar. ¿Porqué era tan difícil?
Suspiró. Ya casi había terminado de colocar la bujía, pero, preferiría terminar el día siguiente. Eso era mejor para él.
Entró a la cabaña, dirigiendose al baño. Poco después, salió con el pelo húmedo, y una toellla en la cintura. Llegóa su cuarto, se cambió, y bajó a la cocina.
-¿Qué cenamos?
Oh, sorpresa. Wendy estaba ahí. Y su enamorado también. Fántastico.
-Hola Lionel-miró a su hermana- hay tacos. Vamos siéntate.
Dipper torció el gesto. Sabía que estaba mal, pero murmuró un "no tengo hambre" y regresó a su cuarto. Al entrar, cerró con seguro la puerta y llamó a su amigo y psicólogo personal, Marco Díaz.
-¡Pines!
-¡Díaz!
-¿Qué tal por ahí?
-¿Qué crees?
-Que la has fastidiado.
-Adoro tu confianza en mi.
-Lo sé.
-En fin, ¿te interesa venir a mi lugar de muerte y descanso eterno?
-¿Qué has hecho?
-Tú solo ven. Por cierto, ahora Bill se llama Félix, y yo Lionel.
-¿Y eso?
-Nos gusta fastidiadonos.
-Se nota. Tengo que dejarte. Luego te llamo.
La llamada se cortó del otro lado de la línea, por lo que Dipper también colgó, dejó en móvil en un lugar cualquiera y se tiró a la cama.
Escuchó que llamaban, así que se levantó y abrió la puerta. Era Mabel.
-¿Puedo pasar?-preguntó. Dipper asintió,  a lo que ella avanzó,  sentándose en el borde de la cama- Mira, probablemente no me entiendas, pero quería saber... ¿Qué tienes con Arthur?
Dipper bufó. Bonita conversación iba a ser.
-Simplemente no me cae bien.
La castaña lo observó.
-¿Porqué?
Dipper se encogió de hombros.
-¿Porqué no hablas de tu hermano?
La chica se mordió el labio y miró a otro lado. Bingo.
Dipper se sentó a su lado.
-Lo siento. No se me da bien hablar con la gente.
-Teníamos doce años.-Dipper la miró.- Él fue al bosque a buscar no sé que cosa, pero no volvió. Él... Cayó en una trampa de osos. La trampa sigue ahí, como recordatorio. Y prohibieron cazar en el bosque. A veces voy a ver su tumba, pero...-la chica había empezado a llorar- siento que no es suficiente, que, que debería haber estado con él, que podría haberlo evitado. Siento que es mi culpa.
La castaña no podía hablar más, debido a las lágrimas e hipidos. Dipper la abrazó con fuerza. Vió a Arthur y Wendy en la puerta, la última parecía preocupada, pero el chico no. Dipper los miró mal, lo que provocó que se fueran, cerrando la puerta.
Esa noche, por primera vez en mucho tiempo, Mabel lloró a su hermano y Dipper lamentó su muerte.