Jake 25

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-¿Y cómo es ella?-pregunté.

-Es…ella-respondió Matt.

-¿Y donde vive? Ya atravesamos media aldea-se quejó Dylan.

-En el Bosque-señaló Ted, por encima de los techos de las casas, hacía la colina donde los grandes pinos marcaban el inicio del pequeño bosque.

-¿Por qué vive en el bosque?-preguntó Kate-¿Es estudiante?

Helena frunció el ceño.

-Si….no-dijo dudando.

-No exactamente-respondió Matt-Es un tanto curiosa.

Atravesamos los límites de la ciudad, el camino continuaba colina arriba hacia el bosque. Ya comenzaba a cansarme.

-¿Por qué vamos con ella?

-Es una vidente-explicó Zoe-Podría ayudarnos a averiguar que pasa aquí.

-¿Videntes? ¿Hay videntes?-cuestionó Dylan sorprendido.

Vidente. Qué horror ser vidente, saber cómo terminará todo. Le quitaría lo divertido a la vida. Agradecí al cielo, mis poderes destructivo-geniales de fuego. Ya casi llegábamos.

-Así es…los hay, bueno, los había. Se cree que Themis podría ser la última Vidente...-explicó Helena.

-¿Themis?

-Así se llama, Themis. Es un tanto…especial.

Nos internamos en el bosque. Esperaba que hubiese una especie de sendero, pero no. Caminamos entre la maleza de los arboles, haciendo a un lado las ramas de los pinos, la hierba y algunas extrañas plantas. Cada paso que dábamos, era un crujido de hojas secas y ramas en el suelo, en una ocasión hicimos tanto ruido que una liebre salió corriendo. ¿Un bosque con todo y fauna? Algunos minutos después comenzaba a fastidiarme.

-¿Qué tan grande es este bosque?-preguntó Kate.

-Unas Hectáreas…-respondió Zoe distraída.

-¿Ya llegamos?-pregunté.

-Si-respondió Matt, señaló detrás de unos pinos-Ahí.

¿Cómo alguien podía vivir en un lugar así, teniendo dormitorios gratis a la vuelta de la curva -¿entiendes? Esquina…esfera, círculos, curvas…lo sé, mal chiste-. Se trataba de una pequeña cabaña, construida con troncos de madera bastante irregulares, y tenía una combinación de ramas, hojas y musgo como techo.  Había ventanas, de forma irregular, como si un niño hubiese trazado con un lápiz el marco, y lo mismo con la extraña puerta de ramitas de pino.

Nos detuvimos frente a la puerta.

-Estem…!Themis!-le llamó Helena.

La puerta se abrió sola. Miramos confundidos a los chicos, no hicieron más que adentrarse en la oscuridad, como si estuvieran acostumbrados a ello. Como si ocurriera a diario.

Dentro, el lugar era mucho más amplio. Era un sola habitación con piso de tablones de madera, bastante viejos que rechinaban con cada paso que dabas. En una esquina estaba…"la cocina" donde claramente usaban leña, y guardaban cosas en un pequeño estante y no en un refrigerador. Al otro lado había una, hamaca llena de sabanas y  una almohada de hojas como relleno. Debajo de ella, un montón de ropa sucia. Al centro, un extraño comedor para cuatro personas, con mesa hecha de juncos de bambú, y las sillas de ramitas entrelazadas, no me daban confianza.

Al rincón, había una mujer. Se encontraba barriendo el fondo de la cabaña, mientras tarareaba una aburrida canción.

-Los estaba esperando-nos dijo con voz alegré.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora