Fictober SasuNaruSasu

Anillo

-Quiero cambiar mi arracada del oído. Este me está fastidiando y creo que soy muy delicado. No puedo usar otras que no sean de oro. Aparte de pobre, fino. -Naruto miraba los aparadores de un centro comercial dedicado especialmente a la joyería. -¿Cual crees que se vea bien?

-Unos sencillos estarían bien, no creo que quieras usar nada vistoso y menos teniendo tu oreja así -Tocaba su lóbulo y lo examinaba un poco- Se esta infectando otra vez.

Hace exactamente un año, cuando Sasuke salió de viaje para ver a su familia, Naruto había aprovechado para cometer una pequeña locura y se perforó una de sus orejas. En ese momento una arracada parecía la opción más "cool" pero luego se arrepintió completamente ya que en las noches está lo lastimaba y al final lo que ocurrió fue que su herida no cicatrizó bien y ahora tenia que desinfectarla con periodicidad o le dolía demasiado. Por eso estaban ahí, para quitar la arracada y cambiarla por algo que le molestara menos..

-Si bueno... -De repente le llamó la atención algo totalmente diferente. -Señorita ¿Puede mostrarte esas argollas de matrimonio por favor?

-¿No se supone que estábamos buscando algo para tu oreja?

-Si, si pero mirá esos anillos, Estamos casados pero no tenemos argollas matrimoniales, solo nuestro anillo de compromiso y me encantaría que tengamos algo así, solo para sellar y afianzar más nuestro amor.

-Los anillos se entregan al instante y grabados con el nombre y la fecha que deseen -Les dijo la señorita que atendía.

-¿Que pondriamos en el grabado? ¿Nuestros nombres y ya está?

-¿Pues qué más? -Naruto ya estaba sacando la tarjeta de crédito. -Me las llevo, póngale Dobe y Teme por favor.

-¿Lo estas diciendo en serio? ¿Las vas a comprar ahora? -Torció los labios en una pequeña mueca y luego volteo hacia otro lado- Recuerda que mis dedos son más delgados que los tuyos. Si no es un tamaño menor se me va a caer y lo perderé.

-Lo se cariño. -Sonrío. Sabía que Sasuke hacía pucheros, pero en el fondo se sentía feliz de comprarlos. -¡Ah y ese arete señorita!