Fictober SasuNaruSasu

Fetiches

No sabía como decírselo, no por miedo a ser juzgado, sino más bien porque no lo consultó y tal vez saldría muy golpeado de ese hecho. Se sentó a su lado, Sasuke estaba leyendo un libro, se acurrucó en sus piernas y comenzó a hablar.

-Nos inscribí en un curso.

-¿Curso? ¿De qué se trata?

-No es curso cualquiera... es muy especial y privado.

-Eso me intriga. Dime de qué se trata, usualmente no te comportas de esa manera con un "curso".

-¿Haz escuchado él término "Shibari"?

-Muchas veces y tu y yo sabemos porque, no soy para nada inocente en esos temas. ¿Que tiene que ver?

-Es un curso para aprender a hacer amarres shibari y si me conoces bien, sabrás que tengo un fetiche por ser atado de una manera erótica. Debo decir que él shibari es uno de mis fetiches más grandes y me gustaría que lo probáramos. Espero no te moleste que nos haya inscrito en algo tan pervertido. -Como pudo jaló las sábanas de la cama, donde estaban acurrucados y se escondió.

-Deja de esconderte no eres un niño -Le quitó la sábana de encima- No me molesta aprender nuevas formas de hacerte sentir bien, seguro podré sacar algo bueno de todo esto. Se que "nos" inscribiste con el objetivo de que yo aprendiera ¿Verdad?

-Creo que es obvio, si soy yo él que desea ser amarrado. -Le hacía unos pucheros. -Así al menos y al fin, podremos comprar nuestra propia cuerda.

Al día siguiente asistieron al dichoso curso, al mismo tiempo se sentían un poco nerviosos por la nueva experiencia. Sin embargo la experiencia comenzaba a ser muy satisfactoria, pues debían tocarse mutuamente y evidentemente de una manera sexual.

-Se siente muy firme... -Trataba de no jadear, había más parejas a su alrededor y parecía que todas mantenían la cordura.

-¿Lo estoy haciendo mal? -Trataba de mejorar sus nudos pero sin querer apretó un poco más la cuerda, haciendo que Naruto se quejara aunque eso sonó como cualquier cosa menos un quejido- Deberías calmarte, a menos que quieras explicarle a la clase porque resultaste con una erección -Le susurró.

-Creo que no soy él único con una erección o bragas mojadas aquí. -Lo miró mal por un momento y de nuevo se sonrojó. -No lo haces mal.

-Tus pantalones no podrían mentirme aunque tú quisieras -Empezó a aflojar el amarre para intentar el siguiente. Se aseguró de hacerlo lento solo para ver qué más podía provocarle a Naruto la sensación de la cuerda rozando su piel- Creo que puedo volverme muy bueno en esto.

-Cállate tarado... me da mucha pena, pero lo disfruto muchísimo. -Una vez suelto se incorporó y le dio un beso apasionado a su novio. -Ahora sabemos que podemos hacer llegando a casa ¿no? -Le sonrió pícaramente.

-Necesitaré mi cuerda propia si quiero seguir practicando -Le devolvió la sonrisa- Creo que vamos a tener que comprar una. ¿Podrás controlarte hasta llegar a casa? No quiero hacer un espectáculo aquí.

-No prometo nada.