Dylan 4

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Era hermosa. Era un poco más baja que yo, tenía piel clara, cabello castaño largo, recogido con una cola de caballo, tenía unos hermosos ojos verdes. Era hermosa. Vestía de jeans negros y una blusa azul. Y era hermosa. Lo primero que pensé cuando la vi fue: "Este nuevo instituto es genial" ¿Ya mencione que era hermosa?

Y por si fuera poco, también le gustaba leer, y aún mejor, ella había leído Street Girl. Desde el momento en que deje que tocará mi afro el miedo se esfumó por completo. Por una vez en mi vida me sentí seguro de mi mismo. Sabía que era el inicio de una hermosa amistad, y eso esperaba.

-¿Y qué música te gusta?-me preguntó.

-Pues un poco de todo-dije.

-Ya, enserio-dijo sonriente-¿Qué música te gusta? ¿Cuál es tu grupo favorito?

-Tengo muchos; están Jesus Ranch, Imagine Dragons, Fall Out Boy, Froggy Mode...

-¿Te gusta Imagine Dragons?-se sorprendió.

-Claro-dije-¿A ti también?

-¿Qué si me gustan?-estalló-¿Dónde has estado toda mi vida?

Fue entonces cuando tome mi IPod, puse los audífonos, los compartimos y comenzamos a escuchar todo tipo de música. Seguimos hablando el resto del camino, sobre deportes, libros, música, películas, etc. No se cuanto tiempo paso, pero me pareció muy rápido, cuando llegamos a nuestra penúltima estación, a recoger al último chico.

Para ese entonces, ya era bastante tarde. Y por donde nos hallábamos ya estaba anocheciendo. Lo curioso es donde lo recogimos, en medio de la autopista. El chico caminaba cerca del bosque con expresión nerviosa y temerosa, no paraba de mirar hacia atrás. Algo estaba claro, alguien lo seguía. Cuando vio que paramos junto a él. Se asustó aun mas. Bob, bajó del autobús. Desde la ventana Kate y yo pudimos ver como hablaban.

Después de unos minutos el chico subió.

Era alto, delgado, piel pálida, cabello largo y pelirrojo (no muy común en estos días) y sus ojos...eran rojos, tenía ojos rojos. Nunca había visto a alguien ojos rojos. El chico daba miedo. Llego a sentarse en el asiento delante del nuestro. No hizo nada, solo permaneció ahí, callado, mirando por la ventana.

Sin embargo, no dije nada y continué escuchando música con Kate. Pasaron unos momentos, y cuando escuchábamos Demons, oí unos gemidos. Kate detuvo la música. Y señalo al chico de enfrente. ¿Estaba llorando? Nos asomamos, el muchacho observaba la foto arrugada de una chica, una bella chica. Era de piel morena, cabello largo , castaño y enchinado; y unos ojos color miel. La chica sonreía en la foto, debía tener unos catorce años.

-Oye amigo, ¿estás bien?-preguntó Kate.

El chico se sobresaltó y se apresuró a guardar la foto.

-Si-dijo inmediatamente, con bastante naturalidad.

-¿Seguro? Te ves...raro-dije.

-Seguro-dijo.

-Bueno-dijo Kate-Oye, ¿tus ojos son reales?

El chico se puso bastante nervioso, comenzó a rebuscar en sus bolsillos, sacó unos lentes oscuros y se los puso. Nos sonrió .

-Si-dijo-¿y los tuyos?

-Supongo-dijo Kate.

-¿Cómo te llamas?-pregunté.

-Jake..-dijo dudando un momento.

-Soy Kate y el Dylan.

-Mucho Gusto.

Kate sonrió.

-Oigan, ¿ustedes si saben a dónde va esta cosa?-preguntó susurrando.

-¿El autobús?-pregunté.

-Sí.

-A una Academia-respondió Kate.

-A un Internado-dije al mismo tiempo.

-Decídanse-se quejó Jake.

-Espera-le dije-¿A ti que te dijo Bob?

-¿El chofer? Nada.

-Espera...¿subiste a un autobús en medio de la noche sin saber a dónde iba?-cuestionó Kate.

Jake dirigió la vista al suelo.

-Es que....era.... algo urgente salir del pueblo-respondió-Además el hombre prometió un refrigerio. !Un refrigerio!

Kate, se volvió al asiento trasero. Ahí se hallaba un solitario chico escuchando su IPod. Debía tener nuestra misma edad, más o menos.

-¿Oye, a donde se dirige esta cosa?-pregunté.

-Vamos a un Colegio Militar-dijo el chico-¿No?

-Si-mintió Kate.

Muy bien, yo me dirigía a un Orfanato nuevo, Kate iba a un internado, Jake a quien-sabe-donde, ese chico a un colegio militar. ¿Que más les habrán dicho a los demás chicos? ¿Un Campamento? ¿De Vacaciones? ¿Narnia? Algo andaba muy mal ahí.

-Aquí hay gato encerrado-dijo Jake pensante-Y yo precisamente, no tengo buena suerte con los gatos.

Kate se paró de su asiento, paso enfrente de mí, camino el pasillo hasta la cabina. Desde ahí pude oír lo que decía.

-Señorita Fernsby, siéntese por favor-dijo Bob.

-No hasta que me diga a donde vamos-le dijo Kate.

-Ya estamos por llegar-fue lo único que respondió el chofer.

Kate llego enojada, y se sentó.

-No quiere hablar-dijo cruzada de brazos.

-Esperen-dijo Jake.

El autobús, se había salido de la autopista y había entrado a un viejo camino en el bosque. Pude ver un señalamiento con la leyenda: "Peligro" . Me asusté, ¿acaso Bobo no sabía leer? El transporte comenzó a moverse de lado a lado a causa de las irregularidades del camino.

-¿Qué le pasa?-gritó un chico desde atrás-¿A dónde nos lleva?

Bob, tomó un micrófono y su voz retumbó por todo el autobús:

-Siéntense por favor-dijo-El camino no es muy seguro.

-¿Entonces por qué lo toma?-exclamó Jake confundido.

Una vez que todos nos hubimos sentado, acomodados en nuestros asientos, pude ver como Bob presionaba un extraño botón azul del tablero del volante; automáticamente, todos los cinturones de seguridad nos rodearon a todos, ajustándose. Intente quitármelo, pero no pude.

-No se quiten sus cinturones de seguridad-dijo Bob-Siguiente parada, Academia Neregunthur.

-¿Qué le pasa a ese sujeto?-preguntó Kate.

-Oh por dios-exclamó Jake, señalando por la ventanilla-Miren.

Todos en el autobús asomamos la cabeza por las ventanas. A unos diez metros sobre el camino, un gran precipicio yacía esperándonos. Bob aceleró.

La gente en el Autobús comenzó a gritar de pánico, incluidos yo, Kate y Jake. Dicen que antes de morir, uno ve su vida reflejada frente a sus ojos, como una película, pues eso me ocurrió. Mientras todos gritaban yo pude ver el asalto, a los policías felicitándome, a los demás en el Orfanato llamándome fenómeno, al Director hablando conmigo...

-¡Sujétense!-gritó el chofer mientras oprimía un enorme botón rojo en el tablero del autobús.

Ocurrieron muchas cosas al mismo tiempo: caímos al vacio, las ventanas del autobús se cerraban al mismo tiempo, el tablero de la cabina cambiaba de forma, aparecían varios medidores y botones, y el motor hacía un extraño sonido; y claro, impactábamos contra el mar.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora