Kate 8

4.4K 367 10
                                    

Viajamos en silencio en todo el Monorriel. El Profesor iba jugueteando con su bastón, Jake se hallaba observando las ventanas-lo que no tenía ningún sentido, suponiendo que eran todas oscuras- y Dylan se hallaba encogido con la vista baja. Esta vez, el camino fue más corto, llegamos en cuestión de cinco minutos.

Cuando salimos a la esfera...quede completamente maravillada. Un enorme edificio circular de fachada blanca, con columnas sosteniendo el techo sobre el pórtico, de unos cinco pisos de alto, con una enorme cúpula de cristal en el techo; yacía en el hermoso jardín, muy parecido al del Partenón. Lo primero que pensé, fue la cantidad de libros que debía haber ahí.

-Cinco mil libros de todos los orígenes y autores que te puedas imaginar-dijo el Profesor, leyendo mi mente, literal...creo.

El paraíso.

-¿Quieren entrar?-preguntó.

-No-dijo Jake con tono flojo.

-Si-dijimos yo y Dylan al unísono.

El Profesor río.

-¡Vamos!-nos apremió.

Yo y Dylan salimos como alma que lleva el diablo, en camino a las grandes puertas de madera oscura. Cientos de estantes cubiertos de libros, de todos los colores; decoraban la estancia. Los estantes, alcanzaban los diez metros de alto, había grandes escalerillas para coger los libros ubicados en la cima. El piso, de un extraño azulejo rojo con varias figurillas marcadas; pero no presté atención en eso. Inmediatamente entré, me dirigí al estante más cercano.

-Aquí podrán venir a leer, cuando ustedes gusten-nos invitó el Profesor-La Sala de Lectura esta por aquí.

Lo seguimos por los pasillos de estanterías hasta un claro en aquel bosque de imaginación y conocimiento. Ahí había diferentes mesas, repletas de sillas ocupadas de estudiantes, de todas las edades, nacionalidades y razas. El Profesor se acercó a una mesa, lo seguimos.

-Chicos, estos son Dylan, Jake y Kate, son nuevos; ¿puedo dejarlos con ustedes un rato?-preguntó.

Los chicos asintieron.

-Bien-el profesor ahora se dirigió a nosotros-Los veré más tarde, ¿sí?

-Está bien-dijo Jake.

-Hasta luego-se despidió el Director.

Nos quedamos plantados, ahí, sin más. Una chica de la mesa nos habló. Era alta, de piel clara, unos ojos verdes detrás de unos anteojos ovalados, de cabello negro largo y lacio; vestía una camisa roja con corbata, bastante elegante. Se veía lista, y no lo digo por sus lentes, simplemente se veía la niña lista de la clase.

-!Hey! Siéntense-nos invitó-No mordemos.

-Tal vez solo Alex-dijo otro chico-Pero nada más ella, y no está aquí ahora, así que aprovechen.

Nos sentamos entre la chica y el chico. El muchacho: debía tener nuestra edad, era alto, delgado, cabello rubio y alto peinado hacia el lado izquierdo, ojos amarillos-sí, amarillo puro-detrás de unas gafas similares a las de la chica.

-Soy Ted-se presentó-Ella es Zoe.

-Hola-dije.

Ted comenzó a presentar a todos los presentes.

Había una chica, alta de cabello negro alborotado con puntas moradas, y un pequeño fleco en la cara; de piel pálida y ojos grises. Tenía un estilo muy gótico, su nombre era Helena Belterguese, de Alemania; lo curioso es que no tenía el acento, si no uno extraño, como si arrastrara las palabras y hablará con pereza.

Y luego estaba Matt, un chico alto, de piel negra, cabello corto al estilo militar, ojos castaños y algo musculoso...muy musculoso.

-¿Y tú que eres?-me preguntó Matt.

-¿Perdón?-dije sin entender muy bien.

Todos rieron.

-¿Tu qué haces?-preguntó Ted.

-Ahhh-dije-Tengo....soy....controlo cosas con la mente.

Todos se sorprendieron.

-Que mala suerte, amiga-se lamentó Zoe.

-¿Por qué?-pregunté.

-Solo hay otra persona en esta burbuja con ese poder, aparte de ti-dijo Helena con la vista abajo y su extraño acento-.Alex Vasco.

-¿Quién es él?-preguntó Dylan interesado.

-Es "ella"-le corrigió Zoe-Y no es alguien con quien valga la pena convivir.

-¿Por qué?-pregunté.

-Ya lo verás-dijo Helena.

-Y nos darás la razón-añadió Matt.

-¿Y tú?-preguntó a Dylan.

No respondió.

-No seas tímido, cuenta-lo animó Zoe.

-Ni yo se exactamente que soy-dijo.

-Tiene...se regenera-expliqué.

-¿Quieres decir que podría dispararte y no te dolería y te curarías después?-preguntó Ted sonriente.

-Sí dolería, y si me curaría después...pero no lo hagas.

-Entonces-dijo Ted-¿Eres uno de esos moconomanos?

-Monoquinetico-le corrigió Zoe con la vista en su libro.

-Eso.

-Parece ser-dijo Dylan.

-Y tu...¿fuego?-preguntó Helena.

-Supongo-dijo Jake.

-Tus ojos te delatan-dijo Zoe.

-¿Y ustedes?-pregunté.

-Yo...vuelo-dudó por un momento Helena.

-Invisible y campo de fuerza, poderes que van siempre de la mano-dijo Zoe.

-Superfuerza-dijo Matt.

-Electrómano-contestó Ted orgulloso.

Hablamos con ellos durante un buen rato, todos me parecieron amables. Después de una hora, ya tenía cuatro nuevos amigos. Seis amigos en un día, un gran logro. Normalmente a esta medida ya hubieran corrido gritándome bruja. Aunque otra cosa que debió ayudar es que ya tenía doce horas sin accidentes, mi record eran solo seis horas. ¿Sería porque por fin no me sentía triste o nerviosa? Entonces lo comprendí, no había tenido problemas con mis "poderes" porque desde el momento en el que hablé con Dylan en el autobús, cuando subió Jake, cuando llegue a la biblioteca y conocí a los demás chicos, me sentí más segura de mi misma.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora