Jake 6

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Tal vez, los demás chicos se sentían asustados. Yo no. Lo contrario, nunca me había sentido más feliz en toda mi corta y patética vida. Para empezar, por primera vez, nadie había huido gritando al ver mis ojos rojos; lo contrario, me dieron confianza para no tener que usar esos horribles lentes de sol. Segundo, el Director rebosaba de estilo con su barba toda loca y su bastón de oro. Tercero, estaba bajo el agua, en una enorme instalación, ¿cuánta gente querría estar en mi lugar en ese momento? Me sentía afortunado.

Al atravesar la puerta, nos hallamos en una pequeña antecámara con solo dos salidas: por la que veníamos y una curiosa puerta circular de cristal, junto a la cual, había un pequeño panel. El director se acercól y tecleo una clave, la puerta de cristal se abrió por sí sola. Nos invitó a pasar.

Llegamos a un cuarto circular, mucho más pequeño, con paredes y techo de metal blanco y piso alfombrado. Solo había dos ventanillas, circulares, una a cada lado de la pequeña habitación; pero eran demasiado oscuras para ver algo. En la paredes laterales, unos asientos con cojines azules, yacían esperando un trasero que saborear...okno. Dylan, Kate y yo; tomamos asiento. Al final entró el Profesor, detrás de él, las puertas se cerraron. El hombre se sentó, y soltó un suspiro de cansancio.

Antes de que pudiese decir cualquier cosa, el cuartito se sacudió y comenzó a moverse; entonces lo entendí. Era un monorriel que viajaba por los enormes tubos que conectaban las esferas pequeñas con la grande. El Profesor me sonrió.

-Exacto, Jake-me dijo-Acertaste.

-Estem...gracias-dije temeroso, ¿como lo había sabido?

-Su pierna...¿que le ocurre?-preguntó Kate señalando la pierna derecha del Profesor.

-La perdí en la Guerra-dijo el hombre-Que curioso.

-¿Que perdió la pierna?-pregunté.

-No, que normalmente a este punto del trayecto; los muchachos comienzan sus preguntas de todo tipo, como: "¿Dónde estoy? ¿Cuándo? ¿Por qué?"-dijo-Y ustedes solo preguntan por mi pierna.

Nos encogimos de hombros.

-¿Que es este lugar?-preguntó Dylan.

-Esta, mis queridos estudiantes, es la Academia Neregunthur, para chicos...especiales-dijo.

-¿Somos especiales?-preguntó Kate.

El Profesor río.

-¿Entonces no lo saben?-preguntó.

-¿Saber qué?-preguntó Dylan.

-La Academia fue construida hace un poco más de cien años, con el objetivo de que la gente como ustedes, tuviera donde aprender sin complicaciones-explicó.

-¿Gente como nosotros?-pregunté confundido.

-¡Si!-exclamó-Dime Jake, ¿has tenido problemas con el fuego?

Automáticamente mi mente reprodujo todas esas experiencias: la vez que quemé un trailer accidentalmente, cuando incendie mi celda unas tres veces -fui a prisión, larga historia-, la vez en la que quemé la cocina de la correccional, cuando cause quemaduras de primer grado a un reo, cuando incineré a un par de felinos, cuando calciné mi escuela...

El Director sonrío.

-Y tu, Kate-se dirigió a ella- ¿Has lastimado alguna vez a alguien accidentalmente?

La expresión de Kate se tornó seria.

-Y tu Dylan, ¿Acaso alguna vez haz tenido que parar al hospital?-le planteo.

Dylan miro al suelo, pensante.

-Díganme ustedes chicos-los invitó el Profesor-¿Son especiales?

Dylan lo miró sorprendido.

-!BIEN DYLAN!-exclamó alegré-Acertaste.

-¿En qué?-preguntó Kate.

-Ustedes no son humanos -soltó el Profesor- Nosotros no pertenecemos a esa raza, no somos Homo Sapiens.

-¿Entonces que somos?-pregunté.

-Homo Deorum Sapiens-dijo sin más-O bien, solo Elohims.

-¿De qué mierdas está hablando?-pregunté.

El Profesor río.

-Ese vocabulario, jovencito-dijo aun riendo- Bueno, la evolución del humano. Antes estaban los primates, luego llegó el humano y poco después nosotros. ¡Somos superiores a todos ellos! Somos grandes, poderosos, prodigiosos. Tenemos habilidades que para cualquier humano es pura ciencia ficción.

-¿Qué habilidades?-preguntó Dylan.

-Jake, por ejemplo-se dirigió a mi-Sus ojos lo delatan, tiene el poder del fuego. Cuando te asustas, te pones nervioso o a la defensiva, tus poderes se activan.

-¿Qué?-pregunté incrédulo.

-Kate-se dirigió a ella-Cuando alguien te hace enojar, tiendes a arrojarles cosas, ¿no es cierto? Sólo que las arrojas sin utilizar tus manos...con la mente.

Kate se quedo pasmada.

-Y tu Dylan...

-¿Yo? Yo no tengo ninguna habilidad, no soy especial, no soy inteligente o atlético; algo parecido. No soy...especial-dijo Dylan.

-¿Estas bromeando?-preguntó el Profesor-Tu eres uno de los más especiales de aquí.

Dylan lo miró confundido.

-Dylan-le dijo el Profesor mucho más serio-Podría dispararte y tu cuerpo expulsaría la bala y cerraría la herida. Lo mismo con todo tipo de lesiones, eres invencible. Eres especial.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora