Dylan 35

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Avanzamos por las calles hasta llegar a la dirección del papel.  Era un edificio de tamaño promedio, justo a un lado del enorme y majestuoso Empire State. Entramos por las puertas del cristal bajo las letras doradas que leían: "Torre Kanabe".

Llegamos a una amplia recepción, con un piso blanco realmente resbaloso, con paredes grises repletas de todo tipo de cuadros artísticos. En el centro había juego de incómodos sillones azules, a la derecha junto a la pared, el escritorio de la alegre recepcionista, al fondo dos pares de enormes ascensores. Además de nosotros y la chica detrás del escritorio, el lugar estaba totalmente vacío.

-!Buenos días!-dijo la secretaria.

La chica alta, delgada, de cabello y ojos castaños; vestía de un elegante vestido negro. Ordenaba algunos papeles sobre su escritorio mientras la pantalla de su computador, nos mostraba su Facebook abierto...Janet Weser, era su nombre...tenía unos doscientos amigos en Facebook y le gustaba el Jazz. ¿Por qué la gente tiene abiertas sus redes sociales si se supone que están trabajando?

-Mi nombre es Janet...¿en qué puedo ayudarles?

Kate estuvo a punto de hablar, pero Jake se adelantó.

-Venimos a ver al señor Kanabe, es urgente-pidió.

-¿Tienen cita?

-Eh...!Claro que sí!-exclamó Jake.

-¿A qué hora?

-¿Qué hora es?

-Las doce con veinte...

-!Doce y media!

La chica lo miró analizándolo. ¿Qué pensaba Jake? !Nunca entraríamos si se comportaba de una forma tan...obvia! Janet abrió su agenda negra y comenzó a buscar detenidamente, miré a Kate con nerviosismo.

-Entonces...-dijo sin apartar la vista de la agenda-¿Es usted el...Ministro de Defensa?

-Eh....!sí!-exclamó Jake.

Kate le dio un codazo.

-Digo...soy su hijo, vengo a representar a mi padre en esta importante junta de trabajo-sonrío el chico de fuego.

Janet, sin preguntar más tomó el teléfono, y marcó un par de teclas.

-¿Señor Kanabe? Sí...sí...es el hijo del ministro...sí....es urgente...no, parece que no...gracias-colgó, y se dirigió a nosotros-Bien, el Señor Kanabe los espera en el tercer piso, subiendo el ascensor dos izquierdas, una derecha.

-!Gracias Janet!-respondió Jake orgulloso de sí mismo-Y que bonito vestido.

-!Oh!-se sonrojó la chica-Gracias...es que es viernes.

No entendía la relación con el que fuera viernes y su vestido, pero me limité a sonreír y a tirar de mis amigos camino al ascensor. Algo andaba mal, claramente.  Nuestra mentira había sido tan estúpida para que alguien pudiera creerla. En cuanto las puertas del elevador se cerraron, Kate y yo estallamos.

-!¿Estás loco?!

-!Eres un idiota!

-Gracias, gracias...me alagan-nos rodeó con sus brazos, temí que se incendiara quemándonos por completo-Logramos entrar y eso es lo importante. Es más...ya llegamos.

Las puertas se abrieron de par en par, y dos enormes y corpulentos hombres de piel negra y traje aparecieron. Ambos traían lentes de sol, y no se veían muy felices. Hicieron muecas al vernos.

-Seguridad-se presentó el más grande-Tendré que llevarlos conmigo y escoltarlos fuera del edificio.

Me quedé paralizado, ¿ahora como llegaríamos con el señor Kanabe? Jake soltó un gritó sorprendiendo tanto a los guardias como a nosotros. Acto seguido, extendió sus manos llameantes hacía las puertas, Kate y yo nos tiramos al suelo del miedo. Los hombres retrocedieron asustados por el fuego. Alcé mi mano y presioné un botón al azar del tablero en la pared. Hubo un campaneada, y las puertas se cerraron.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora